La Nube
Noche, luna, frío, viento sur. Vuela y viaja la miseria, con su olor a pobre. Trae el aire, humo a plástico quemado desde el basural.Viene el olor a la miseria de los miserables que tiran comida, que no les importa.
Caprichoso el viento se empeña en devolver algo de lo que la sociedad tira. El tiempo a su modo justiciero colabora.
¡Quemen…, quemen!, ¡que hace frío y no se ve!
Llega la nube tóxica y negra a la ciudad, nos impregna y nos iguala, a los que corren en familia revolviendo basura. Niños descubriendo un mundo que García Curten transformaría en algo bello.
Niños de aventura con sueño, y sin sueños, cerca de monstruos que no los asustan, buscando juguetes pueden encontrar la muerte. Sus padres cargan el peso de los excluidos y juntan para que coman y mañana sean votantes.
Los grandes corren al camión, que llega con mercadería, es el Tolo que hace el centro.
Los niños tardan en reaccionar y también corren, creyendo que es un juego con premio…
Avanzan las manos frías sobre las bolsas, el hambre corta las manos y el humo va a la ciudad donde duermen calentitos los hipócritas.
Festejos y alborotos, llegó el camión de facturas y ensaimadas verdes, descascaradas y calentitas, al rescoldo de botellas y bolsas, con mate cocido en lata de 5 litros, es una pausa para llorar.
Ya amanece y el amparo de las sombras se va, llega la vergüenza.
Alguna cucarachita remolona todavía revuelve buscando una muñeca que vio anoche en un resplandor.
La luz de este hermoso día, descubre su carita Argentina que vive en un paraíso llamado San Pedro.
¡ Ludmila…! Ludmila… vení, vení a comer.
Y ella corre por la pila feliz en su mundo de basura. Ya el humo terminó, hasta mañana.
Mario abandonó.
Luis, e-mail: tobyymortadela@yahoo.com