Dos familias unidas por la violencia policial: Miguel Rotela se comunicó con la esposa de Lopes García
El papá de Lucas Rotela, el joven asesinado por el policía Gonzalo Kapp en Baradero, se comunicó con la familia del hombre que murió tras ser golpeado por efectivos policiales. Hay dos efectivos detenidos acusados de homicidio por la muerte de Germán Lopes García.
A la familia de Germán Lópes García y la de Lucas Rotela las unen algo en común: la violencia policial. En ambos casos el abuso de poder estuvo presente y se cobró la vida de dos personas que resultaron víctimas del exceso que algunos policías muestran a la hora de actuar.
Miguel Rotela, papá de Lucas, asesinado en Baradero en 2011, se comunicó con Elisa Lencina, esposa de Germán Lopes García, fallecido 25 días después de recibir una golpiza, y además de solidarizarse se puso a disposición para acompañarlos para que haya justicia en el episodio ocurrido en Fray del Pozo y Casella.
“Hablé por teléfono con la señora, nos conocimos, nos saludamos y nos mantendremos en comunicación”, comentó Miguel Rotela a La Opinión, quien había hecho lo mismo el año pasado cuando murió Ángel Luna también por el disparo de un policía.
El padre del joven que fue asesinado en la plaza Colón por el policía Gonzalo Kapp, condenado a prisión perpetua, aseguró que, cuando se pueda, llegará personalmente a la casa de la familia sampedrina para hablar con ellos.
Germán Lopes García falleció el pasado 27 de mayo luego de permanecer 25 días internado en el Hospital Emilio Ruffa, período en el que fue intervenido en siete oportunidades a raíz de la infección generalizada que le provocó el “traumatismo abdominal” con el que ingresó a la Guardia.
El hecho aconteció el domingo 2 de mayo cuando la familia convocó al Servicio de Emergencias SAME 107 porque Elisa Lencina, la esposa de Germán Lopes García, se había descompensado, pero a la vez como estaba en un primer piso requirieron la presencia de Bomberos para bajarla.
En la puerta de la casa, Germán Lopes García discutió con la policía y hubo un enfrentamiento. Un efectivo resultó herido y él fue trasladado en patrullero a la Guardia del Hospital, donde ingresó con un “traumatismo abdominal”.
A Lucas Rotela se sucedió algo muy similar, más allá de que las circunstancias en las que fallecieron distan mucho. El joven se encontraba en la plaza Colón de Baradero cuando una patrulla policial intentó identificarlo. Rotela y sus amigos decidieron retirarse pero el patrullero lo persiguió. Sin justificación alguna, el policía Gonzalo Kapp abrió fuego contra el joven y el disparo le dio en la espalda.
Como pudo, Lucas Rotela llegó a su casa y antes de desvanecerse alcanzó a decirle a su padre que había sido la policía la que le había disparado.
En el caso Rotela, las irregularidades administrativas cometidas en la Comisaría de la vecina localidad le costaron el puesto a los jefes de turno.
En el caso Lópes García, uno de los efectivos, Emanuel González, ya estaba imputado en otra causa donde se investiga la presunta modificación de la escena del crimen cuando murió por un disparo policial Angel Luna, en enero del año pasado.
Esa madrugada, tras fallecer en el patio de su casa, la víctima apareció con un arma de fuego al lado de su cuerpo cuando testigos en el lugar aseguraron que nunca había estado esa arma en el lugar del hecho y que fue colocada después como para justificar la reacción policial.
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