El “Republicano”, viejo soldado que vuelve a casa
El hallazgo de una de las embarcaciones emblema de la Batalla de Obligado es uno de los hechos más trascendentes en la reconstrucción y recuperación de la historia del país. Desde el 23 de octubre José Luis Aguilar, su hijo Felipe, el excombatiente de Malvinas Javier Saucedo y el ingeniero Marcelo Duca, le pusieron proa al deseo de unir los eslabones de las cadenas que se hundieron en defensa de la Soberanía.
“Tuvimos momentos para llorar y emocionarnos. Yo hablo desde mi punto de vista, para mi es la segunda vez que la vida me proporciona la oportunidad de darme una silla preferencial en una pequeña porción de nuestra historia y para mí representa un viejo soldado que vuelve a casa”, dijo entre lágrimas Javier Saucedo, el excombatiente de Malvinas que a bordo de su propia embarcación recorrió una y otra vez la zona donde la presencia de un mástil detectado con un Sonar, lo llevó junto a sus tres tripulantes al derruido casco de el “Republicano”.
José Luis Aguilar es metódico y paciente, tal como lo ha demostrado desde que comenzó con la recuperación de piezas de valor arqueológico que hoy forman parte del Museo Paleontológico que destaca a la ciudad en el universo de investigadores, museólogos y protectores del patrimonio histórico del país.
El viernes de la semana pasada y en complicidad con algunos periodistas que ya conocían la repercusión que tendría el anuncio, el exdirector de Cultura reveló el informe con las características y detalles del bergantín que de acuerdo a los registros ofreció resistencia hasta el momento en que su capitán decidió ordenar la explosión que como último recurso de batalla, provocaría su hundimiento en aguas de la Vuelta de Obligado.
La Opinión se sorprendió cuando en su versión on line tomó dimensión de la noticia que estaba redactando y que pocas horas después recorría las redacciones de medios nacionales.
De octubre a enero
Aguilar consignó que descubrieron la presencia de los restos del navío en el marco de recorridas que siempre hacían con trabajos “de escaneo de fondo de Río Paraná con un Sonar de barrido lateral. Funciona parecido a lo que es un ecógrafo. Va colocado en una lancha donde debajo va una antena que emite sonidos y la computadora los procesa como si estuviese pasando una filmadora”, detalló en el programa Sin Galera.
“La fortuna quiso que conformemos un equipo justo. Javier tiene una embarcación que daba con las características justas, tiene mucha experiencia en la navegación del Río Paraná. Marcelo Duca, a quien estamos muy agradecidos, es un ingeniero en construcción que hace relevamientos de mapas de la hidrovía y tiene la experiencia técnica en el río. La de ver e interpretar lo que muestra el sonar. Felipe, mi hijo de 19 años es colaborador del museo y yo fundador del Museo de la Batalla” indicó respecto a los participantes del hallazgo.
Recuerda que fue un viernes cerca de las 13 horas cuando vieron algo que les llamó la atención. De allí en más volverían una y otra vez solos o acompañados para comprobar que efectivamente estaban rescatando una porción de historia en formato de embarcación.
¿Qué es esto?
“Había un objeto rectangular que para nosotros era un casco de barco hundido de 11 metros”, señaló Aguilar como segunda conclusión tras la primera detección del mástil. “Medimos la distancia y ahí nos empieza a agarrar la locura”, grafica.
“No dormimos una noche” apunta Saucedo antes de confirmar que efectivamente cumplieron con el deber de informar a la Armada Argentina. La ayuda para la investigación y los recursos humanos fueron destinados de inmediato.
Tiempo después y con los resultados en la mano se animaron a ponerle nombre al naufragio. La misión y posición de aquella embarcación destaca que “La proa apunta a la costa entrerriana y la popa hacia la costa de Obligado, atravesado a la corriente del río por una cuestión que el Capitán lo posiciona con dos anclas para que el buque se quede en esa posición. Traslada todos los cañones al lado derecho porque de ese lado estaban las cadenas. Cuando se queda sin municiones decide volar el depósito de pólvora. El barco explota y cae en el mismo lugar donde estaba combatiendo y el barco se ve que sufrió el mayor daño de la mitad hacia adelante”, ilustra Aguilar.
En este recorrido también se supo que el Republicano se compró a Cerdeña en 1841. Medía 20 metros y pesaba 120 toneladas. “Aguantaba una tripulación de 40 personas. Era un buque ligero”, dice Saucedo.
“Es importante que cuiden y se institucionalice la preservación del patrimonio histórico, arquitectónico y cultural de la ciudad para que esto nos trascienda, por eso felicito a José
Las conclusiones
El informe leído e ilustrado que proporcionó José Luis Aguilar en el acto de presentación del hallazgo del Republicano, quedó consignado:
Habiendo el General Lucio Mancilla dispuesto tres hiladas de cadenas, de costa a costa en el lugar, soportadas por 24 embarcaciones a las cuales, según los documentos escritos, se le habían retirado mástiles y timones.
No habiéndose producido hundimiento de navío enemigo alguno durante aquel combate.
Que de haber perdido algún mástil algún navío enemigo, éste hubiera flotado y se hubiera alejado de la zona aguas abajo.
Que de haberse caído al fondo algún mástil perdido de algún navío nunca hubiera podido mantenerse de forma vertical en el fondo.
Que en el sector donde se hallan los restos se produjo un único e intencional hundimiento del único buque de la Armada Argentina (Comandancia General de Marina, en aquella época) que realizó tareas de defensa en la Batalla de Obligado.
Que de acuerdo a la fuerza del agua en ese sector del río ningún mástil de 10 metros de altura puede permanecer erguido si no fue arrastrado al fondo por el buque o una parte importante del buque al que pertenecía.
Que no existen registros oficiales, de cualquier época, de ningún naufragio conocido para el área en cuestión.
Por todo lo anteriormente expuesto, los autores del hallazgo consideran, de acuerdo a los datos existentes del contexto histórico, haber dado, durante sus relevamientos para el Museo Paleontológico de San Pedro, con los restos del navío conocido como “Republicano”, hundido por su capitán Tomas Craig, luego de agotar municiones, durante la Batalla de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845.