“No sé qué creen, que yo trabajo jodiendo gente”
El administrador del Hospital Roberto Borgo habló de Safyc S. A., empresa que presidió y de la que es accionista. Aseguró que “no hay ninguna sanción o fallo” contra esa firma que coloca trabajadores golondrinas en todo el país. Lo que sí hay son inspecciones constantes, algunas de las cuales encontraron condiciones desfavorables para los empleados.
Con cierto enojo por la publicación de este semanario de la semana pasada, el administrador del Hospital Roberto Borgo se mostró sorprendido por la información allí vertida, aunque no desmintió nada de lo que allí fue escrito; apenas si en más de media hora de entrevista redujo su discurso a decir que la empresa tercerizadora de empleo rural de la que forma parte no tiene fallo adverso por causas relacionadas con el denominado “trabajo esclavo”.
Borgo dijo que tuvo que explicarle a su hija de 9 años qué era la esclavitud. Para ser correctos en el uso de conceptos, diremos que de lo que se trata aquí no es exactamente de “esclavitud” (condición de “herramienta que habla que en la antigüedad grecolatina daban a esos hombres cuya vida era propiedad de otros), sino de “reducción a la servidumbre”. Si hay que ser didácticos, diremos que se trata de condiciones de vida que reproducen lo que sucedía en la Europa medieval.
Expresidente y ahora “sólo accionista” de la tercerizadora cuyo directorio es bastante parecido al de la cooperativa Las Lomitas, cuya composición fue descripta la semana pasada en estas páginas, con sus miembros hacia 2007 (Roldán, Sampieri, Santi), Borgo reconoció que “Safyc es una empresa que tiene personal en relación de dependencia con modalidad de contratación permanente y discontinua, como tienen otras empresas del ramo”.
Como su descargo estuvo ligado especialmente a desmentir que tuviera algún vínculo con el trabajo esclavo, el excooperativista devenido empresario del mismo sector y con las mismas prácticas de antaño sostuvo que “no hay ninguna sanción del Ministerio de Trabajo o fallo contra la empresa de la que soy accionista o a mí personalmente”.
Tiene razón. No hay fallo alguno. Como en el caso Nidera, donde este semanario observó en persona el estado de 119 trabajadores rurales explotados que comían fideos de un Ministerio de Desarrollo Social vendido por una empresa cuyo dueño es el exfuncionario municipal, exconcejal y excooperativista como Borgo, Eugenio Abel González.
En esa causa tampoco hubo fallo, por lo pronto, ya que está en etapa de apelación puesto que el Juez Federal que interviene en la causa consideró que cocinar en un hoyo en la tierra, dormir hacinado en una lata y permanecer encerrado dentro de un campo durante más de un mes no es “reducción a la servidumbre”.
Es cierto: no hay fallo alguno tras la inspección en un campo de arándanos de Concordia, Entre Ríos, donde la Dirección de Derechos Humanos de esa ciudad y la Jefatura Departamental de policía hicieron la tarea sin la Delegación del Ministerio de Trabajo entrerriana, que dijo no tener personal para ello.
Roberto Borgo se mostró “sorprendido” por la publicación de La Opinión referida a las condiciones laborales de jornaleros rurales contratados por cooperativas de trabajo o empresas tercerizadoras como las que él representa y tras la publicación de su nombre consideró que La Opinión “tiene un problema personal con que yo sea funcionario público” al recordar que este semanario también publicó la causa federal que investigaba el accionar de la cooperativa Agrupar -una de las denominadas “truchas”-, en la que luego fue sobreseído.
“No sé qué creen, que yo trabajo jodiendo gente”, se quejó el funcionario del Gobierno municipal y minimizó la inspección en Concordia. “La Dirección de Trabajo no encontró nada”, señaló. Claro, porque fue después.
Aun así, el administrador del Hospital reconoció que “no está todo fantástico”, que “siempre hay inconvenientes y dificultades cuando se trabaja con gente” y aseguró: “Si hay algo en curso, tendré la posibilidad como cualquier hijo de vecino de defenderme”.
A esta redacción siguen llegando datos que dan cuenta de cómo trabajan esta y otras empresas que se dedican a lo mismo, mientras la Uatre desarrolla algunos operativos preventivos, que sólo puede realizar en los campos donde los dejan entrar.
Como el viernes pasado, cuando al mediodía el Secretario General del gremio a nivel local, Horacio Neyra, encabezó una inspección en un establecimiento ubicado en proximidades del kilómetro 174 de la Ruta 9. Allí había 30 trabajadores regularizados ante la Afip y en buenas condiciones de habitabilidad.