La historia de superación del rugbier Lisandro Salinas: Estuvo más de dos meses internado y volvió a jugar en Tiro Federal
El venezolano de 30 años disputó el sábado, después de nueve meses inactivo, su primer partido de la temporada con la camiseta Biguá en la intermedia luego de haber atravesado una situación delicada de salud producto de una infección que le causó una bacteria en su cuerpo. "Siempre me sentía bien, siempre tuve la esperanza de poder volver a jugar", contó a La Opinión al mismo tiempo en que relató situaciones difíciles que observó estando en el Sanatorio Güemes de Capital Federal.
Lisandro Salinas la pasó mal, muy mal. Durante la pretemporada de Tiro Federal al rugbier venezolano de 30 años le ingresó una bacteria y fue tratado en el Sanatorio Güemes donde fue intervenido quirúrgicamente y, en los dos meses y medio en los que estuvo internado, una parte fue en terapia intensiva. Pero el mal trago pasó y el sábado volvió a ponerse la camiseta del Biguá en la derrota de la intermedia ante Del Sur por la vigésima fecha de la segunda división de la Unión de Buenos Aires (URBA), momento muy especial que, en una entrevista a La Opinión, graficó en palabras: "Volver con mis compañeros y la gente de San Pedro que siempre se ha portado de manera excelente conmigo era algo grande. Lo esperé desde que empezó la temporada, pasé entre ocho y nueve meses sin jugar. Ahora espero volver a estar a tono para volver a la primera".
Sobre cómo la infección ingresó en su cuerpo, sostuvo que "al parecer" fue en un "entrenamiento" pero que no estaba "seguro". Y detalló: "Fui al médico, me dijeron que tenía una infección, hice el tratamiento y se pasó pero empecé con un dolor dorsal. Pasaron tres semanas en que me vieron diferentes médicos a ver si era algo muscular pero resultó ser la infección. Ahí pasaron un montón de cosas, me operaron, estuve dos meses y medio internado en Buenos Aires y tuve que terminar el tratamiento acá en San Pedro que fue un mes y medio más vía oral".
A pesar de la situación, Lisandro dejó en claro que "siempre" se sintió "bien" y tuvo la "esperanza" de "poder volver a jugar" aunque le "daba miedo" lo que sucedía porque la infección le llevó a una vértebra y se le "inflamó". "Los médicos me dijeron que hasta que no se me desinflamara no jugaba. Hasta hace dos o tres semana no sabía su podía jugar hasta que constató que la inflamación se fue", relató.
-Salinas con la camiseta de Tiro Federal en un partido en 2018. Foto: Archivo La Opinión.
En los más de 60 días que estuvo en el centro de salud observó un sinfín de situaciones que lo podrían haber golpeado anímicamente pero nunca bajó los brazos. Salinas compartió una habitación con pacientes que fueron pasando mientras él seguía recuperándose y aseguro que vio "un montón de cosas" que lo hicieron "pensar mucho sobre la vida": "Las cosas que vi, las personas, situaciones, gente joven como un compañero de 19 años del norte que le amputaron un brazo. Hubo gente que estuvo conmigo que se recuperó y otra que murió. Obviamente te afecta mucho pero te hace mucho más humano, te hace ver las cosas que uno tiene como la familia y amigos. Afecta porque estás ahí y ves que te puede pasar una situación así pero mantenerse positivo es importante. Me ayudaron mucho -continuó- las visitas de compañeros del club y estando hospitalizado conocí a mi novia colombina y también ella siempre estuvo desde el principio. También amigos de Venezuela que están en Buenos Aires me ayudaron mucho".
En la primera fecha de la temporada, el Rojinegro fue local de Argentino de Avellaneda y en la previa sus compañeros de los planteles de primera e intermedia se tomaron una foto con una bandera de Venezuela y un mensaje de apoyo que decía "Fueza Licha, Tiro está con vos". Y "Licha", tal lo apodan al forward extranjero que tiene su propia rotisería en la ciudad en la que trabaja con su novia, regresó porque, tal describió, "lo más importante" era "darle el apoyo al club" que está "medio complicado" en la tabla de posiciones (está décimo, un puesto por encima de los de repechaje por el descenso). "No es nada que no se va a superar porque se está entrenando y trabajando y creo que para el final de año, que quedan pocos partidos, vamos a ir mejorando", aseveró.
Por último, se refirió a cómo fue su performance en su vuelta a las canchas y admitió que sintió "bien" y con "muchas ganas" porque entrenó "tres semanas" aunque con el correr de los duelos se va a ir "adaptando". Y cerró: "No pensé que iba a jugar el tiempo completo, pero me sentí bien. Para estar en la primera depende de los entrenadores y los chicos que están jugando lo están haciendo bien. Creo que las próximas fechas voy a estar un rato".
-Todos los jugadores de Tiro Federal con la bandera en apoyo a Lisandro Salinas. Foto: La Opinión.
Salinas es oriundo de Mérida, ciudad venezolana ubicada al pie de la Cordillera de Los Andes, y llegó a Argentina hace poco más de cuatro años. Posteriormente, se mudó a Barcelona, España, y, al tiempo, regresó a su tierra natal para ayudar con el dinero ahorrado durante su "gira" a su papá.
Su vuelta a San Pedro fue difícil por la situación política de Venezuela y las autoridades de Tiro Federal debieron enviar una nota a la embajada de ese país en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mientras tanto, Lisandro durmió más de una semana en un aeropuerto hasta que lo dejaron partir de Caracas y su primer nuevo contacto con la institución local ocurrió en Campana a dónde apareció durante el desarrollo de un encuentro amistoso.
En Argentina Lisandro está acompañado por su novia de Colombia, hermana y coterráneos como Daniel Durán Aular quien también integró planteles de Tiro Federal hasta que se mudó a Capital Federal. Desde su vuelta, se identificó de lleno con los colores rojo y negro y es muy querido por sus compañeros y dirigentes de la institución que se preocuparon por su salud y estuvieron pendientes durante el proceso. En la temporada 2018, quien en su momento representó a la selección venezolana de rugby disputó casi todos los partidos con el elenco superior que fue protagonista en la URBA y estuvo cerca de lograr el ascenso a primera C.