El paraíso de los ladrones
MUSCARI personaje de CHESTERTON en las novelas del Padre BROWN, ese sacerdote que conocía con profunda sabiduría el alma humana y oficiaba de investigador de casos policiales, estaría de mil maravillas en nuestro país, como lo estaba en la Toscana italiana cerca del Adriático, ello en razón que aún existe en nuestra ARGENTINA una suerte de paraíso de los ladrones y delincuentes sin castigos. Esto no es un melodrama, lamentablemente es un drama tan grave y penoso que huelga comentarlo: las últimas leyes de represión del “lavado de dinero” (Ley 25.246), de la precisión en la falsificación de documentos que significó la sanción de la Ley de Firma Digital Nº 25.506, la Ley 25.434 que incorporó la posibilidad de requisa policial de personas y efectos personales como así vehículos, aeronaves y buques dentro de las normas procesales de la Nación, no alcanzan ni remotamente para detener y resguardar la SEGURIDAD DE LAS PERSONAS Y DE LOS BIENES. El problema parece haberlo monopolizado BLUMBERG que tendría la solución represiva a mano. Un personaje nefasto para sus compañeros y colaboradores desde la época militar, que regateó el precio de la vida de su hijo hasta límites inconcebibles, anuncia truenos y tormentas dentro de los procedimientos anómalos que se suceden con cierta habitualidad en la Policía de la Provincia y acierta: León ARSLANIAN debe despedir a funcionarios “anómalos” cada vez que el inefable Ingeniero de la represión militar lo solicita. Increíble, ya nos pasó con ALDO RICO devenido peronista según la ocasión permitía acceder a la Intendencia de SAN MIGUEL, prometía graves medidas represivas para todos los delincuentes y preservar la comunidad organizada. No hizo nada de nada. Nos pasó con Carlos RUCKAUF cuando prometió “meterles balas a los delincuentes”, sólo logró (¿?) estampar su firma en las zapatillas que se entregaban conforme planes sociales y, cuando el gobierno se problematizó, salió disparando hacia la seguridad de un cargo de legislador, tirándole en la cabeza el gobierno a FELIPE SOLA. Ruckauf fue un mediocre y cobarde funcionario. El último análisis nos dice que buscando la VERDAD en este tema, es necesario que el ESTADO (Nacional, Provincial, Municipal) asuma su rol de garantizar la vida y los bienes de los ciudadanos, a toda costa y que no sigan haciendo añorar a los militares!!! Hoy sucede esto aunque parezca mentira… por el Dr. Elvio Macchia