El sol siempre es más barato que la luz
Varias empresas y particulares comenzaron a consultar e instalar equipos de energía alternativos y sustentables. Desde estaciones de servicio a conjuntos de viviendas en barrios pueden hacer la inversión, ahorrar dinero y evitar la contaminación ambiental. Un repaso sobre los sistemas permite deducir que se amortizan en corto y mediano plazo.
Lo único que se sabe es que hay varios pioneros que lotean la luna, venden parcelas y hasta exhiben títulos de propiedad a los que se puede acceder por internet. El sol, por ahora, no tiene dueños y abastece gratuitamente a los nueve planetas del sistema.
Así lo han entendido algunas empresas y usuarios residenciales ante el último embate tarifario. Al menos una estación de servicio, un empresario con cámaras de frío, una familia de la zona rural y hasta un club comenzarán con la instalación de sistemas de energías renovables.
Los costos pueden ser altos, pero en un plazo acorde al consumo de cada usuario hay un punto de equilibrio y un control que depende del cliente y no de un prestador.
Innovadores
En épocas en las que no se hablaba de tarifas sino de preservación del medio ambiente como una cuestión de principios, hubo pioneros que en San Pedro adecuaron sus viviendas para instalar paneles solares. La primera de ellas fue la que construyó la familia Iturburu, en la esquina de Belgrano y Tucumán. El arquitecto Jorge Bertani fue el encargado del diseño de la obra y por allí paseaban los sampedrinos “a curiosear”.
Más de una década después, una casa de grandes dimensiones en la zona residencial sur colocó bajo la dirección del ingeniero José Luis Bosco los dispositivos fotovoltaicos sobre el techo de chapas.
Ahora, cuando el bolsillo aprieta a los usuarios de electricidad, comenzaron a incrementarse las consultas y las empresas proveedoras saben que harán muy buenos negocios si reaccionan a tiempo, sobre la base de la ley 27.424 que apunta al fomento de la generación de energías renovables para sumarlas al sistema público en un porcentaje que variará de acuerdo a la reglamentación que cada provincia proponga.
En territorio bonaerense están estudiando como será la norma que se aplique para dar cumplimiento a una medida que, sin dudas, ya está estudiada por quienes trabajan en la provisión de equipos y las empresas que proyectan a largo plazo su abastecimiento.
Son tan importantes las penalidades que se aplican por altos consumos que desde el consabido grupo electrógeno, que arranca automáticamente cuando se quiere evitar la multa, o la adquisición de sistemas adaptados que permiten bajar el consumo de kilowatts, se constituyen en buenas herramientas.
Los ejemplos más recientes
El pasado sábado el programa Sin Galera ofreció varios ejemplos sobre personas que ya optaron por las nuevas alternativas.
Una familia de la zona rural que instaló paneles solares y sus correspondientes baterías de almacenamiento sostiene el consumo de tres casas con todos los electrodomésticos, incluidos el aire acondicionado y un galpón.
Según el propietario, entre equipos e instalación, invirtió 80.000 pesos que logró pagar en seis cuotas con cheques. Además de sufrir altos costos por la tarifa rural y las penalidades de consumo que les facturaba Coopser,
estiman que, con un promedio básico, en 12 meses amortizarán lo invertido y que el mantenimiento no tiene más consecuencias que un cambio de baterías cada diez años, aproximadamente.
Desde la empresa baraderense Buena Maizón, una metalúrgica que dirige un ingeniero de vasta trayectoria, comenzarán esta semana con la instalación en dos empresas locales. En un caso, colocarán un sistema de ductos de refrigeración que pueden mantener cámaras de fríos proporcionando un alivio al consumo de red con un ahorro de hasta un 40 por ciento. El titular de la firma aseguró que, en su caso, podrá amortizar la inversión total en el transcurso de dos años a precio de la tarifa actual.
Otro caso es el de una estación de servicios, que optará por adaptar sus instalaciones a la nueva tecnología con un presupuesto importante que le permitirá, tras la aprobación de la normativa en la provincia, entregar el excedente a la distribuidora o abastecer a otros vecinos.
El ingeniero Angelo Marchetti explicó que, una vez reglamentada la norma, la compra puede hacerse a título individual, por manzana o por barrio, siempre que se cuente con el espacio para la instalación de los paneles generadores.
“Hasta los edificios ahora están pensados con esta alternativa”, indicó otra de las empresas proveedoras de equipamiento. Se trata de Energy Friendly Solutions, una firma que provee y asesora online sobre los equipos que instala, de acuerdo a la necesidad del cliente, sea residencial, comercial o industrial.
Los grandes consumidores fueron advertidos sobre las penalidades que están vigentes desde 2015 y que fueron readaptadas en diciembre de 2017. Allí no hay discusión, porque un 8 por ciento de lo que consumen debe provenir de energías renovables como la solar o la eólica.
Las Pymes, los comercios y los residenciales tienen otras alternativas que oscilan según precios o necesidades que hay que evaluar incluso cuando se promueve la construcción de complejos habitacionales.
La semana pasada quedó confirmado que un club de nuestra ciudad recibirá asesoramiento por parte de la Embajada de Japón para sumarse a una propuesta de energía sustentable que podría incluso sumar al suministro de
la población. La iniciativa que desde hace tiempo tienen sus directivos ahora es mucho más sólida por las necesidades propias de hacer frente a altos costos para sus instalaciones.
También grupos electrógenos
El otro recurso que se ha utilizado y utiliza para evitar las penalidades, tiene a los grupos electrógenos como aliados. Los precios para las grandes industrias son voluminosos pero, aun así, los instalan para evitar costos y los consabidos cortes que soportan según la zona en la que estén radicadas.
Ahora se agregan los que tienen prestaciones más reducidas y se abastecen en la red de gas. Además de tener arranque eléctrico automático cuando “se corta la luz”, puede suplir el excedente cuando un cliente de Coopser “cambia de categoría” y empieza a pagar más caro el kw.
“A veces por dos o tres días, pagás un montón de diferencia”, ilustró un importante proveedor de equipos de la zona norte que asiste a varias empresas tanto en venta como en alquiler. El responsable de Vicsan Energy indicó el martes a este medio que un equipo a gas con capacidad de generación de 8,5 KVA tiene un valor de mercado de 110.000 pesos, mientras que uno con gas y nafta alternativos para 15 KVA cotiza a $ 125.400.
“Ahora lo que más se mueve son los alquileres de equipos para domicilios, aunque también los grandes que se necesitan para recitales, centros asistenciales o sostén de actividades en clubes o stands en exposiciones porque hay muchos cortes y ellos se quedan tranquilos”, dijo el dueño de la empresa a La Opinión.
“Ni se les ocurre”
“Lo triste es que ni se les ocurre, no se para que están”, dijo esta semana un comerciante que desde el mes próximo comienza con la instalación de paneles solares para el suministro de su vivienda, la de un comercio y un depósito que tiene en el mismo predio.
En esa charla se refería a que no hay información disponible en los bancos oficiales, en la Municipalidad y en el Centro de Comercio e Industria sobre el tema. La Opinión formuló varias consultas y el resultado fue decepcionante: no sólo no cuentan con datos y desconocen la legislación vigente sino que, como dijo el comerciante, “ni se les ocurre” organizar charlas, asesoramientos, colaboraciones o campañas para instruir a los vecinos
sobre alternativas aún con una protesta en ciernes.
Tampoco la Coopser invierte tiempo ni dinero para enseñar a sus socios/clientes prácticas básicas de consumo o nuevos horizontes para reconvertirse también en una proveedora de otro tipo de energías. No es una empresa, sino una cooperativa.
“Ni se les ocurre” tampoco a los directivos de otras entidades intermedias o a los propios concejales instrumentar alguna herramienta para poner al alcance de la población la información que existe.
Un jefe comunal de una ciudad cordobesa de poca densidad contó hace poco más de una década que él mismo, bimestralmente, organizaba “clases de avivamiento” a las que asistían sus copoblanos para resistir aumentos en el cable, abusos en las empresas de celulares, prácticas sucias de campañas políticas y otras cuestiones que podían preguntarse en esas asambleas a las que siempre invitaba a algún especialista. Cumplía muy bien su rol y su partido era un frente vecinal que no adhería a ninguna lista provincial y nacional.
Aquí en San Pedro “ni se les ocurre” tener un trato más directo y útil con el vecino, no solo por este tema sino por algunos más sensibles y preocupantes. Todo funciona con lógica inversa: “Si querés saber, andá a preguntar” y “si tenés suerte, alguien te atiende aunque no sepa nada”.