Ejemplos para imitar
Sra. Lili:
Yo tengo una inquietud que se impuso en la ciudad de Tandil donde observé la existencia de varias ordenanzas con respecto al control del tránsito: estacionamiento medido, lomas de burro. La calle San Martín, desde Sarmiento hasta el Cementerio, es una pista de carrera, donde van de 70 a 120 kilómetros; es una calle de nadie.
Es una vergüenza. Motociclistas sin casco ni luces; en una motito de 50 c.c. van tres o cuatro nenes, más la mamá, si se le puede llamar mamá, o mujer suicida. Las bicicletas van sin luces ni frenos y circulan en contramano por arriba de las veredas. Son chicos de 15 y 17 años y hombres grandes. En la estación de servicio de Mitre y 3 de Febrero los autos salen sin mirar; tendrían que poner un cartel visible que diga “Salida de Coches”. En Tandil los “zorros” y las “zorras” no se casan con nadie, y sino andan bien en la calle los echan. En San Pedro, los zorros no ven los autos en doble fila; no hacen anda. No sé que hacen ahí paraditos, sólo cobran el sueldo.
También hacen falta urgente dos líneas de colectivos. Tandil tiene 140 mil habitantes y tiene seis líneas; acá somos 50 mil y no hay ninguna. Es una vergüenza. Yo veo señoras caminando para el cementerio y me apeno, con esos calores. Señora Lili, puede ser su mamá o la mía. Qué inhumanos que somos y con qué poco se arregla. Lo mismo sucede con la carga y descarga de camiones que descargan a las 10, 11 o 12 de la mañana en Megatone. ¿Quién es Megatone? ¿Tiene coronita?
En Tandil el horario de descarga es de seis a nueve, y se terminó. Lo mismo ocurre con los remises que no tienen ni un cartel de entrada y salida de vehículos. Ojo con esto.
Lili, sabe cómo se curan los nenes que salen el viernes, sábado y domingo, que rompen vidrieras, autos y demás. Los nenes son menores de 14, 15, 16 y 17 años que lo hacen por gracia. Al otro día lo llaman o lo citan al papito: usted se hace cargo de lo que rompió el nene. Usted si o sí tiene que pagar; así se hace en mi querido Tandil y en la ciudad de Olavarría. Las dos ciudades trabajan igual.
Esteban Saralegui – L.E. 5.360.573