“Fue un error y me hago cargo”: Ariel Álvarez asumió la responsabilidad por la rotonda de Bajada de Chaves
El secretario de Servicios Públicos informó que el proyecto de la rotonda que construyeron y luego desarmaron en Bajada de Chaves y Juan Ismael Giménez fue un pedido de vecinos y que el expediente estuvo a su cargo. La obra costó 70 mil pesos y acordarán con el constructor para disponerla como corresponde. "De eso nos vamos a hacer responsables", dijo el funcionario.
El “misterio del Triángulo de la Bajada de Chaves”, una especie de rotonda que apareció construida en la intersección con Juan Ismael Giménez y que el Gobierno desarmó el sábado por la noche, dejó de ser tal: el secretario de Servicios Públicos, Ariel Álvarez, asumió la responsabilidad
y dijo que “fue un error”.
El funcionario reconoció en Radio Cuarentena que los vecinos del barrio le habían solicitado al Gobierno la construcción de un distribuidor de tránsito para evitar la circulación a altas velocidad y que meses atrás comenzó un expediente.
“Yo hablé con Javier (Silva, secretario de Obras, Infraestructura y Planeamiento) para que me preste un arquitecto, lo hicimos, justo se hizo el sábado, yo no estaba al tanto, el arquitecto fue, el que hizo la obra fue el sábado a hacerlo, coincidió con el fin de semana largo, y bueno”, dijo Álvarez.
El 30 de agosto, el secretario de Servicios Públicos envió el expediente a la Secretaría de Economía para solicitar la asignación de fondos para la obra, denominada como “Isleta de ordenamiento vehicular – Bajada de Chaves”.
El presupuesto oficial ascendía a 78 mil pesos y contemplaba la contratación de “mano de obra con materiales gruesos”. Dos presupuestos fueron elevados junto al expediente con diferentes proveedores para la contratación y ejecución del trabajo.
“El pedido fue para la reducción de velocidad del lugar, por la bajada, el tránsito que tiene la calle. Hay chicos, hay plazas, entonces pidieron eso para reducir la velocidad”, señaló Ariel Álvarez.
El secretario de Servicios Públicos explicó que Obras, Infraestructura y Planeamiento designó un arquitecto para diseñar el proyecto y ponerlo en marcha, tras lo que el expediente cursó los pasos habituales.
“Era más que nada para hacer algo como reductor de velocidad. Creo que un error lo puede cometer cualquiera, salió mal y ahora hay que hacerlo de nuevo”, señaló y detalló: “De eso nos vamos a hacer responsables, lo hablaremos de nuevo con el constructor, hoy nos reunimos”.
El personal de Servicios Públicos y de la Dirección de Tránsito se presentaron el sábado por la noche para retirar lo que se había construido por la mañana. Era un triángulo de cemento dispuesto sobre el pavimento.
“No estaba apta”, dijo el director del Corralón, Gustavo Franco, el domingo, y había señalado que “No se sabe quiénes fueorn los que la hicieron” pero que a él lo habían enviado a retirarla.
“Era un peligro eso ahí, ya que estaba sin señalizar ni respetaba los metros que tenía que tener”, dijo Franco el domingo y había asegurado que “ni el secretario de Servicios Públicos, Ariel Álvarez, sabía de esto”.
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