Gimnasios en cuarentena: Llevan más de tres meses cerrados, aguantan con clases virtuales y no saben cuándo podrán reabrir
Es uno de los pocos rubros que desde que comenzó el aislamiento social preventivo y obligatorio para evitar la propagación del coronavirus todavía no pudo retomar su funcionamiento y, al menos en el corto plazo, tampoco lo hará, sobre todo porque en las últimas dos semanas San Pedro tuvo un importante brote de casos positivos de COVID-19. Mientras tanto, propietarios y entrenadores se las ingenian con propuestas por internet para sostener a sus clientes y, también, mantenerlos en movimiento aunque la realidad indica que luego de más de cien días sus economías están al límite y las deudas se acrecientan.
En San Pedro abundan los gimnasios, sea de la actividad que sea, y en su mayoría se desarrollan varias disciplinas como musculación, bailes, aeróbica, spinning, go jump, boxeo y artes marciales. Aunque cada uno tiene sus características particulares, hay una que comparten desde que comenzó la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus el 20 de marzo: están cerrados y se desconoce cuándo podrán reabrir.
Sin autorización del gobierno de la Provincia de Buenos Aires para funcionar, la Municipalidad los incluyó en el informe que envió a la Jefatura de Gabinete de Ministros para habilitar nueve disciplinas como "actividad física en espacios públicos", es decir, para que puedan funcionar fuera de su edificio al aire libre. Sin embargo, la respuesta sobre ese pedido todavía no se dio a conocer y, ante el brote de casos positivos de COVID-19, sería raro que llegue un visto bueno. Antes, propietarios de algunos emprendimientos se juntaron, elaboraron un protocolo para retomar la actividad y lo presentaron a las autoridades locales que mientras el partido continúe en Fase 4, con chances de retroceder, no lo elevarán.
La realidad de cada uno es un tanto similar aunque, dependiendo de los gastos que tienen, cuentan con más o menos espalda para seguir cerrados como lo están desde hace más de tres meses, más de cien días, y algunos tiraron la toalla. Incluso, es tal la incertidumbre que ronda, sobre todo con el pico de contagios que no para de crecer en Argentina y el partido, que no hay ningún indicio de cuándo y cómo se habilitará para reanudar disciplinas que miles de ciudadanos practican mes a mes, muchos de ellos por su salud.
"De tener alrededor de 90 personas pasé a 25-30, de dar cuatro o cinco horas ahora es una hora diaria. Hay disciplinas que se dejaron de lado porque no se pueden hacer. Hay que rebuscársela con los materiales que pueda tener alguien en casa. El uso de la tecnología hay gente que la tiene más clara y se conecta fácil y hay otra que no maneja redes sociales y se les complica. A eso hay que sumarle el internet de cada persona y de que si hay mucha gente conectada, se complica", graficó Verónica quien es propietaria de un gimnasio en el que la actividad principal es la aeróbica. Además, contó que otro problema que hay es que en clases por internet "no puede corregir" a quienes entrenan si es que están haciendo mal un ejercicio e indicó que hay personas que lo hacen "como lo ven" porque a través de un video es difícil en ocasiones entender su correcta realización. Y cerró: "Si se hace algún ejercicio mal y se lesionan no podés hacer nada porque no podés corregir. Hay gente que necesita hacer actividad fisca más que nada por lo psicológico más que lo físico".
Diego, por su parte, es profesor de boxeo y kick boxing y lo enseña en un espacio que alquila. Sin poder dar entrenamientos, sus ingresos económicos mermaron y sus deudas nacieron y crecieron: "Nosotros alquilamos el lugar y el gimnasio estaba al día hasta marzo. Desde marzo a la actualidad debo todo lo que implica tener un comercio: alquiler, luz, impuesto, ingresos brutos, monotributo, seguridad e higiene, contador y demás. Es mi único ingreso y jamás le pedí nada a nadie, me la rebusco y quiero trabajar". Respecto de cómo continúa la práctica, explicó que cuenta con "unos 50 alumnos activos" más diez que son de competencia lo cual "demanda mucho esfuerzo y dedicación" pero que hoy en día algunos siguen entrenando "por Zoom o rutinas escritas". En la misma sintonía se manifestó Damián quien tiene su gimnasio en Independencia y desarrolla actividades similares: "Se está poniendo imposible sostener las deudas y lo básico para vivir. Estoy viniendo al club pero estoy aprovechando para remodelar".
Algunos profesores también están sin trabajar como el caso de Ivana quien es profesora de zumba en Gobernador Castro y días atrás inició los trámites para instalar WiFi y dar clases virtuales teniendo en cuenta que al menos en el corto tiempo no podrá hacerlo en un salón. El caso de Agustina es diferente porque si bien desde su gimnasio se continuó con entrenamientos de zumba de forma virtual, lo hacen gratuitamente y abiertos a todo público. "La actividad principal es zumba pero también teníamos entrenamiento funcional, teatro, folcklore y yoga. Los profesores no pueden trabajar", comentó.
Fernanda, por su parte, es personal trainer internacional recibida de dos academias y aprovechó el parate obligado para perfeccionarse (tenía previsto un viaje para estudiar en el exterior pero lo hace vía Zoom porque la pandemia cambió el formato de cursada) pero necesita volver a trabajar, tal contó a La Opinión: "Entreno a mujeres y antes de la cuarentena me separé de un socio porque me pude abrir sola pero me agarró la cuarentena. Estoy pagando el alquiler con ingresos de otro lado, pero no sé cuánto tiempo más lo voy a poder sostener porque no tengo entradas, está muy difícil. Ahora voy a preparar clases virtuales para cuando termine de cursar y las voy a grabar también con diferentes dietas de acuerdo a las personas aunque lleva mucha planificación". También, reconoció que tenía la esperanza de que se reactive el rubro pero la aparición de casos positivos de COVID-19 fue "un golpe muy bajo". Y añadió: "Hay que ser fuertes en el gimnasio y en la vida cotidiana también para enfrentar esto que nos deja tan solos y sin un peso".
Sobre el protocolo que presentaron propietarios de gimnasios, Gabriela, quien tiene un emprendimiento donde se brindan clases de spinning y funcional entre otras actividades, recalcó las diferencias entre cada uno teniendo en cuenta la disciplina que ofrecen: "Se presentó un protocolo que luego le dio fuerza el Centro de Comercio para que se evaluara la situación. La realidad es que cada gimnasio tiene una particularidad que se tiene que evaluar. Puede ser un centro de musculación, de spinning o un salón de baile. Hay particularidades a tener en cuenta como, por ejemplo, entre las clases de baile con o sin elementos, las clases con niños, jóvenes o adultos y demás". Sobre el suyo, sostuvo que cerró "la segunda semana de marzo" y todavía no abrió porque el rubro no está dentro de las excepciones. En ese marco, explicó que dan "clases virtuales" pero que la situación es "catastrófica" porque estima que recién podrá reactivar su comercio "a lo último".
Por último, Héctor detalló que su gimnasio de musculación y karate (es el Sensei de la Asociación Sampedrina -ASK-) está sin actividad presencial desde el 16 de marzo pero que los profesores continúan trabajando y percibiendo su salario. Sin embargo, hizo hincapié en las dificultades que conlleva funcionar virtualmente: "Tuvimos que poner un sistema al cual no estamos acostumbrados para que la gente se mantenga en movimiento. Hay mucha gente que no conoce la tecnología para poder conectarse y se han visto avasallados sobre ese tema. Por zoom es muy difícil corregir a una persona, por ejemplo. En karate también estamos haciendo dos veces por semana Zoom gratuitos y no tuvimos muchas bajas aunque también es una realidad que los chicos están con mucha tarea de la escuela y se les complica. También los sábados damos conferencias a las demás escuelas del país".
En su relato, también referenció a lo importante que es la actividad física para la salud ya que cuentan con clientes que, por ejemplo, están en rehabilitación médica y a los que deben asistir de manera personal con trabajos. "Hay mucha gente que hace gimnasia por la salud y les va a ser muy difícil retomar porque les va a ser imposible, no va a ser fácil. Es algo totalmente nuevo, esto. Veo mucho el encierro y hay gente desesperada por hacer actividad", añadió y referenció lo que será el futuro cuando puedan reabrir: "Estoy conectado con cámaras de gimnasios de Argentina y de Sudamérica y se habla de que van a venir muchos cambios como el trabajo con turnos. Personalmente entiendo la situación y sé que no es momento de abrir. Me la voy bancando porque tengo otra empresa con la que sí estoy trabajando y acá tenemos que sostener varios empleados. No sé hasta cuándo vamos a aguantar".
En todos los casos los propietarios de gimnasios y entrenadores no saben cuándo y cómo será la reapertura de los salones porque carecen de información. En la misma coyuntura se encuentran hoy en día los funcionarios de San Pedro porque el objetivo está puesto en frenar los brotes que suceden desde hace dos semanas y cuánto más rápido se apaguen, menos deberá aguardar uno de los pocos rubros económicos que tiene prohibido trabajar y para quienes viven de él cada vez es más complicado subsistir.
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