Dra. Directora:
Este año quedará en la historia, como el Año de la lucha por la Patria Grande, o por lo menos así lo recordarán muchos. Para quienes están hartos de escuchar todos los días hablar del mismo tema, les recomiendo escuchar música. El tema es excluyente. Todos sabemos que hay infinidad de problemas sociales por resolver, pero esta, es la primera vez en más de dos décadas de democracia, que el pequeño y medio contribuyente se pone de pie para acompañar un reclamo sectorial. ¿Por qué? Se preguntarán los que no entienden. Y las respuestas son muchas. El aumento a las retenciones mediante un decreto arbitrario e inconsulto en momentos en que las arcas del tesoro Nacional desbordan, colmaron la paciencia de los chacareros. A nadie le gusta que le metan la mano en el bolsillo, pero si además no se ven medidas claras, para lo que según el gobierno, quiere sacarle al sector, para la redistribución de la riqueza hacia los sectores más necesitados, sería probable que las opiniones estuvieran más polarizadas, pero esto no es así. Cuando el gobierno habla de menos desocupados, está contabilizando planes sociales, y eso está muy bien en el contexto de una crisis, pero no está bien como modelo social; y tal como van las cosas, los planes serán eternos, de lo contrario se acaban los rehenes electorales, cuyos dirigentes se convierten en voceros del gobierno, algunos devenidos en diputados. Cuando esgrimen como argumento, el valor que hoy tiene la hectárea de tierra, no es gracias a esta gestión o la anterior, sino a la poca confianza hacia el sistema financiero y a las condiciones que demanda el contexto mundial, entonces empresarios, políticos y grandes sindicalistas se vuelcan al negocio del campo como inversión y la gran demanda hace que el valor aumente. Pero el hombre de campo no está pensando en hacer negocio vendiendo su tierra, quieren hacer negocio trabajándola. Nadie sabe a ciencia cierta, cuál es el objetivo de esta gestión, sabemos que es recaudatorio, no participativo, no distributivo, eso está claro, pero hay sospechas firmes, el aniquilamiento del pequeño y mediano productor, para favorecer a los grandes grupos empresarios, llamados también “pules” de siembra, por lo poco que conozco, algo así ha pasado en Colombia y en otros países de Latinoamérica, donde la gente de campo ha sido desplazada de sus tierras, eso sí, con una diferencia intelectual muy diferente a la de nuestros productores; ya que los nuestros, si bien la gran mayoría no son universitarios, han hecho todo el esfuerzo para que sí, sus hijos estudien y no va a ser fácil quebrantarlos, gracias a Dios. No hay gas, no hay combustibles, no hay políticas para el desarrollo de ningún sector, toda la bonanza económica que se vivió, aunque para algunos fueron breves momentos, como para mí, son casi derrames de un país tan rico que todavía nadie ha tenido la buena voluntad de administrar para mejorar la vida de todos y cada uno de los argentinos. Nos falta un patriota que gobierne definitivamente por la “grandeza del país”. Las obras públicas que anuncian con bombos y platillos no son otra cosa que encubierta corrupción. La bandera que enarbola el oficialismo, de justicia social, se cae por el piso cuando anuncian el “tren bala”, símbolo de modernismo? No merecemos que otro gobierno democrático subestime la inteligencia del pueblo. A los ciudadanos votantes y pensantes, les suplico que en las próximas elecciones, analicen el contexto social, este país debe ser fructífero para todos los sectores, sin excluidos, sin rehenes, y todos sabemos que es posible, esto no es utópico, un país Federal lo haría posible. Pero es necesario votar con racionalidad y no con el bolsillo. El debate está planteado gracias al sector agropecuario y el final abierto, tengamos esperanza, quizá, estemos frente a la gestación del país que todos soñamos. Todos estamos sufriendo esta tremenda crisis, pero hagamos un ejercicio de solidaridad y salvo el que esté en riesgo de quebranto económico, no cortemos el hilo por lo más delgado. Miriam E. Moyano. DNI: 13.640.096.