HIPO-CRESIA
Hubo un señor que existió hace 2007 años que tuvo un comportamiento aventurero y contra- político. Se llamaba JESUS y había nacido en un maloliente pesebre mientras sus padres iban a censarlo para los romanos que gobernaban esa región. Era en NAZARETH y la pobreza familiar fue su signo esencial. Digo aventurero porque se rodeó de pescadores y frecuentaba a publicanos, pecadoras, recaudadores de impuestos implacables y hasta lo crucificaron con dos ladrones. A todos les demostraba una gran amnesia: les decía HOY estás (ó estarás) en el cielo; no mañana, hoy. Digo contra- político porque no prometía nada, ni trabajo, ni viviendas suntuosas, ni repartía chapas, alimentos; al contrario, les decía: “el que quiere venir detrás de mí, que renuncie así mismo, a sus bienes, que cargue con su cruz y me siga” (Mt. 16,24). Seguirlo era a fuerza de pura Fe, sin oros ni dineros ni prebendas!!! Sin embargo, a más de veinte siglos esa Iglesia que El fundó, está fuerte, lozana y decidida como aquel tiempo. A pesar de algunos fieles que no hacemos justicia con sus postulados, a pesar de algunas jerarquías que prefieren sancionar verbalmente a los supuestos ó no pecadores pero se hacen los sordos y ciegos ante la evidencia de conductas inmorales ó viciosas. ¡¡¡No hemos visto a ningún dignatario de la Iglesia condenar al Obispo Homosexual de Santiago del Estero ó los Curas peredastas como es el caso de GRASSI y tantos otros!!! Eso es hipocresía pura, pura. Condenan la falta de castidad (voto perpetuo junto al de pobreza y obediencia) pero le hacen el amor a un sacristán detrás del altar. Este pensamiento no es mío sino de un cura (ex) casado con una (ex) monja y padre de tres hermosos hijos que, ante la evidencia del amor, dejó los hábitos, terminó sus estudios de derecho y hoy ejerce su profesión de abogado luego de 20 años de ejercer el curato exitosamente. Creo que está llegando la hora de sincerar muchas de estas cosas en la sociedad actual, en esta sociedad narcisista, la del culto al físico, a la juventud, a la ropa, al buen pasar, bulímica de lo superficial. En esta sociedad del dinero y el placer la vida espiritual tiene poco lugar. Y si los ministros de las iglesias no son buenos ejemplos, ¿quiénes los serán? Dicen que la juventud está desorientada, es fácil la ecuación: porque no sabemos orientarlos como adultos. Porque no tenemos buenas señales de dirección desde hace mucho tiempo y la comunidad va para cualquier lado.- Por el Dr. Elvio Macchia