Letras para los tiempos que corren
La ciudad un infierno. Nos desconocemos. Nuestra voz que puebla escupe otra necesidad. Y los ausentes, dueños de las respuestas, son los mismos de siempre. Nos asustan porque no tienen sombra. Bailan en los barrios, con los ojos cerrados. Te tocan porque Junio está cerca. Sienten, temporalmente, la vida colectiva.Dejan, entre nosotros, el deseo de no querer abrazar a nadie. Mejor considerar un peligro a la clase con barro en los pies. Y en la calle niños contra niños.
En la escuela, todo rima con violencia. Veredas hechas de inseguridad, policías, prefectos, gendarmes. En la tierra, pobreza. El frío en el pecho. En las manos: nada.
Mejor sacar las malas costumbres entre las 21 y 22, antes que nos tape sin que nos demos cuenta.
Naturalizar lo que valga la pena y empezar a despintar lo gris. Empezar, alguna vez.Que lo intentes. Que te importe. Que te hagas cargo. Que vengas, acá, a donde estamos y, de verdad, lo intentes. Nos necesitamos, cada día.
Juan Andrés.