La educacion en llamas
Un incendio destruyó dos salones de la Escuela Normal, donde funcionaban Secretaría y Preceptoría, cuyos elementos quedaron irrecuperables. El hecho se produjo luego de pintadas y huevazos cruzados entre alumnos de esa escuela y el Instituto Socorro. El siniestro fue intencional y no podría haber sido efectuado por una sola persona.
La Escuela Normal es para los sampedrinos sinónimo de educación pública. Sus pasillos y aulas, que el año que viene cumplirán 100 años, fueron y son testigos del paso de muchas generaciones. Por la institución pasan miles de alumnos, docentes, directivos y no docentes al año.
La madrugada del Domingo asestó una herida en los habitantes de la ciudad. Sean o no miembros de la comunidad educativa de las ocho unidades que funcionan en el mítico edificio de Bottaro al 900, todos los vecinos sintieron en la piel la indignación que produjo un hecho sin precedentes en la historia de San Pedro.
El frente del establecimiento denunció en la madrugada del Domingo que algo pasaba en el despoblado interior: humo blanco salía por la ventana de la Secretaría del colegio, que da a calle Bottaro. A las 7.28 de la madrugada, el teléfono del cuerpo de Bomberos –que esa mañana festejaría su cincuentenario– sonó en el cuartel. Un vecino anunciaba el incendio.
Sin perder tiempo, los Bomberos Voluntarios llegaron al lugar, donde encontraron el siniestro cuadro: los salones donde funcionaban Secretaría de Polimodal y Preceptoría de ESB ardían en llamas desde entre media y una hora atrás, producto de un atentado del que todavía hay muchas dudas y cabos sueltos.
Se estima que los autores del hecho son varios, pues una persona sola no podría haber desatado tamaña destrucción. Habrían ingresado por el patio que da a la Avenida 11 de Septiembre, avanzando por las galerías a cuyo paso rompieron todo lo que encontraron: macetas, cestos de basura, pizarrones, afiches con trabajos prácticos que eran exhibidos en las paredes, cuadros. Forzaron las puertas de los salones y una vez allí dentro incendiaron el lugar.
Los dos salones afectados albergaban en su interior documentación correspondiente al trabajo cotidiano de los dos niveles citados, archivo de los últimos cinco años, computadoras, legajos, impresoras, mobiliario, equipamiento pedagógico, entre otras cosas cuyo detalle se reproducen en esta página. La distancia entre los focos denota que la intención de los que iniciaron el fuego era llegar a esos blancos.
Las sospechas
Las hipótesis en torno al vandálico acto se dispararon automáticamente. Los antecedentes de los días previos señalaron en principio el enfrentamiento que algunos alumnos del Normal tuvieron con otros del Socorro.
El Viernes pasado, el Instituto privado de calle Pellegrini había recibido la “visita” de un reducido grupo de adolescentes que cursan el último año de la secundaria y que el Sábado emprendían su viaje de egresados a Bariloche. Huevos, mensajes en aerosol sobre la calle y cánticos fueron parte de la “vuelta olímpica”, que suele tener ese lamentable carácter de búsqueda de conflicto con otros colegios. En el Normal, docentes y autoridades mostraban preocupación por lo que pudieran hacer durante esa mañana sus egresados, que no habían concurrido a clases. Sobre el mediodía, respiraban en paz. Sólo se habían sobrepasado con los huevos y los gritos frente al Socorro.
El Sábado por la mañana, la Escuela Normal amaneció con las paredes pintadas en aerosol con prolija caligrafía en dorado que rezaban: “Socorro manda” e insultos, a modo de respuesta por lo sucedido el día anterior. Las rejas verde inglés de la puerta principal de la Escuela que fundaron el Presidente Figueroa Alcorta y su Ministro de Instrucción Pública Rómulo Naón chorreaban pintura de varios colores que había sido arrojada como un baldazo de maldad sobre sus históricos barrotes.
Esos hechos hicieron que muchos se apresuraran a señalar a miembros de la comunidad educativa del Socorro. Una hipótesis que, si bien no es descartada, fue minimizada desde todos los sectores que intervinieron en la cuestión.
Las pérdidas fueron importantes en cuanto a materiales de trabajo, pero al menos el buen tino del Secretario, Gustavo Liloff, que guardaba copias de documentación en discos rígidos extraíbles permitió conservar mucho material para las tareas cotidianas.
La causa
Los investigadores buscan determinar quiénes fueron los autores de un hecho que no tiene precedentes en la ciudad. “Como docente, jamás me había tocado vivir algo semejante”, dijo Marta Alonso, Directora de la Unidad Académica. “Aquí se perdió todo, gran parte de la historia y la documentación de todos los alumnos”, agregó. Fabio Giovanettone, Jefe del cuerpo de Bomberos, informó: “Los daños son sumamente importantes, hay dos habitaciones practicante irrecuperables. La falta de conexión entre un foco y otro hacen pensar que fue intencional”.
El único caso semejante del que se tiene memoria es el del Instituto Margarita O’Farrel, en Santa Lucía, donde un grupo de menores incendiaron toda la documentación de ese colegio. También se recuerda el incendio de la sala de Mapas del Socorro, en los años 80’.
Al cierre de esta edición, el Fiscal Leveratto aún no había recibido las actuaciones de la UFI N° 5 y la policía local. El Jefe de la Departamental, Hugo Prado, confirmó que el hecho fue intencional, ya que el incendio se provocó en distintos lugares. Procuran determinar si los autores utilizaron algún tipo de combustible para alimentar el incendio.
Vuelta de tuerca
Las vueltas olímpicas son objeto de debate desde hace muchos años en la ciudad. Algunos hechos pasados como la jornada de Sábalos podridos en los salones de la Escuela Normal, en 1995, un ataúd robado del cementerio en las escaleras de la escuela Industrial en 1989, o la vuelta olímpica de 2002, cuando alumnos del Normal fueron masivamente amonestados por provocar destrozos en el Socorro, obligan a recordar que los desmanes son moneda corriente en esa “tradicional celebración” que los egresados hacen en su último año, generalmente antes de irse a Bariloche.
El folklore de las vueltas olímpicas refiere a disfraces, fiesta, un poco de ruido, el ingreso al colegio a irrumpir en el recreo para saludar con la presencia festiva de quienes dejarán para siempre esos pasillos, entre otros divertimentos menores.
Sin embargo, la mayoría de las veces, las vueltas olímpicas terminaron con desmanes. Vidrios rotos, paredes pintadas, peleas callejeras, insultos y muchos problemas llevaron a que las autoridades de los colegios vieran la necesidad de despegar el nombre de sus instituciones de hechos que un grupo de alumnos cometían en nombre de todos.
Por eso, los códigos de convivencia que cada comunidad educativa debate pluralmente año a año son claros al respecto.
El de la Escuela Normal prohíbe las celebraciones “del tipo vuelta olímpica” y es un punto que no se negocia en los discusiones sobre la convivencia escolar.
Muchos adolescentes a lo largo de los últimos años reclamaron que no podían ser ellos quienes pagaran los desmanes de años anteriores con la imposibilidad de festejar. Ahora, con hechos como los que se sucedieron antes del incendio, ya habría precedentes para que la prohibición siga en pie. Lo acontecido el Domingo suma mayor incertidumbre a la compleja relación entre alumnos y docentes, de la que los padres no son ajenos.
Una vez más, se abre la necesidad de discutir acerca del rol que los padres deben jugar en la educación de sus hijos, los vínculos rotos en la comunidad en general y en la escuela en particular, la pérdida de identidad en un espacio que supo ser marca de referencia para quienes transitaban su adolescencia por allí.
La escuela reclama una reformulación de su propio acontecer, pero no podría tener viabilidad si todos los actores de la comunidad no se comprometen.
El Centro de Estudiantes del Normal repudió el hecho. Lo propio hicieron los alumnos del Socorro, que enviaron una carta a las autoridades del colegio público. Los padres no se pronunciaron públicamente, aunque nadie puede no estar contra semejante acción. La Cooperadora deberá destinar el dinero recaudado en una rifa par reponer lo perdido. Jefatura Distrital elevó informes a Provincia para que tome cartas en el asunto y entreguen un subsidio que permita recuperar lo destruido. Los sampedrinos miran atónitos el desenlace de un debate que los atraviesa como sociedad.
Las paredes de la Escuela Normal guardarán en su memoria el recuerdo del acto vandálico más horrendo de la historia educativa local.
Más de 60.000 pesos en materiales
Los elementos que se destruyeron con las llamas suman aproximadamente 62.000 pesos, según estimaciones de las autoridades de la Escuela y del Consejo Escolar. Muchos muebles no pueden ser valuados, ya que su antigüedad y su condición de bienes de estilo y calidad lo impide. Los daños parciales y del inmueble no fueron incluidos en ese número porque aún no fueron calculados.
En la mañana de ayer, la Inspectora General de Educación Belén Yunes, informó que se elevaría a San Nicolás el pedido urgente del monto calculado en pérdidas para comprar los elementos. Hoy se entregará en la Dirección General de Educación un informe técnico por parte de la Arquitecta del Consejo Escolar con el monto previsto para reconstruir los espacios destrozados.
Secretaría:
4 computadoras IBM – Disco duro 80G – 1G de Ram.
2 Impresoras HP 3005.
1 Impresora Epson C65.
1 Impresora HP 1020.
1 Impresora HP 1215 color.
1 Equipo Servidor Internet.
1 Filmadora.
1 Cámara Digital 8 Mpixel con cargador.
1 Cámara Web.
1 Máquina de escribir eléctrica.
1 Máquina calculadora eléctrica.
2 Equipos de música.
20 Calculadoras científicas.
1 Teléfono con fax y contestador.
2 Teléfonos comunes.
2 Escritorios de cedro con siete cajones.
2 Sillones de cedro tapizados.
2 Escritorios dobles.
1 Mesa de roble.
2 Sillones giratorios tapizados.
3 Sillas de metal tapizadas.
6 Sillones de metal tapizados.
1 Mueble de madera de roble de cuatro puertas de 3 mts. de alto.
2 Estufas eléctricas tipo calefactores.
Preceptoría:
2 Escritorios de madera de dos cajones.
3 Sillas de metal tapizadas.
1 Armario de cedro de dos puertas con vidrio.
1 Mueble metálico de dos puertas.
1 Armario de fibrofácil de dos puertas.
2 Estufas eléctricas.
Parcialmente destruido:
2 Escritorios de cedro dobles de 7 cajones.
1 Escritorio doble de siete cajones tapizados.
2 Sillones de cedro tapizados.
2 Mesas chicas para máquinas de escribir.
3 Mesas de computadoras.
1 Armario de 4 puertas de cedro de 3 mts. x 8 mts.
2 Armarios de cedro de dos puertas con vidrio de 12 mts. de alto.
1 Armario de metal de puerta doble.
4 Ficheros de metal para legajos.
Fuera de correo
Por Alejandro Raúl García
Profunda vergüenza
La Escuela 47 fue asaltada hace varios meses…
Luego fue un jardín y luego otro…
Hoy la triste suerte le toca a la Escuela Normal, a mi Escuela Normal, a nuestra escuela… una más.
Los jóvenes son el reflejo de los valores de la sociedad… esto es una verdad incuestionable y a los hechos me remito.
Antes, la juventud educada desde los hogares se proponía modificar su entorno. Los jóvenes se sentían responsables y capaces nada menos: “de cambiar al mundo”.
Hoy se encuentran perplejos y sus actos son reflejo de esto.
Los jóvenes actuales (salvo excepciones) se ven rodeados por una sociedad que no atina que LA EDUCACION ES PROPRITARIA EN TODA SOCIEDAD.
Actualmente los responsables de nuestro futuro no atinan que con 50 pesos más o menos de paritarias no cambiaremos los trágicos episodios como los citados más arriba. Belgrano quería pagarles la misma suma que a un Juez, ¿Qué estaría diciendo con dicha acción, qué estaría proponiendo?
Los jóvenes se ven desorientados en esta sociedad y arremeten contra ella.
Sólo asumiendo nuestra responsabilidad de adultos, proponiendo a los jóvenes modelos de conducta que merezcan ser imitados y seguidos, acopándonos de sacudir su apatía para exigirles esfuerzo de la confrontación y la crítica podremos recuperar el sentido perdido de sus vidas…
Profundo respeto por los pocos ciudadanos que aún tratan de sostener los cimientos, ya más que derruidos de esta verdad: LAS EDUCACION ES EL SECRETO PARA FORJAR UNA SOCIEDAD.
Sueño con que los que tienen el deber de forjar nuestro futuro comiencen a dar señales de que les importa realmente esto…