Las motos sin patentar son blanco fácil de robo
El robo de motos y bicicletas sigue estando a la orden del día y a veces los propios damnificados optan por no denunciar este tipo de hechos que por su magnitud merece una investigación profunda donde se pueda determinar a qué lugar van a parar los rodados que se roban diariamente. Sabido es que luego esa misma bicicleta se la comercializa por 30 ó 50 pesos y que hay gente que la compra sin preguntar la procedencia. Con las motos pasa algo similar y el dato aportado por una vecina no es menor en cuanto a que sin quererlo se encontró con dos personas que mientras pescaban estaban esperando “datos” para localizar motos sin patentar, robarlas y luego venderlas en San Nicolás casi como nuevas.
Estadísticas publicadas por este medio hace unos meses indicaban que un 25% de las motitos que circulan por la calles de la ciudad no están registradas ni patentadas. A veces por cuestiones de dinero los propietarios no hacen los papeles para normalizar la situación de dominio, y se arriesgan a circular con todos los perjuicios que puede ocasionar hacerlo con un rodado no declarado. Pero sin saberlo, además, son quienes más expuestos están de sufrir un robo y sobre todo si se trata de motos casi nuevas y de alta cilindrada. El dato aportado por una vecina a este medio no es menor y debería ser tenido en cuenta para investigar con más detenimiento dónde se trasladan las motitos robadas y quiénes son los que con “datos” precisos cometen este tipo de ilícitos. Algo similar ocurre con las bicicletas y que lleva a preguntarse por este circuito tan particular que luego permite conseguirlas a 30 ó 50 pesos como máximo. Más de un vecino ha reconocido a este medio que cansados de tantos robos tomaron como recurso negociar con los ladrones para recuperar lo que horas antes le habían sustraído.
Rosa aun no sale de su asombro y decidió llamar a este medio para contar casi con temor la experiencia que le tocó vivir mientras se encontraba pescando con su marido en la zona de Puerto de Obligado. Habían llegado hasta el lugar en la moto que poseen. Cerca de las 4 de la tarde observan que dos personas estaban también pescando muy cerca de ellos y les llamó la atención que miraran con mucho detenimiento su moto. Recuerda que ambos estaban bien vestidos, uno no tendría mas de 30 años y el restante por su contextura física parecía no tener más de 17 años. Circulaban en una moto Gilera nueva y sin patentar.
Esta vecina y su esposo, comenzaron a notar que estos jóvenes con frecuencia miraran el reloj para consultar la hora y casi de inmediato uno de ellos comenzó a contarles qué era lo que estaban esperando. “Empezaron a contarnos que venían siempre a la zona, que eran de San Nicolás y que se dedicaban a conseguir motos particularmente de 110 cc para vender luego en San Nicolás”, comentó Rosa a este medio.
Cuando entraron en confianza siguieron contando que recorrían San Pedro para buscar motos en buen estado y sin chapa patente. En su ciudad, luego, a estas motos le podían sacar hasta 1000 pesos y que se las vendían a concesionarias de esa zona porque al no tener papeles y no estar declaradas podían pasar como nuevas. Cabe mencionar que estas motos que superan los 100cc tienen un valor que oscila entre 3000 y 6000 pesos y varia de acuerdo a la marca.
“Hacemos buenos negocios siempre y cuando estén sin patentar”, dijeron los ladrones a esta vecina y agregaron a sus dichos que antes tenían un intermediario en San Pedro que se las conseguía, pero que cortaron esa vía porque no les hacia rebajas con el precio y lo que podían sacar por cada venta era poco. Por eso prefirieron hacerlo ellos directamente viajando con frecuencia para seleccionar su botín.
“Comentaron que en esta ciudad pueden trabajar tranquilos y que la movida ahora está acá. Nos dijeron: a veces está fácil porque le robamos a las viejas gilas que las dejan así nomás, es montarla y nada mas”, recordó Rosa que aún junto a su marido no puede creer cómo ellos siendo unos simples vecinos se pudieron enterar de esta modalidad y quienes tienen que investigar este tipo de ilícitos no están al tanto.
Por lo que contaron sobre su modus operandi, estos jóvenes luego de abordar la moto, emprenden el regreso hacia San Nicolás y lo hacen tranquilos por la misma Ruta 9 porque “no los para nadie y menos de noche”.
El dato aportado por esta vecina, confirma las sospechas de que las motos sustraídas no quedan en San Pedro y que son trasladadas a localidades vecinas donde se venden tal cual están o son desarmadas en talleres clandestinos o en casas particulares. Para evitar identificaciones, a veces se separa el motor del cuadro y de esa manera el rastro y las esperanzas de encontrarlas, se pierden por completo.