Garantizaron la continuidad del servicio oncológico
Después de un cruce mediático en el que no se llegó a contar toda la verdad, lo más importante para los pacientes del Servicio de Oncología del Hospital de San Pedro es que tienen la certeza sobre la continuidad de la atención, pero sin la presencia del Dr. Galvez que se alejó lanzando duras acusaciones. Más allá de una relación complicada con las autoridades, son cuestiones económicas las que llevaron al prestigioso profesional a retirarse. La decisión puso de manifiesto también una relación tensa con la Cooperadora, con la que el Director Francisca reconoce diferencias de criterio.
Lo más importante para los pacientes que desde hace varios meses se encuentran en el Hospital de San Pedro a pocas cuadras de sus casas con un servicio calificado de atención oncológica, es saber que el mismo continuará prestándose sin mayores cambios.
Lo que sucedió y se publicó días pasados no ha sido irrelevante, pero no altera en la base, la prestación del servicio que hoy sostiene las vidas de muchos sampedrinos enfermos de cáncer.
Los tratamientos oncológicos son muy onerosos y contar con profesionales de la talla de quienes trabajan en el Instituto Marie Curié no es algo que nadie esté dispuesto a desperdiciar. La voluntad de ofrecer este servicio en San Pedro fue el punto de partida para la implementación de un sistema que de no ser a través de un proyecto “voluntario” a favor de la Salud Pública, el Hospital no habría podido llevar adelante jamás.
A la fecha son más de 50 los pacientes que una vez por semana visitan al equipo de oncólogos que dirige el Dr. Galvez. El profesional es un destacadísimo referente dentro de este campo de la medicina y dos colegas residentes en Baradero son quienes lo acompañan. Nunca se planteó la dependencia directa de los pacientes sobre un solo médico y sí, algunos comenzaron a atenderse en Clínicas Privadas con alguno de éstos profesionales, para una mayor comodidad. Esto en el Hospital no cayó bien, sobre todo porque gran parte de los pacientes tienen obra social y en el nosocomio se logra facturarle la atención generando un ingreso de autogestión que siempre es bienvenido.
Galvez, que tuvo algunos roces con el Director, Sebastián Francisca y que se quejó de la falta de respuestas del Intendente realizó planteos de características muy particulares para alguien de su talla profesional que más allá de justificar realmente su partida, desnudaron otros conflictos. Según comentaron otros médicos que trabajan en el Hospital, jamás se puso en dudas la continuidad, no cayó bien el movimiento hacia las clínicas y el Dr. Galvez se alejó porque se dio cuenta que su proyecto de instalar un centro de alta complejidad en el tema aquí, logrando una independencia similar a la del tomógrafo, era imposible.
Gran parte de la rentabilidad en esta atención se genera con la prescripción de algunos medicamentos que son muy caros y que derivan porcentajes de reconocimiento para los oncólogos. Nadie cuestiona esto, pero es de práctica y no todos lo comparten.
En ningún momento desde que comenzó a ofrecerse el servicio gratuito en el Hospital se antepuso su continuidad al pago de haberes para los médicos, igualmente desde la Dirección ratificaron que ya se está abonando un sueldo y otro en camino a través de contratos.
El Dr. Francisca, después del primer rebote de las denuncias de Galvez dijo que “no consigue que lo atienda por teléfono y con relación al desvío de pacientes a las clínicas comentó que no es ni mayor ni menor que el que promueven otros médicos cuando reciben gente que tiene obras sociales cobrables”.
Los jueves a las 8 de la mañana, los Dres. Ejarke y Ubaltón siguen atendiendo, cuentan con el aval de Galvez que es una referencia lógica ante cualquier interconsulta y están incluso pensando en radicarse en San Pedro definitivamente.
Galvez habló de una heladera donada por la Cooperadora que no fue entregada y de un lote de drogas por un valor de 10.000 pesos que no le reintegraron.
Sobre el funcionamiento de la provisión de medicamentos, desde la Dirección del Hospital se recordó que siempre, para quienes no acceden por sus propios medios hay un programa nacional que a veces tiene sus demoras, pero es el canal público para resolver los problemas de los pacientes.
Los conflictos con la Cooperadora
La Cooperadora del Hospital es una institución muy fuerte. Su crecimiento y los aportes hechos o por realizar para el nosocomio la convierten en un grupo con un poder de decisión muy intenso y que a veces contrapone criterios con la Dirección.
En los pasillos muchos cuentan que hay una sensación de enfrentamiento entre la Dirección y algunos colaboradores directos, contra quienes recaudan para ayudar al funcionamiento del nosocomio.
Cuando reciben la consulta pública todos ponen paños fríos, pero hay una lista de donaciones que no han tenido el uso apropiado y se han suscitado discusiones a la hora de realizar compras, porque para la Dirección parecía necesario un elemento determinado y la Cooperadora decidía comprar otro. A veces, eso, lo comprado, demoraba en ser aprovechado en una actitud que generaba sus reacciones.
“Difiero con la metodología de trabajo” dijo el Dr. Francisca quien se animó a confirmar que a veces cruzan la línea de la colaboración para hacer directamente “propuestas de política sanitaria”. Las salas nuevas que tardaron en comenzar a utilizar y otros aportes son vistos con una mueca extraña y no es una buena sensación considerando que el aporte que hacen los sampedrinos a través de la Cooperadora pretende mejorar el funcionamiento del Hospital con un solo criterio: elevar la calidad del servicio que asiste a la mayor parte de los vecinos ante la enfermedad o la emergencia.