Femicidio de María Esperanza: someten a Romero a pericias psiquiátricas y aguardan resultados de los teléfonos secuestrados
Fiscalía ordenó una serie de pericias que incluyen la evaluación psiquiátrica del detenido Roberto Ramón Romero, quien permanece alojado en la Comisaría primera de San Nicolás. También ordenó análisis psicológicos sobre la hija de la mujer asesinada que denunció al femicida por abuso sexual. La Asesoría Pericial trabaja sobre los teléfonos secuestrados en el marco de la causa.
A más de 15 días del femicidio de María Esperanza Fernández, con el autor del crimen, su pareja Roberto Ramón Romero, detenido, la investigación avanza en las dos causas en las que esta dividida la compleja trama que derivó en el asesinato de esta mujer de 43 años en el barrio El Amanecer.
Desde que fue apresado tras decidir entregarse, acorralado por la búsqueda luego de seis días prófugo, Romero permanece alojado en un calabozo de la Comisaría primera de San Nicolás, donde llegó tras la revisión médica en el Hospital de San Pedro.
Luego de hacer uso de su derecho a no prestar declaración en la indagatoria convocada por la fiscala Viviana Ramos, Romero volvió a esa celda y la titular de la UFI 11 ordenó una serie de medidas para avanzar en la investigación del caso.
Por un lado, la fiscala pidió una pericia psiquiátrica sobre el femicida, pero además solicitó un análisis psicológico para la hija mayor de María Esperanza Fernández, una joven de 23 años que denunció a Romero por abuso sexual reiterado cometido desde que era niña.
A esa joven ya la habían entrevistado psicólogas del Centro de Asistencia a la Víctima, quienes trazaron un perfil victimológico que permitió establecer que durante más de una década sufrió abusos sexuales al punto de "naturalizarlos" como una relación sentimental, de cuya situación violenta comenzó a percatarse días antes del crimen de su madre.
Fiscalía aguarda, también, el resultado de las pericias que practicaba la Asesoría Pericial sobre los teléfonos secuestrados en el marco de la investigación y que, entienden desde la UFI 11, contendrían información relevante para el avance de la causa.
La fiscala Viviana Ramos trabaja sobre la hipótesis de que Roberto Ramón Romero asesinó a su pareja como una especie de "venganza" contra la hija mayor de ella, que antes del crimen había decidido poner fin a la presunta relación que mantenía con él al percatarse de que se había tratado de una situación de abuso que comenzó cuando era apenas una niña.
María Esperanza Fernández fue hallada asesinada en una cama de su casa, ubicada en Juan Ismael Giménez al 3000, detrás de la vivienda de la madre de su pareja, Roberto Ramón Romero, con quien compartía convivencia desde hacía más de 18 años.
La hija mayor de ambos, Araceli Romero, fue quien halló el cuerpo sin vida ese domingo 3 de mayo alrededor de las 15.00, cuando junto a su marido, Braian, fue hasta la casa de sus padres porque no le contestaban el teléfono y su mamá había quedado con ella en ir a buscar a los niños más pequeños, que estaban bajo el cuidado de su hermana.
La autopsia reveló que María Esperanza fue asesinada durante la madrugada del domingo, presumiblemente alrededor de las 6 de la mañana. El femicida le asestó ocho martilazos en la cabeza, de los cuales el primero fue fatal al producir un traumatismo de cráneo y una hemorragia interna.
Roberto Ramón Romero escapó de la escena del crimen y estuvo seis días prófugo. Desde el momento del hallazgo del cuerpo, fue intensamente buscado en la zona rural, sobre todo luego de que el perro de búsqueda específica de la Secretaría de Seguridad de Escobar, el reconocido Bruno, siguiera su rastro.
A los tres días de búsqueda, fue hallada la bicicleta en la que huyó, abandonada en un monte próximo a El Espinillo. El perro guió a los investigadores hacia la zona rural ubicada en cercanías a Villa Sarita, lo que implicó un gran despliegue policial para intentar cerrar el paso al prófugo y dar con su paradero.
El sábado 9, alrededor de las 19.00, Roberto Ramón Romero se presentó en la casa de su tío, Ernesto "Teco" Duarte, ubicada en Cruz Roja y Dávila, para decirle que "no daba más" y que se quería entregar. La policía lo trasladó desde allí al Hospita y luego a San Nicolás, donde permanece detenido a disposición de la Justicia, acusado de femicidio agravado por alevosía y premeditación y por abuso sexual con acceso carnal reiterado.