El relato de una madre cuyo hijo perdió la visión de un ojo por un gomerazo hace 4 años
Ocurrió cuando se dirigía al "campito de Paraná" y recibió, de forma accidental, un piedrazo en el ojo derecho. Mercedes contó su caso en Radio Cuarentena tras conocer el del niño de 9 años.
En el marco de denuncias por el uso de gomeras en varios barrios de San Pedro, Mercedes es otra madre de un menor que fue atacado hace 4 años y hoy se encuentra con la vista reducida. En diálogo con Radio Cuarentena comentó que quiere ponerse en contacto con Gabriela Lazo, mamá del niño de 9 años que el domingo recibió un piedrazo en su ojo izquierdo y perdió la visión: “Espero ayudarla para que no esté peleando por una derivación”.
Producto del accidente que ocurrió en la zona de los terrenos de Papel Prensa, más conocidos como los “campitos de Paraná”, el menor sufrió desprendimiento de retina y daños en el nervio óptico, y luego de varios tratamientos realizados en el Instituto IOSFA, de la ciudad de Buenos Aires, pudo conservar su ojo aunque perdió la visión de uno de ellos.
Luego de que ocurriera el hecho, la madre de la víctima se dirigió hacia la guardia del hospital donde la atendió el actual pediatra de su hijo, Gastón Crucianelli, quien tuvo que derivarlo hacia la zona de oftalmología. “Tengo una mala experiencia con una oculista de San Pedro”, dijo Mercedes, ya que una médica le dijo que solo le aplicaría una medicación pero que perdería la totalidad del ojo. Luego de insistir, consiguió, a través de la obra social del padre, el traslado hacia el Instituto IOSFA.
“No culpo al que le pegó el gomerazo en el ojo porque fue un accidente”
Mercedes, mamá de un niño que recibió un piedrazo en uno de sus ojos y perdió la visión
Allí viajaban tres veces por semana y gracias a la obra social pudieron cubrirse los gastos en el alojamiento y la medicación. Actualmente, el menor tiene que protegerse de las bacterias y virus porque no puede enfermarse el ojo. Además, los días de sol debe andar con anteojos especiales y no puede realizar ningún deporte ya que el daño producido fue muy cerca del cerebro.
“No culpo al que le pegó el gomerazo en el ojo porque fue un accidente”, aclaró Mercedes respecto a lo ocurrido, aunque también tiene en claro que sus padres nunca se acercaron para ayudarla y que, incluso, le pidieron que no les realizara ningún juicio.
El chico todavía sigue trasladándose periódicamente a Capital Federal a realizarse diversos estudios en el Instituto IOSFA, por lo que la madre lucha por conseguir el certificado de discapacidad pertinente. Esta misma tiene un valor aproximado de $1900 y le serviría para poder costear el viaje y demás gastos, pero aunque su hijo presente una condición especial, no se lo conceden.
La familia del niño lucha para conseguir el certificado de discapacidad pertinente
Desde San Pedro, su viaje lo hace con la empresa Rucar y al no poseer el certificado de discapacidad, los gastos corren por su cuenta. El impedimento, según Desarrollo Humano es que para poder tener el beneficio debería haber perdido la visibilidad por completo: “Ya me presenté tres veces para que me dieron el certificado y me dijeron lo mismo. Él tiene ese ojo que no va a recuperar la vista y tengo los documentos que dicen que el otro ojo sano lo tiene que cuidar”.
Luego de un largo tiempo reclamando ayuda económica, hace dos meses le llegó la notificación del otorgamiento de una pensión que le corresponde a través del sistema de Anses.
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