Femicidio de María Esperanza: la Justicia desestimó las acusaciones de Roberto Romero contra su hijastra
Roberto Ramón Romero pretendía justificar el ataque contra su mujer involucrando a una de las hijas de la víctima pero todas sus acusaciones fueron desechadas.
El asesinato de María Esperanza Fernández (43 años) fue uno de los femicidios más atroces que se recuerden en la ciudad por las características que tuvo y las que se fueron conociendo a medida que fueron pasando los días.
Mientras el asesino Roberto Ramón Romero (46) permanecía prófugo había enviado algunos audios en los que se refería a lo sucedido y a la participación de una tercera persona en el hecho que era nada más y nada menos que la hija mayor de Fernández, hijastra del acusado, una joven de solo 23 años.
Allí Romero pretendía involucrarla en el hecho responsabilizándola de lo sucedido haciendo referencia a una presunta relación pasional que ambos mantendrían y justificar así el terrible femicidio cometido.
Superada la primera etapa de la instrucción a cargo de la fiscala Viviana Ramos una de las primeras decisiones adoptadas con respecto a la causa fue la de derribar la coartada imaginada por Romero y descartar las acusaciones que había efectuado en contra de su hijastra.
Esta medida aparta por completo del caso a la joven y complica aún más la situación judicial del acusado ya que además de la causa que afronta bajo la carátula homicidio calificado por violencia de género y agravado por alevosía, es decir: femicidio alevoso; se instruye otra en su contra por un presunto abuso sexual que la propia hijastra denunció posteriormente a su detención.
Así, Roberto Ramón Romero, va directo a una dura condena que podría llegar a fines de este año ya que con la decisión adoptada por la justicia hace que el caso esté prácticamente esclarecido más allá de algunos detalles menores que aún restan resolverse.
El acusado está detenido desde el 9 de mayo de 2020 luego de que fuera capturado en la vivienda un familiar adonde había llegado luego de permanecer siete días prófugo.
María Esperanza Fernández fue hallada asesinada el domingo 3 de mayo en la casa de la calle San Lorenzo 3080, la misma que compartía desde hacía muchos años con su pareja, Roberto Ramón Romero. La encontró su hija, a quien el día anterior la víctima le había llevado sus hijos pequeños para que los cuidara, tras una discusión que había mantenido con su pareja.
La autopsia reveló que la mujer fue asesinada en horas de la madrugada de 8 martillazos en el rostro y que el primer golpe fue el que le ocasionó la muerte por una fractura de cráneo y una hemorragia cerebral, a la vez presentaba una fractura en un dedo de su mano derecha, quizás, como producto de haber intentado una débil defensa ante el ataque femicida. Romero huyó rápidamente del lugar, se fue en bicicleta, recorrió varios caminos de la zona rural durante toda la semana pero ya cercado por la policía decidió regresar y ponerse a disposición de la justicia luego de que una comisión policial lo detuviera en una casa de Dávila y Cruz Roja.
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