Entregaron a otra familia la casa en la que vivían Emerson y Mariela
La misma tarde del asesinato, la casa fue desocupada para evitar robos. Había sido adjudicada a la víctima por el Ministerio de Desarrollo Social. El lunes, sus familiares entregaron la llave y ya hay otra familia que la habita.
A pocos días del femicidio de Mariela Figueroa, y mientras su hijo se recupera de las lesiones gravísimas que le provocó el asesino de su madre, Alberto Lafuente, la vivienda de Obligado y 60 ya está habitada por otra familia que también atraviesa una situación complicada por la salud de una menor.
Sin embargo, el trámite contó con varias particularidades. La familia de Mariela, que en un gesto de generosidad decidió entregar las llaves a José Franchini, el titular del Centro de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Precisamente fue esa delegación la que entregó hace pocos meses dos unidades habitacionales a familias con problemas que ameritaban albergue.
Mariela sufría lupus y un principio de leucemia que la mantenía con serias dificultades a las que se sumaba una larga historia de maltrato y separación que la obligó a vivir con sus padres durante los últimos años para proteger a Emerson, al cuidado de la rama materna de su familia.
El jueves, la historia que parecía haber cambiado para su bien le asestó un golpe mortal, especialmente a Emerson, el alumno que este año comenzó a cursar sus estudios en la secundaria 11 que funciona en el edificio de la escuela N°4.
Allí llegó con su complicada infancia y fueron sus compañeros los que relataron el pasado sábado las dificultades que tuvo en un principio para insertarse y el cariño que recibió luego de que “contó todo lo que le había pasado”, según dijeron en el programa Sin Galera.
Esa parte hasta ahora desconocida de la historia puso el alerta sobre quién quedará a cargo del menor. Por un lado, su padre Diego Gómez, con quien no mantenía relación fluida hasta el día del femicidio, y por el otro la familia que lo espera con la misma habitación que le procuró durante más de la mitad de su vida.
Legalmente es el padre quien tiene la tutela, pero hará falta una intervención seria de la Justicia y sus organismos dependientes para sumarse a los consejos de los profesionales que deberán hacerse cargo de este tramo de la relación y una vez que Emerson esté recuperado.
La casa, que parece un problema menor, estaba adjudicada a Mariela y, sin demasiadas precisiones, desde el CDR se informó que “era preferible que la ocupe otra familia que la necesite” a dejarla a merced de una usurpación.
Una de las posibilidades era dejar en custodia el hogar del menor, pero en ese sentido el Fiscal Marcelo Manso respondió a una consulta de La Opinión que “el escenario del crimen” deja de ser su objetivo desde el momento en que se terminó con la recolección de la prueba y se dio con el autor del asesinato, aunque para el horario en que la casa fue desocupada aún no se había quitado la vida ni se lo había arrestado.
La situación derivará ahora en una nueva discusión que puede terminar con una nueva disputa familiar. Lejos de aguardar el tiempo de restablecimiento de Emerson, el lunes mismo hubo consultas por parte del papá sobre el destino de esa vivienda. El peor escenario para Emerson será que en medio de su rehabilitación haya dificultades respecto a las relaciones de los adultos que deben tenerlo a su cuidado.
La familia Figueroa, especialmente “Picho”, el abuelo del niño, está segura de que obtendrá la guarda y por ello ha evaluado la mejor posibilidad a su alcance: entregar el hogar que había formado Emerson con su mamá en esta nueva etapa de su vida.
El lunes Emer, como le dicen sus amigos, vecinos y familiares, superó con éxito otra operación complicada en el Hospital San José de Pergamino. Es de esperar que no le aguarden durante su recuperación situaciones que nuevamente le hagan pensar que la vida le ha quitado primero los afectos y luego los bienes por los que tanto esperó Mariela.
En el barrio Arcor se sorprendieron cuando el lunes llegó una nueva familia al lugar que fue escenario del horror.
Fuerzas para “Emer”
Los compañeros de colegio de Emerson, al otro día, volvieron a la escuela 11. Allí, el director Pablo Calvelo encabezó un equipo que dedicó la jornada a contenerlos, a explicarles lo sucedido, a desnaturalizar la creciente violencia en la que muchos se ven inmersos a diario.
Dibujaron y escribieron mensajes para su amigo, que luego fueron recibidos por él en su habitación del hospital San José. “Los dibujitos le llegaron todos a Emer. Están acá con sus cosas, si hay más nenes que le quieren hacer dibujitos con mensajes todos serán recibidos, porque está dando una terrible batalla con la ayuda y fuerza de todos de tanta gente y muchos niños que están pidiendo por Emer”, contó su tía.
El sábado por la mañana, mientras ese grupo hacía entrega de los dibujos a La Opinión y en Sin Galera enviaban mensajes de apoyo para Emerson, en el playón Depietri otros chicos, más pequeños y que también participan del programa Envión, dibujaban para saludarlo.