Javier Sierra, el árbitro que dirigió con un infarto cardíaco: “Dejé en mi mejor momento”
Retirado de la actividad desde hace algunos años, el exreferí en las ligas Sampedrina (LDS) e Infantil contó su historia a La Opinión y repasó momentos de su carrera dentro del campo de juego en la que impartió justicia en "todos los clásicos" e intentaron sobornarlo. "Creo que dejé el arbitraje bien alto en la zona", aseguró. Además, se refirió a su presente como delegado del nuevo San Roque y la sanción que recibió en el fútbol infantil por adulterar documentos de Sindicato Municipales.
Javier Sierra es, actualmente, el delegado del Club Social y Deportivo San Roque San Pedro Asociación Civil en la Liga Sampedrina (LDS). Antes, fue árbitro hasta que tuvo que retirarse por un problema cardíaco y quiso contarle su historia a La Opinión, desde sus principios hasta cuando sufrió un infarto en el Polideportivo Pablo Noat en un duelo entre La Esperanza y Agricultores.
El exreferí en las ligas Sampedrina e Infantil repasó momentos de su carrera dentro del campo de juego en la que impartió justicia en "todos los clásicos" y admitió que intentaron sobornarlo. Además, se refirió al presente del Santo, recientemente afiliado a la LDS y sin haber podido debutar por la pandemia de coronaviru y la sanción que recibió en 2009 por parte de la la LDI acusado de adulterar documentos de Sindicato Municipales, club que actualmente no compite.
– ¿Cómo arrancaste a arbitrar?
-Empecé a los 30 años. Siempre estuve ligado al fútbol, me gustaba y como no lo pude jugar y estuve dirigiendo algunos equipos, pero tuve algunos problemas, me alisté como árbitro en la Liga Infantil (LDI) y ahí empecé. Fue muy corto mi paso por la LDI y después pasé a la Liga Sampedrina. Creo que no dirigí mucho en la LDS, creo que fueron tres o cuatro años, pero ya después del primero estaba dirigiendo en primera. Creo que fui uno de los mejores árbitros que tuvo la liga a nivel local y zona. Dirigí en la Copa de Campeones, todos los clásicos, finales de U15 y U18 y creo que dejé el arbitraje bien alto en la zona.
– ¿En algún momento dudaste con ser árbitro?
-No, no dudé. Sí muchas veces cuando dirigía me preguntaba qué estoy haciendo acá, adentro de una cancha. Otras veces pensaba que necesitaba el dinero y que me gustaba la profesión.
– ¿Tenías relación con el fútbol desde antes de ser árbitro?
-Sí, siempre estuve relacionado sal fútbol. Fui técnico y ayudante con Carlos Oilher y (Gerardo) "Coco" Espíndola en la división 1988 de Banfield que fue campeón. Después estuve relacionado de técnico con América y Sindicato Municipales en el fútbol infantil. Siempre estuve relacionado con el fútbol infantil y cuando fui joven jugué muchos años en Mitre.
– ¿Incursionaste en algún otro deporte?
-No, siempre en el fútbol.
– ¿Fuiste víctima de alguna agresión?
-Sí, fui agredido una o dos veces. Una vez un padre entró a la cancha y me pegó una piña desde atrás. Otra vez en un partido entre Rivadavia y Banfield en Baradero, era la última fecha y los dos habían sacado un punto. Vos ya sabes y te das cuenta cuando de los dos lados te quieren pegar y un jugador de Rivadavia me tiró una piña, no me alcanzó a pegar y fue algo leve.
– ¿Qué pasó el día de América-Atletico en cancha de Defensores Unidos cuando el partido terminó en una batalla campal?
-Me acuerdo ese partido que terminó 2 a 2. En el primer tiempo eché a (Damián) Ferroni de América y después, a los 10 minutos, a un número 2 de Atlético que había jugado Copa Libertadores (N. de. R.: Diego Bonelli) y yo le llegaba a la cintura. Fue sobre el costado y casi lo mató a uno y le mostré la tarjeta roja. Me llevaba y me preguntaba si lo iba a echar y en eso nunca tuve problemas así que lo eché. El partido después iba 2 a 1 para América y el arquero de América en ese momento era Kevin La Fuente, hizo tiempo, di dos minutos más y viene el empate de Atlético. Termino el partido y un jugador de América agredió a uno de Atlético, ahí entró Bonelli a la cancha al cruce, se metió también el técnico de América (Leandro) Gauna que estaba expulsado y se armó una batalla campal. Vi ahí dos personas grandes que se agarraron y eran guapos, ninguno achicó y se pegaron algunas piñas, no dieron paso atrás. Atrás mío se estaban matando también. Nosotros como árbitros no recibimos ningún reproche si no un poco por los dos minutos que dimos de adición. Fue una batalla campal.
– ¿Alguna vez intentaron sobornarte?
-No. A veces te ofrecían algo. Incluso algunos eran equipos que no les alcanzaba para pagar los árbitros. A veces iban y te hacían el tiro, yo nunca lo tomé enserio. Pero que hay, hay.
-En caso de que si, ¿Que te ofrecieron?
-Siempre te ofrecen plata. Siempre aparecía alguno, más en los clásicos. Yo dirigí todos los clásicos del fútbol de San Pedro y Baradero. En algunos casos sí me han ofrecido plata. Yo les decía que se la den a los jugadores, que le compre sándwiches. Me llamaba la atención que después los escuchabas hablar y no tenían para pagarle a los árbitros.
– ¿A qué edad dejaste de dirigir y cómo fue el suceso que impidió que continúes?
-Dejé de dirigir a los 49 años, en mi mejor momento. Ese año dirigí todos los clásicos como Independencia-América, Paraná-Mitre, Fundición-Rivadavia, Atlético-Sportivo y General San Martín-Central Córdoba. Tuve un infarto y no pude dirigir más acá en la LDS. Quise volver teniendo el alta pero la Comisión Directiva no me dio la posibilidad. Me acuerdo en un partido que siempre le cuento a mi familia y amigos en el que había cuatro o cinco hinchas, La Esperanza-Agricultores en la cancha de La Esperanza. Tuve síntomas del infarto y en un momento no daba más del dolor de pecho que tenía. Miré para los dos costados a mis asistentes que eran un chico joven y otro compañero sin experiencia en primera y segunda. Lo tuve que terminar, me cambié y fui al Hospital donde el médico me dijo que estuve dirigiendo con un infarto. Así fue, no dije nada seguí dirigiendo un tiempo más y tuve otro trabajando. Después dirigí dos partidos en la liga de Villa Constitución porque la LDS no me dio la oportunidad. Después no quise seguir más.
– ¿Cómo llegaste a ser delegado de San Roque y que te sedujo de esa propuesta?
-Por la amistad con Horacio Neyra y otros muchachos. Quería estar cerca del fútbol en San Pedro y me dijeron para ser delegado y fui delegado.
– ¿Cómo está San Roque hoy en día y como tomaron el hecho de no poder debutar por la pandemia?
-A San Roque le vino bárbaro este parate y reorganizarse y ver donde está parado. Costaron muchos los fichajes, el fútbol femenino también que ahora ya tiene una estructura y armar las inferiores. Creo que hay que hacer un proyecto a largo tiempo pero este parate le vino bárbaro. Hay que seguir trabajando porque no es fácil.
– ¿Por qué decidieron desafiliarse con San Roque FC y crear otro club con el mismo nombre?
-Se dio porque nadie es agradecido de la persona que estaba al mando del club en ese momento que es Horacio Neyra. San Roque F.C. con Horacio Neyra jugó un Argentino y Copa de Campeones, fue uno de los clubes que cuando los grandes no participaban, participó. No podés venir un día a decir que porque no ganaste un partido en el fútbol local. Cuando la política mete la mano en los clubes, es una equivocación. Se desafilió por muchas razones, todo caía mal, desde hacer una rifa hasta cualquier cosa.
-En 2009, cuando estabas delegado de Sindicato Municipales en la LDI te acusaron y suspendieron por "adulterar documentación" y después te reincorporaron ¿Fuiste responsable de eso?
-Creo que uno se equivocó pero nunca adulteré documentos. Solamente puse un chico que no jugaba nunca con otro carnet porque no jugaba ni en la división de él. Fue la equivocación que me mandé.
-¿Cuánto afecto en tu carrera como dirigente y árbitro después?
-Después tuve problemas en mi trabajo, la Municipalidad me investigó y me dieron la razón de que no había nada. A dónde iba me gritaban 'documentos' pero pasó. Hoy en día ya no y pasó porque me dieron la razón de que no había hecho nada.