Hay dos opciones para convertir en un hotel los terrenos del ACSP
Las autoridades del Automóvil Club de San Pedro están en la etapa final de negociación para cerrar con una de las operaciones inmobiliarias más esperadas de los últimos tiempos: la venta de las dos manzanas que posee la institución en un sector con vista al río. Para concretar la operación se debe desocupar el predio y darle una opción a quienes viven allí. Además sería necesaria una excepción a la Ordenanza San Pedro 2000.
Las variables económicas del país tienen en sus manos buena parte del éxito de varios proyectos que están avanzados o a punto de encaminarse y que apuntan al mismo objetivo: el mercado turístico de San Pedro.
En “papel” y presentados ante la Municipalidad hay por lo menos seis emprendimientos concretos que se perfilan para los próximos meses y han sido encarados por empresarios sampedrinos o de otras ciudades. La fuerte tendencia de crecimiento que se advierte en la ciudad alrededor de lo turístico alienta estas inversiones y, para que se concreten y concluyan, es muy importante el acompañamiento oficial que allane los caminos para incrementar la infraestructura que colapsa cada fin de de semana con demandas importantes.
De todos los proyectos, en marcha o a punto de iniciarse, el más ambicioso y más esperado es el que podría apoyarse en los extraordinarios terrenos que posee el Automóvil Club de San Pedro, en la cresta de la barranca y frente al complejo Mansa Lyfe.
Inversiones
Con el característico temor que genera estar cerca de algo grande y perderlo por nimiedades, los que siguen de cerca la negociación del Automóvil Club prefieren no brindar mayores detalles sobre las perspectivas. Sin ánimo de congelar o revertir las negociaciones, lo que puede contarse es que el interés fuerte no es sólo de una empresa o inversor. Habría por lo menos dos y decididos a cerrar la operación cuanto antes, si se destraban además otros asuntos que no tienen que ver con lo económico. En ese sentido, ahora la comisión del Automóvil Club está más cerca de arribar al piso de 450 mil dólares que pretende por dos manzanas que indudablemente valen eso y mucho más.
Ese precio sería pagado por los interesados para desarrollar allí la construcción de un edificio torre que contaría con todos los requerimientos para ser elegido por turistas muy exigentes. Muchas veces se ha hablado de este tipo de proyectos y en esta oportunidad con buenas perspectivas. Sin embargo, por lo que la región está representando turísticamente, el éxito obtenido por otros emprendimientos del mismo rango y las particularidades del terreno, es más probable que esta vez se concrete.
El Automóvil Club de San Pedro, si logra hacerse de una suma semejante encararía con firme decisión la compra de un terreno que permita trasladar todas las actividades automovilísticas a un predio cuyo horizonte de crecimiento resulte mucho mayor.
Para que se haga
Las dos manzanas del Automóvil Club lucen carteles de inmobiliarias que ofrecen los lotes, pero las negociaciones están planteadas directamente y hay poderes de la entidad para que esto suceda.
Hay dos cuestiones centrales que están a la par de lo económico.
a) La limpieza de las manzanas, actualmente ocupadas en parte por viviendas que tienen servicios públicos y que deberán ser trasladadas a otro lado.
b) La excepción a la Ordenanza San Pedro 2000 que hace falta para construir en ese sector un edificio de varios pisos.
La intervención municipal ya fue solicitada por el Automóvil Club con una nota dirigida al Intendente a principios de este año. La entidad espera que desde el gobierno se acelere la recuperación de esas tierras, ocupadas en gran parte sobre lo que sería la calle que no está abierta entre las dos manzanas.
Con relación a la excepción a la Ordenanza San Pedro 2000, sería increíble que se plantearan objeciones. El análisis de un pedido de excepción que aún no fue interpuesto debería procesarse a través de una sesión extraordinaria del HCD y si el gobierno acompaña el proyecto y hace valer su mayoría, no deberían presentarse problemas.
La Ordenanza San Pedro 2000, es también motivo de estudio por parte de otras inversiones que como ésta, son largamente esperadas por un lado, y después se complican, llegando en algunos casos a perderse por caprichos o intereses políticos.
“No queremos que nos pase lo de Arcor”, dijo un integrante de la comisión del Automóvil Club, recordando la que fue sin dudas la frustración del año. El sentido común indica que ante una oportunidad como la que tiene la entidad, algo sí no debería repetirse.