Elevaron a juicio la causa del pedófilo Cristian Varela
Detenido en el penal de Sierra Chica, Varela aguarda la fecha del juicio oral y público que la Fiscala Gabriela Ates ya pidió al Juzgado de Garantías. Hay 10 abusos sexuales a menores confirmados, entre ellos varias niñas de su entorno. Las pericias sobre los elementos secuestrados confirmaron que el pervertido estaba conectado a una red internacional.
La Fiscala Gabriela Ates terminó la instrucción de la causa por abuso sexual agravado y corrupción de menores que tiene como acusado al patinador pedófilo Cristian Varela. La prueba reunida por la agente judicial es de una relevancia tal que el destino del pervertido parece prácticamente sellado y su condena será ejemplar, acorde a los delitos cometidos.
El Juzgado de Garantías N° 2 de San Nicolás, a cargo del Dr. Ricardo Pratti, tiene en sus manos la decisión de la fecha en la que tendrá lugar el juicio oral y público en el que se ventilará una de las causas con mayor resonancia de la historia policial de la ciudad.
Las pruebas contra el pedófilo, de 42 años, recolectadas desde antes de su detención pero profundizadas en el allanamiento en su vivienda, son tan elocuentes que no dejan lugar a dudas respecto de su responsabilidad.
El Tribual Oral que los juzgue tendrá, en todo caso, la tarea de establecer la gravedad de los hechos y la cuantía de la pena que le corresponde.
La ley 25.087, que pena los “delitos contra la integridad sexual”, establece que habrá reclusión o prisión de seis meses a cuatro años para “el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo cuando, ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción”.
Además, aumenta a entre cuatro a diez años de reclusión o prisión cuando “el abuso por su duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima”.
Si existió el “acceso carnal por cualquier vía”, como es el caso de Varela y sus al menos diez víctimas confirmadas, la pena asciende a los 15 años y aumenta a 20 en el supuesto de que “el hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda”, lo que también encuadra en la causa del pedófilo sampedrino.
Diez casos confirmados
La instrucción de Gabriela Ates logró confirmar diez casos de abusos sexuales a menores de edad, la mayoría niñas de su entorno, todas de entre seis y 13 años, cometidos merced a engaños logrados con una habilidad de manipulación que sorprendió a todos los que tuvieron contacto con las pruebas colectadas.
Además, las pericias practicadas sobre el material secuestrado en la casa que Cristian Varela compartía con su esposa en Lavalle 30, consistente en pen drives, computadoras, cámaras de fotos, CD y DVD, permitieron establecer que el detenido, que permanece alojado en el penal de máxima seguridad de Sierra Chica, estaba conectado con una red internacional de pedófilos que, como él, producía e intercambiaba material sexual protagonizado por menores de edad.
Cristian Varela es el único detenido, ya que su esposa siempre estuvo en libertad, a pesar de que la Fiscala Ates pidió su detención en dos oportunidades. En cada una de ellas, el Juez Pratti no hizo lugar a la solicitud y la mujer mantuvo su condición de excarcelada, aunque para la titular de la UFI 7 hay pruebas suficientes como para considerar que algún grado de participación y conocimiento tenía en relación a las atrocidades cometidas por su marido.
El horror registrado
Cristian Varela trabajaba en una conocida perfumería del centro de la ciudad, de donde lo llevó la policía aquel viernes 30 de mayo a la tardecita, luego de una intensa actividad investigativa llevada adelante por Ates, a quien la causa le llegó luego de ser denunciada ante el Fiscal General Héctor Tanús en San Nicolás.
La prueba aportada por las personas denunciantes era tan relevantes, que la responsable de la Fiscalía N° 7 no tardó demasiado en cerrar el círculo que permitiera cercar a Varela y contar con los elementos suficientes para que no hubiera dudas respecto a los delitos cometidos.
Desde el momento de su detención, los detalles reconstruidos por La Opinión sobre la perversa actividad del pedófilo consternaron a toda la comunidad.
El pedófilo seducía a algunas de sus víctimas por Facebook, tal como consta en el secuestro de su computadora. Otras quedaban a su cuidado y eran sometidas.
A todas las filmaba y las fotografiaba mientras abusaba de ellas, que guardaban silencio ante la promesa de amor incondicional y las presiones psicológicas que sobre las niñas ejercía.
Películas, álbumes fotográficos y relato escrito con el detalle de cada paso de sometimiento a sus víctimas forman parte de la “colección” de Varela.
El registro es espantoso: penetraciones, manoseos y otros tantos actos de abuso sexual en los que un adulto erotizado disfruta de la perversión de someter a quienes no sólo no disfrutan sino que ni siquiera saben a qué están siendo expuestas.
Las pruebas son irrefutables
Múltiples son los elementos probatorios que comprometen al pedófilo: hay una gran cantidad de videos filmados en los que puede verse el acceso carnal al que sometió a las víctimas; cientos de fotografías almacenadas en soportes digitales e impresas en papel de sus actos y de las niñas en poses erotizantes; retratos hechos por él mismo de las chicas abusadas.
Textos guardados en formato Word donde el pedófilo relataba con precisión literaria los abominables actos que cometía, las acciones, los rechazos, sus propias sensaciones y las que imaginaba de las víctimas.
Hay dos computadoras con material pornográfico, una filmadora, una cámara fotográfica; un reproductor MP3 donde guardó videos y fotos; cartas escritas por las menores; conversaciones de chat con las niñas; ropa interior de menores de edad, algunas manchadas.
Además hay testimonios de los familiares de las víctimas y de las propias abusadas mediante cámara Gesell que no dejaron lugar a dudas: Cristian Varela cometió en San Pedro la peor saga de delitos que se recuerde desde el caso del violador serial Pablo Pérez.