Las casas de comida sin respuesta por sus quejas
Los seis comerciantes que se habían unido para reclamar por la proliferación de ventas de comida caseras sin ningún control municipal, jamás recibieron una respuesta de algún funcionario. El grupo no volvió a reunirse pero en forma particular quieren mantener la queja y hasta buscar asesoramiento legal. Además, hay molestia por un reciente proyecto de los concejales que buscan regular la instalación de mesas y sillas en las veredas.
El grupo de propietarios de rotiserías y pizzerías que habían presentado una nota hace un par de meses en la Mesa de Entradas de la Municipalidad para elevar una queja formal sobre el crecimiento de la venta informal de comidas en la ciudad, no han recibido al día de hoy ni siquiera una llamada telefónica como respuesta.
Así lo confirmó uno de los comerciantes que han impulsado con mayor intensidad esta movilización a la que se habían sumado un total de seis locales. La carta en cuestión fue firmada entonces por los responsables de Rancho Grande, Punta San Pedro, Las 2 Esquinas, Pizzería Bauza, Los Hermanos y Como en tu Casa, pero tampoco con posterioridad la convocatoria se amplió y no se han realizado más reuniones.
“No somos más que unos pocos, porque algunos no están afiliados al Centro de Comercio y eso complicó las cosas. Además, se nos complica reunirnos porque estamos con los negocios abiertos”, manifestó el mismo comerciante al respecto. De todas maneras, la intención es mantener el reclamo pidiendo un mayor control sobre la actividad marginal que vende comida a domicilio o en la calle sin contar con habilitación municipal, y por lo tanto sin que el área de Bromatología pueda inspeccionar la calidad de lo que se comercializa.
En su momento, los funcionarios municipales consultados habían adelantado que en algunos casos la informalidad respondía a una necesidad laboral determinada sobre la que resulta muy difícil tomar decisiones. Pero del otro lado, los que sí están habilitados sienten que son el blanco de las exigencias y los controles, a pesar de abonar sus impuestos.
Por eso, la intención de algunos de los que más impulsan la queja es actuar incluso en forma personal y ahora buscan asesoramiento legal para hacerlo.
Veredas en la mira
En una de las comisiones del HCD, los concejales están analizando un proyecto de ordenanza que busca ordenar la instalación de sillas y mesas, u otras estructuras, en las veredas céntricas.
Los propietarios de las mencionadas casas de comidas se mostraron molestos porque sienten que se trata de una medida que apuntaría nuevamente sobre los comercios que sí están habilitados y cumplen con la ley.
“Esto es sencillo. Es como el cuento en el que se obliga a un cazador en poco tiempo y sin recursos, a cazar un león y un tigre. Adónde va a ir? Al zoológico. Aquí se hace lo mismo, se mira lo que está a la vista y a quienes no pueden escapar porque trabajan con un local a la calle”, explicó enojado un comerciante.
El proyecto en cuestión establece que “la colocación de mesas, sillas, vallas y sombrillas y sus análogos en la vía pública de los locales vinculados a la gastronomía que pueda corresponder a criterio de la Dirección de Inspección de Comercio, deberán obtener el permiso de la Municipalidad de San Pedro de conformidad a las siguientes pautas y previsiones, caso contrario serán pasibles de las infracciones y multas que se establecen en la presente normativa”.
Además de determinar los espacios permitidos o no para colocar estos elementos, el proyecto prevé el pago de un canon según la ordenanza fiscal vigente por “uso de espacio público”, o de lo contrario una serie de multas que van desde los $ 500 a $ 1500 por la instalación de mesas, sillas, sombrillas y vallas, o de hasta $ 3.000 por no remover estructuras fijas como mampostería y otras construcciones. El argumento de los comerciantes es que, más que controlar el espacio público es necesario prevenir cuestiones que apuntan a la salud de la población que puede verse afectada por la venta indiscriminada de alimentos que se elaboran en forma precaria y sin pasar por ningún tipo de inspección. Y que compiten con ellos en forma totalmente desleal.