El derrame de combustible en el río fue de 150 toneladas
El Secretario de Desarrollo Económico, Cultural y Turístico Pablo Ojea recorre periódicamente la zona contaminada tras el choque de barcos en el Paraná. Preocupación por la mancha tóxica. Podrían sancionar al buque Oct Breezee Island de Hong Kong.
El 13 de diciembre dos embarcaciones de gran porte chocaron sobre el kilómetro 285 del río Paraná provocando un importante derrame de combustible y desde entonces pocos detalles de las consecuencias de la contaminación llegaron a público conocimiento. Hoy La Opinión precisa que el derrame alcanza las 150 toneladas de fuel oil proveniente de uno de los buques implicados en el siniestro.
La situación generó preocupación en el Gobierno local que designó al Secretario de Desarrollo Económico, Cultural y Turístico Pablo Ojea para seguir los trabajos que llevan adelante las empresas Cintra y Clean Sea que limpian la zona afectada.
Desde el municipio reconocieron a este semanario que más allá de la preocupación que genera el deterioro del medio ambiente, es inaceptable que existan trabajos mal hechos y que la información no sea brindada en su totalidad. “Viven muchas personas en la zona de islas y debemos cuidarlas”, reconocieron.
Pablo Ojea, designado para las recorridas por la zona, visitó el lugar acompañado por el Prefecto Fernández; el controlador ambiental designado por el Organismo para el Desarrollo Sustentable (OPDS), Alfredo Soto; la ambientalista internacional, Rebecca Coward; y el inspector de Fauna, Miguel Peralta de la Municipalidad de San Pedro.
Manchas en expansión
Según pudo apreciar este semanario, el lugar más afectado es la entrada a la Terminal Puerto San Pedro con 1500 metros de mancha de aceite seguida por el ingreso al Riacho Baradero con una expansión de fuel oil de 1000 metros, a la altura de Los Lobos la superficie oleosa tiene una dimensión de 1300 metros.
Ante la situación descripta una de las empresas que trabaja en el lugar limpia las zonas mencionadas con 5 a 10 personas utilizando elementos aptos para las tareas. Sumaron tres embarcaciones pequeñas contratadas en la ciudad y colocaron barreras absorbentes para retirar el combustible que flotaba sobre la superficie.
Finalizada esa etapa despejan con herramientas manuales y desinfectan los sitios que consideran más afectados.
Preocupado y ocupado por el tema, al cierre de esta edición Pablo Ojea recorría el lugar en cuestión “para corroborar si las tareas se han realizado en los tiempos y las formas en las cuales expresó la empresa que está a cargo de la limpieza. Ya que ante una sudestada, de existir todavía el derrame, este se introduciría en el interior de los islotes y luego ante una bajante se concentraría el material en la superficie terrestre afectando a la vegetación nativa y exótica del lugar”, detalló.
Evitar el consumo de pescado
El funcionario consideró que conllevaría “un serio problema de intoxicación” consumir pescados que hayan estado en contacto con el combustible. Cabe recordar que en la edición 1187 este semanario precisó que muchos pescadores de la zona se quejaron porque los peces capturados en las costas que se encuentran a un lado del puerto local tenían sabor y olor a fuel oil.
También preocupa a los especialistas la flora y fauna del lugar ya que en la zona es recorrida periódicamente por pobladores, productores y turistas.
¿Cómo fue el accidente?
Mientras la versión oficial indica que los fuertes vientos que soplaron en San Pedro el sábado 13 de diciembre originaron el choque entre el buque Oct Breezee Island de bandera de Hong Kong y el Ghetty Bottigliery de Italia; pescadores y navegantes de la zona se animan a decir que existió un error en una maniobra y allí se desató el accidente.
Lo cierto es que desde el día del choque el primero de los barcos se encuentra “escorado a estribor con barreras de contención de derrames, ubicadas en popa”. El otro pudo seguir viaje ya que los daños no le impedían navegar.
NO DESCARTAN SANCIONES
De cumplir con la ley 22190, los responsables del buque Oct Breezee podrían ser multados.
La nombrada ley, en su artículo 1º, establece el régimen de “prevención y vigilancia de la contaminación de las aguas u otros elementos del medio ambiente por agentes contaminantes provenientes de los buques y artefactos navales”.
Y prevé apercibimiento, sanción e inhabilitación para aquellos que no cumplan con todo el articulado. Además remarca que los montos pueden fijarse en una escala de 100 mil a 340 millones de pesos, según la naturaleza de la infracción.
“El cincuenta por ciento (50 %) de lo recaudado en concepto de multa ingresará a la cuenta especial, ítem 819 – Producidos varios de la Prefectura Naval Argentina y el cincuenta por ciento (50 %) restante será transferido a la Administración General de Puertos”, precisa en el artículo 12º de la ley.