Ferrocarriles Argentinos pidió reparar la Estación para que el tren pare en San Pedro
La empresa tiene un servicio Buenos Aires – Rosario y otro viceversa, pero planea aumentar la frecuencia. Por ahora, sólo para en Campana, Zárate y San Nicolás. Habían anunciado que lo harían en Ramallo y propusieron hacerlo en San Pedro. Para ello, la Municipalidad debe poner en condiciones la estación, ya que la adjudicación de obra del año pasado quedó en la nada.
El Gobierno nacional ratificó la intención de reactivar el servicio de trenes de pasajeros y puso en marcha nuevamente las obras de renovación de vías de la línea Mitre entre Zárate y Atucha, y entre Alsina y Río Tala, este último tramo dentro del partido de San Pedro.
A esa reactivación se sumó la consulta que desde Ferrocarriles Argentinos hicieron al Gobierno de Cecilio Salazar para proponer una parada del servicio Buenos Aires – Rosario y viceversa, que por ahora tiene un solo horario en ambos sentidos pero que planean ampliar a varias frecuencias.
A mediados de mes estará activo el servicio, que pasa a las 20.00 por la estación sampedrina en su trayecto hacia Rosario y a las 3.00 de la mañana rumbo a Retiro.
Por ahora, las paradas que cumple son Campana, Zárate y San Nicolás, y desde el 15 de abril en Ramallo, que ya firmó el convenio.
Para que haya parada en San Pedro, Ferrocarriles Argentinos pidió “una sola cosita”, que no sería tan complicada pero que podría llevar su tiempo y dinero: reacondicionar la Estación.
Obra mínima para que pare el tren
“El tren va a parar si arreglamos la estación”, dijeron desde el Gobierno municipal. La idea que hay en el gabinete es restaurarla al estilo inglés original, basado en la experiencia de ese país europeo, que recuperó sus viejas estaciones.
Claro que ese es un plan a largo plazo y que costará mucho dinero. Mientras los arquitectos encargados del tema preparan los bocetos para buscar el financiamiento necesario para la restauración, hay un plan de contingencia para “lavarle la cara” al edificio y que el tren pueda parar en la ciudad.
En principio, los trabajos estarán orientados a darle funcionalidad a lo que existe, para que la parada no sea en la “tapera” actual, lo que por cierto la empresa ferroviaria no quiere hacer.
Tapar los pozos, iluminar y limpiar es la primera etapa, fundamental para reactivar y pensar luego en recuperar la estación para que quede como la sueñan en el gabinete.
Un servicio “complicado”
El exministro de Transporte Florencio Randazzo pasó por San Pedro a bordo del tren que une Buenos Aires y Rosario el año pasado, cuando todavía no le habían bajado el pulgar a su candidatura presidencial. Llegó al apeadero Sur de la ciudad rosarina y todo hacía prever que la modernidad ferroviaria llegaba a la región.
En septiembre, las obras se frenaron y no se reactivaron sino hasta ahora. El servicio sigue tardando entre 8 y 9 horas, como hace décadas, y el actual Ministerio de Transporte reportó deterioros en unos cuatro tramos donde hubo recambio de durmientes.
Los horarios actuales son bastante complicados para los pasajeros, pero el servicio tiene demanda. Tanta, que el plan de Ferrocarriles Argentinos es que, una vez que se haya hecho el recambio de la otra vía, tener varios servicios diarios de ida y vuelta, con una demora de alrededor de cuatro horas para el trayecto completo.
Los precios van desde 175 pesos en Primera a 225 el Pullman, para el viaje que une las principales ciudades del país, contra los más de 350 pesos que cuesta un pasaje en micro. Las paradas intermedias también tienen precios populares, como los 45 pesos que cuesta ir de San Nicolás a Rosario.
Una de tantas obras que nunca empezaron
La obra de restauración de la estación de trenes de San Pedro, Baradero y Zárate fue licitada en marzo del año pasado y adjudicada en septiembre a la Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada por las firmas Kiwest S. A. e Incovi S. A., por $16.671.808,19.
Ese mismo mes, Randazzo desapareció de la escena política. Al mes siguiente hubo ballotage, al otro el triunfo de Macri y al otro el recambio de autoridades.
De acuerdo a los plazos, esas obras debían estar listas en 120 días, pero el proceso de adjudicación propiamente dicho quedó en veremos.
La obra contemplaba la “rehabilitación y remodelación total del edificio de estación en sus fachadas, cubiertas y espacios interiores”, así como “la demolición de obras ajenas al edificio original, como ser espacios semicubiertos y el local para kiosco, sobre el andén descendente”.
Las instalaciones en mal estado del sector del edificio ubicado sobre el andén descendente, que forman parte del edificio principal, iban a demolerse, y estaba previsto colocar sistema de audio compuesto por amplificador y micrófono en la boletería principal, con la cantidad necesaria de parlantes que permitan su correcta audición por parte de los pasajeros.
En los accesos frente a la estación debían construirse nuevas veredas y cruces peatonales a nivel y entre vías, así como rampas de acceso directo al edificio. El hall de la estación sería remodelado a nuevo, con el retiro del revestimiento de madera, revoque y repintado.
La boletería había que readecuarla y construir un “pequeño office-kitchenet, con mesada de granito y bacha” y sanitarios.
La cubierta de tejas del alero del frente del edificio sería reemplazada por chapas acanaladas “terminadas con pintura de igual color que el resto de las cubiertas”. Se planteaba restaurar todas las carpinterías de madera y renovar las que se encuentren en mal estado y las faltantes, así como una tarea de pintura integral de toda la estación de trenes de San Pedro.