Los Curas y el país
Son “adolescentes sociales” alguna vez los llamé así, es decir del mismo modo que los adolescentes los sacerdotes pueden hacer algunas cosas y otras, no. Pueden organizar asociaciones, fundaciones, y en general a su feligresía de la mejor manera que puedan, pero no se deben meter en política, no se deben casar, ni tener hijos, etc. Son, de algún modo incompletos. “Hay que optar che, -me dijo un día el Padre Mamerto Menapace –Cristo o Cristina” al tener que de algún modo juzgar la conducta de un sacerdote que reflexionaba sobre su futuro en el Monasterio de Los Toldos. Finalmente el curita optó por irse y casarse con la mujer que había elegido para ser su pareja. Dicen que fue (y es) muy feliz en su matrimonio, engalanado con tres hijos preciosos que no entienden por qué su padre debe estar alejado de la Iglesia, y por qué a veces algunos chicos amigos murmuran por su condición de “hijos de un cura” (!!??). Esta situación no va más en ese sentido. Tampoco en el sentido de la política y la imposibilidad de acceder a ella libremente. Pienso: ¿y Fray Cayetano Rodríguez no fue nuestro diputado ante el Congreso de Tucumán? ¿Y Fray Justo Santa Maria de Oro? ¿Y Fray Luis Beltran que fundió sus campanas para fabricarle a San Martín cañones? Hace poco tiempo el Padre Farinello incursionó en política con éxito. También lo hicieron los sacerdotes encabezados por el Obispo Piña en Misiones. Son señales alentadoras aunque la jerarquía de la Iglesia desaliente siempre esas vocaciones sociales… En algún momento en nuestro país existió el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo (M.S.T.M.), que salió a superficie cuando encarcelaron a Alberto CARBONE un 06 de enero de 1972, acusado de haber “colaborado” de algún modo con los Montoneros que coparon un edificio de la Prefectura en Zarate. Formado en el seminario de Villa Devoto a la sazón regenteado por los jesuitas, simpatizaba con las ideas nacionalistas y tuvo como profesores a dos personajes ilustres como el Padre Leonardo Castellani candidato a diputado en 1946 por esas ideas, y al Padre Hernán Benitez, confesor de Eva Perón e ilustrísimo doctrinario. Después vinieron Carlos Mujica y muchos más que dejaron su vida y su voluntad por defender a los olvidados y pobres de este país. En esa línea estuvieron Angeleli, Ponce de León, Devoto, Scozzina y más acá De Nevares y tantos otros. Sumaban casi 200 sacerdotes y, refieren, el doble de monjas que simpatizaban con ese ideario. ¿Cuál será el futuro de los religiosos? ¿Usted tiene opinión al respecto? Por el Dr. Elvio Macchia