Femicidio de María Esperanza: la indagatoria de Roberto Romero será este lunes
La defensa del imputado, detenido el sábado alrededor de las 19.30, pidió prorrogar la declaración indagatoria y el Juzgado accedió. El acusado, que estuvo prófugo durante casi una semana, será presentado ante la fiscala Viviana Ramos recién el lunes. Roberto Ramón Romero está acusado de asesinar a María Esperanza Fernández y de abusar sexualmente de forma reiterada de la hija mayor de ella.
El femicida Roberto Ramón Romero, detenido el sábado alrededor de las 19.30 cuando la policía acudió al domicilio de un famliliar para hacer efectiva la captura luego de que él decidiera entregarse, permanece detenido en San Nicolás y declarará ante la fiscala Viviana Ramos el lunes.
Así lo resolvió el Juzgado de Garantías de María Eugenia Maiztegui ante la solicitud de la defensa del imputado, que solicitó una prórroga para la declaración indagatoria que estaba prevista para este domingo, según lo había dispuesto Ramos.
Roberto Ramón Romero fue alojado anoche en un calabozo de la Comisaría primera de San Nicolás, donde fue trasladado tras la revisación médica a la que fue sometido en el Hospital de San Pedro luego de su detención, que tuvo lugar en un domicilio de Cruz Roja y Dávila.
Romero fue asistido en la Guardia con un cuadro de deshidratación tras estar varios días en ayunas, mientras intentaba escapar del accionar de la Justicia tras haber cometido el asesinato de su pareja, María Esperanza Fernández, en la vivienda que compartían en Juan Ismael Giménez al 3000.
Además del femicidio, pesa sobre Roberto Romero una denuncia por abuso sexual reiterado interpuesta por la hija mayor de la mujer asesinada, quien lo acusó de someterla desde que tenía 10 años.
El prófugo había dejado una serie de notas en las que refería una presunta relación amorosa con la joven que lo denunció por abuso. De la misma manera, hizo referencia a esa situación en audios que envió a familiares.
Para la fiscala Viviana Ramos, todo eso constituye parte del intento de trasladar culpas e involucrar en el asesinato a la víctima de abusos reiterados. Incluso el femicida tenía la intención de reunir a la familia para contar la presunta relación, pero todo indica que, efectivamente, se trataba de un sometimiento no consentido.