Femicidio de María Esperanza: la búsqueda de Romero sigue sin los perros
Este sábado por la mañana, personal policial retomó las tareas de rastrillaje en la zona rural que marcó Bruno, el perro de búsqueda específica que siguió el rastro del prófugo hasta inmediaciones de Villa Sarita, a campo traviesa. Sin los canes, la labor está orientada a revisar todos los lugares donde podría haberse escondido Roberto Ramón Romero e incluye la presencia de drones.
A casi una semana del femicidio de María Esperanza Fernández, su victimario, Roberto Ramón Romero, permanece prófugo de la Justicia. Desde el día del hecho, un importante despliegue policial lo busca en las zonas en las zonas hacia las que se cree pudo haber huído.
La tarea sigue el rastro que detectó el perro de búsqueda de la Secretaría de Seguridad de Escobar, Bruno, que llevó a los investigadores hasta la zona rural ubicada detrás de la central Termoeléctrica, en inmediaciones del paraje Villa Sarita, pero llegó hasta Santa Lucía.
Desde esa localidad hacia la ruta 9, y desde la ruta 51 hacia la 191, una gran cantidad de efectivos policiales, que supera las cinco decenas, recorre taperas, maizales y montes para intentar dar con indicios del paso de Romero.
En Santa Lucía, por ejemplo, la tarea policial llegó hasta domicilios de allegados de Romero. En otros sectores, la tarea se orientó también a consultar si acaso se vieron movimientos extraños o personas con las características de Romero.
El perro Bruno siguió su rastro esta esa vasta región y desde este sábado él y los otros canes descansan para que la policía haga la labor de rastrillaje de ese sector de la zona rural del distrito, donde los investigadores entienden que el prófugo permanece moviéndose y escondiéndose.
La fiscala Viviana Ramos informó a La Opinión que hay "otros elementos de búsqueda" que prefirió no revelar y confirmó que la tarea de campo continúa con drones autorizados para sobrevolar la región marcada por el perro Bruno en los últimos días.