#JuanitaReportera presenta: ¿Cómo fue tu infancia, Jorge Sagrera?
Juanita Lafalce cumple 12 años este domingo 15 de julio. Es alumna del colegio San Francisco de Asís. Un sábado vino a La Opinión y Sin Galera, se quedó toda la mañana y planificó una serie de entrevistas con adultos, para saber sobre su infancia y compararla con la de los chicos de hoy, como ella. Para esta cuarta entrega estuvo en la casa del reconocido escritor Jorge Sagrera, de 59 años.
– Por Juanita Lafalce
"¿Cómo estás?", preguntamos los dos juntos y nos pusimos a reír. El escritor Jorge Sagrera me dijo que estaba contento de tener esta entrevista. Al empezar a indagar sobre su infancia y preguntarle a qué jugaba, me gustó mucho todo lo que recordó.
"Cuando era chico me parecía que disponíamos de más tiempo. Por ejemplo, las vacaciones de verano no duraban tres meses, duraban tres años, porque no había tanta estimulación externa, tanta rapidez, tanta velocidad, parecía que el tiempo se estiraba, te daba la sensación de querer volver a la escuela con esos tres años de vacaciones, que en realidad eran tres meses", contó.
"Éramos de crear situaciones, de crear juguetes. Por ejemplo, en casa estaban haciendo una construcción y yo en un rinconcito de la casa hice una reproducción a escala de esa obra, entonces con unos palitos hacia los andamios, con tapitas de chapa hacia los baldecitos y la manijita con un alambre, los cargaba de arena después los subía con una soguita, era jugar a eso", recordó.
"De más grande tendría 12 años, en la época del 68/69, había una gran efervescencia de movimientos sociales, estaban los hippies, había bandas de música que tenían que ver con una corriente new age, y todo esto me hizo querer tener una guitarra eléctrica y, como no podía, me hice cortar con una madera terciada, la forma de la guitarra y después le pegaba papelitos y esa era mi guitarra", relató Sagrera.
"Me di cuenta, pensando ahora, que en mi casa mis padres me favorecían mucho. Si se me ocurría algo para hacer, trataban de procurar los medios”, señaló y agregó: "después los juegos con los amigos en el barrio, yo vivía en Eugenio Arnaldo, entre Rivadavia y Almafuerte, esa era una de las calle de los naranjos, que en mis escritos remito mucho a los arboles de naranja amargas, con sus azahares. Siempre fue importante en mi niñez", rememoró.
"Una de las cosas que hacíamos cuando éramos chicos, nos sentábamos en el cordón de la vereda, no había el tráfico que hay ahora, entonces agarrábamos naranjas y cuando pasaba un auto tirábamos por abajo a ver si la pisaba. El que pisaba más ganaba", narró el escritor. Sagrera y sus amigos tenían un equipo de futbol, que se llamaba Eugenio Arnaldo. "Jjugábamos contra los de Rivadavia, que era otro equipo. Nos íbamos de picnic al Aero club en bicicleta".
El escritror contó que "era muy lector de revistas que hoy se llaman comic. En aquel momento se llamaba El Toni, Fantasía, Patoruzito, y después vendíamos las revistas, atábamos un cordel de árbol a árbol, las colgábamos del lomo y pasamos tardes enteras vendiendo.” Le pregunté si se aburría y me respondió: "Veo para atrás y siempre estuve haciendo cosas, no tengo esa idea de haberme aburrido”. Sobre el deporte, me contó que practicó "vóley, básquet, futbol, tenis" y que, finalmente, se quedó con el tenis.
"¿Crees que la lectura ayuda a la imaginación de los niños?", pregunté. “No solamente a los niños. Sin dudas, ayuda. Se abren nuevos mundos nuevas experiencias. Tengo la experiencia de que algunos libros me han impulsado a escribir sobre algún tema. Así que estoy convencido”, afirmó.
"¿Veías televisión o escuchabas radio?", quise saber. “Más radio, para esa época. El televisor era en blanco y negro, había pocos canales, pocas ofertas, pero me gustaba mirar televisión, programas o series, como Bonanza, Combate, Los tres chiflados, que hoy a la distancia los Tres Chiflados, que nos parecían divertido, parecen violentos, como Tom & Jerry, el correcaminos, pero en esa época y en ese contexto funcionaban bien", reflexionó.
"¿Cómo se enteraban de las noticias?", consulté. “En esa época, al no haber tanto desarrollo de las tecnologías, parecía que el mundo quedaba más lejos, te enterabas algunas cosas. Mi papa trabaja en un restaurant y traía las noticias que pasaban algunos clientes, de ir al almacén, era un poco las noticias del pueblo, con la cercanía de las personas", dijo.
"¿Tenés tecnología y redes sociales?", pregunté. “Al tener la editorial necesitamos hacer los trabajos con la computadora. Tengo un hijo que vive en otro país, entonces hacer Skype una vez a la semana da una cercanía que no parecería de estar tan lejos. Así que soy de usar la tecnología, como herramienta y como forma de socializar”, contó.
En ese sentido, agregó: “Utilizo mucho el Facebook. No tengo Instagram, alguna vez tuve Twitter pero veía que me demandaba mucho tiempo, que podía utilizar, por ejemplo para la creatividad para escribir, así que fui reduciendo y me quede con Facebook".
Terminé mi entrevista como siempre lo hago, pidiendo un mensaje para nosotros, los niños de esta generación. "Por un lado, agradecerles la creatividad, el interés, la apertura que tienen hacia el mundo, la valentía. Han crecido en un momento histórico que para ustedes es normal, para nosotros que tenemos cierta edad es un mundo al que hay que adaptarse. Algunos dicen que en estos tiempos no es tan importante el conocimiento sino la capacidad de adaptarse a los cambios", señaló.
"Prueben todos los deportes, actividades artísticas, que es lo que más les va con su ser. Estén siempre cerca de un adulto. Pidan consejos a los maestros, en estos tiempos encontrar un buen maestro, en sentido no sólo de la escuela sino en otras situaciones, un deporte o en la vida, es muy importante. Así que a mí me gustaría felicitarlos por el momento histórico que están viviendo y por estas gran potencialidades que tienen, a lo mejor les diría cuiden esas potencialidades, que tienen mucho para dar", finalizó.