Mozo acusado de abuso sexual contra tres menores
Pintor de profesión y que trabaja como mozo en una histórica pizzería enfrenta dos causas por abuso de tres niñas vecinas suyas. Las madres denunciaron que las obligaba a tocarle la zona genital con las manos y les regalaba golosinas del kiosco de su pareja. Una compañerita de una de las víctimas contó lo que sucedía. Hay atención de Uceff y en los próximos días declararán en cámara Gesell.
La historia es cruda y atroz. Tanto que algunos detalles parecen inverosímiles. El relato que dos madres hicieron primero en Fiscalía y luego ante La Opinión respecto de la situación que sus hijas contaron estremece y dio lugar a causas por abuso sexual en los que un hombre está acusado de obligar a las nenas a tocarle sus partes íntimas a cambio de golosinas.
La presente nota omite registros que tienen que ver con los nombres de las víctimas, los domicilios y todo aquello que pueda vulnerar los derechos de las víctimas.
Las denuncias penales
El 22 de septiembre, Verónica se enteró de boca de otra mamá que su hija, había sido víctima de un abuso y que no se lo había contado “por miedo”, según relató una amiguita. Tras hablar con ella fueron a la Comisaria de la Mujer en donde radicaron la primera denuncia en contra el mozo, vecino del barrio donde residen.
La segunda acusación fue formulada por Laura, quien tras conocer la historia indagó a sus hijas para determinar si también habían sido víctimas. “Sí, mamá. Pero no te queríamos contar porque Miguel nos dijo que, si te contábamos, te ibas a enojar y nos ibas a pegar a nosotras”, fue la respuesta. La relación entre las menores y el presunto abusador tiene un nexo. La pareja del acusado tiene un kiosco y el hijo es amigo de las niñas que organizaba tardes de juegos en su casa.
Según relataron y dejaron asentado en las denuncias las madres de las víctimas en esas jornadas compartían tiempo con el adulto, que aprovechaba para cometer las aberraciones de las que se lo acusa. “Les agarraba las manitos a las nenitas y se las pasaba por arriba de los genitales, como una caricia. Lo hacía con la ropa puesta”, contaron las mamás. Las situaciones no sucedieron solo una vez, sino que se repitieron durante bastante tiempo.
La causa y los pasos
El denunciado es pintor de profesión y trabaja desde hace más de 13 años en una histórica pizzería de la ciudad, como mozo. Quienes lo han tratado dicen que es “un tipo amable, dulce y muy cordial”. La primera denuncia en su contra fue radicada durante los últimos días de septiembre, momento en que pidió licencia en el comercio en el que es empleado.
El sábado pasado por la noche, una de las madres de las víctimas se acercó al negocio para proferir insultos contra el mozo y los dueños del lugar, porque supieron que volvió a trabajar. Las denuncias radicadas en la Comisaría de la Mujer fueron elevadas a la Unidad Funcional de Instrucción Nº 11, a cargo de Viviana Ramos. Una de las menores relató ante la psicóloga que trabaja en el área exactamente lo mismo que lo denunciado por su madre en la sede policial.
En los próximos días acudirán a la sede del Cuerpo Técnico Auxiliar del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, ubicado en la vecina ciudad de San Nicolás en donde ampliarán el testimonio en cámara Gesell con la presencia de la Fiscala de la causa y del Juez de Menores, que evaluará la declaración de las niñas. La situación de los menores que conviven casi a diario con su abusador es una de las cuestiones en que la Justicia deberá hacer hincapié para definir su futuro.