El campo se moviliza porque “no da para más”
El paro convocado por las organizaciones que representan al campo está previsto para el 17. Los sampedrinos concentrarán en la Ruta 191 para trasladarse hasta Santa Fe donde se establecerá el centro de la protesta. Bajo el lema “No maten al campo” piden “vivir en una verdadera democracia republicana, representativa y federal”.
“Queremos una Argentina productiva y federal”, sostienen las entidades que componen la Mesa de Enlace que se autoconvocaron a una Asamblea de productores sobre la Ruta 9 a la altura de su intersección con la ruta 12 frente a la fábrica Chevrolet en Santa Fe. Hasta allí se desplazará la delegación sampedrina que se reunirá previamente en la Ruta 191 frente a DyCasa a partir de las nueve de la mañana del viernes. Estarán presentes la Sociedad Rural de San Pedro, la de Baradero y la Federación Agraria.
No es la primera protesta importante tras la recordada “guerra gaucha” en 2008 que desembocó en un largo conflicto por las retenciones móviles y decenas de cortes de ruta a los que desde el gobierno se describía como lock out patronal y desde el país interior como una amenaza a las economías regionales que perdieron a manos de la soja y las empresas más concentradas vacas, viveros, frutales y productos de cultivo a baja escala.
Siete años después “el campo vuelve a las rutas” en tiempos electorales, esta vez con un #NoMatenAlCampo, con más tecnología y menos chacareros.
“Vivir con seguridad, vivir sin inflación, vivir con una justicia independiente, vivir con educación y salud de calidad” son las máximas consignas que expresan los hombres y mujeres de campo.
En particular la zona norte de la provincia de Buenos Aires sufre las consecuencias de la falta de políticas activas para el fomento de la actividad rural. Con el correr del tiempo y tras la desaparición de la fruticultura como actividad señera en San Pedro, los parámetros de ocupación llegaron a niveles exponenciales respecto de la inclusión en el mercado laboral de nuevas generaciones. De esto dan cuenta los propios empleadores que sostienen que conservan puestos fijos solo para personal que supera los 35 años y en la mayoría de los casos de 40 por su experiencia y conocimiento de las tareas a realizar en el campo. Esta situación se repite en viveros, plantaciones de batatas y otras producciones alternativas del partido.
Consultadas las entidades y los referentes sobre el interés de quienes participarán de las próximas elecciones como candidatos, indican que no sólo no han recibido consultas sino que tampoco cuentan con estadísticas más que las que genera el Inta y siempre respecto a superficies cultivadas, variedades y evolución de los recursos.
Los precios que ahogan
A las disminución de cabezas de ganado en campos de pastoreo se suma la actividad informal en la zona de islas donde resulta difícil relevar la verdadera cantidad de hacienda disponible. En el caso de la agricultura tanto la soja como otros granos han quedado a merced de los insumos que siguen cotizando en dólares mientras los dueños de parcelas de menos de 100 hectáreas prefieren arrendarlas a trabajarlas. La medida que la prensa puede tomar ante la falta de relevamientos es la que ofrecen quienes se dedican a la venta de combustibles que en San Pedro se reduce a muy pocos proveedores que coinciden solo en que es menos el consumo y los pagos se demoran en los casos en los que aún conservan cuentas corrientes o en los que tienen la posibilidad de congelar precios acopiando en sus propias instalaciones. “Es la quinta suba de naftas en lo que va del año”, señala uno de los productores consultados, mientras otro ilustra sobre los precios que recibe el productor por su trabajo. Para el ciudadano común esos montos suenan ridículos pero son los que perciben incluso los apicultores que han tenido una muy buena temporada y por ende están entregando la miel a precios irrisorios.
A menos de un peso el kilo de naranja
Un breve recorrido por esas cifras nos muestra que la naranja en planta le deja al fruticultor 10 centavos por kilo; juntada y en cajón sube a 30 centavos y el bin de 300 kilos, se paga 250 pesos. En una frutería porteña el kilo no baja de los 20 pesos y de oferta en los hipermercados se logran conseguir 3 kilos por 20 pesos de naranjas de regular calidad.
El costo para producirlas según la misma fuente es de 2,33 pesos por kilo. No cierra ni conviene, al menos en esta temporada.