Docentes abusadores: más testimonios comprometen a los imputados
Las hijas de 9 y 12 años declararon bajo el sistema de cámara Gesell, por separado, y con la presencia de sus padres en la habitación continua, una vez más con anotador en mano. De su relato se desprende que no fueron vejadas pero que vieron movimientos extraños. Además, contaron en detalle lo que sucedió el día de las detenciones y comprometieron al “amigo encubridor”. La Justicia denegó el pedido de excarcelación y los defensores pidieron prisión domiciliaria.
El caso de la adolescente de 14 años abusada por su padre docente y con complicidad de su madre avanza en la Justicia, que espera una última declaración testimonial del grupo familiar para dar por finalizada la instrucción y elevar el expediente a juicio.
El 29 de diciembre tendrá lugar la pericia psicológica preparatoria para la mayor de las cuatro hijas del matrimonio abusador, de 16 años, previo a su declaración testimonial bajo el sistema de cámara Gesell.
Tras la declaración de la víctima, que contó cómo la sometía el padre y que incluso lo hacía con su madre al lado suyo, abrazándola mientras era vejada, la Justicia tomó los testimonios de sus dos hermanas menores, de 9 y 12 años, quienes expusieron con la misma modalidad.
Testigos laterales del horror
En un cuarto, de a una por vez, las dos niñas contaron lo que se vivía dentro de la casa. En la habitación continua, como hicieron cuando declaró la víctima denunciante, el matrimonio acusado se encontró para, de la mano y a los besos, escuchar lo que decían sus hijas y tomar nota de cada una de sus palabras.
Del relato de las niñas se desprende que ellas, las más chiquitas de la familia, no fueron sometidas a los vejámenes a los que expusieron a la de 14 y se sospecha podrían haber expuesto a la mayor.
Lo que sí entiende la Justicia es que, si bien no presenciaron directamente situaciones de abuso, de alguna u otra manera tenían conocimiento de que algo sucedía, e incluso de que en la casa la presencia de otros adultos, por lo general parejas, obedecía a “cosas de grandes” que no debían ver y sobre las que, si acaso las veían, no debían hablar.
Siguen tras las rejas
La Jueza de Garantías María Eugenia Maiztegui rechazó el pedido de excarcelación que hicieron los abogados defensores particular del docente y oficial de su esposa, por lo que continuarán detenidos a la espera del juicio oral en el que se definirán sus responsabilidades y las penas de cárcel que les corresponde si las pruebas permiten dar cuentas de su culpabilidad, como se prevé hasta el momento.
Tras ese revés, ambos defensores pidieron una “morigeración” de la situación penal de sus defendidos, es decir que mantengan la condición de detenidos pero en su domicilio.
Por parte de la mujer, el defensor oficial sostiene su teoría inicial de que es inocente y a su vez víctima de la manipulación y agresión física y emocional que ejercía su marido.
Para el docente que desempeñaba un cargo jerárquico en un sistema educativo que sabía de sus trapisondas, pero nunca hizo mucho por apartarlo, la Defensa planteó el pedido de prisión domiciliaria con el argumento de que “no la está pasando bien” en la Unidad Penal Nº 3 de San Nicolás, donde está detenido.
En el equipo de trabajo de la Fiscala Viviana Ramos, que no le pierde pisada a cada suceso del expediente, entienden que el pedido de morigeración no va a prosperar ya que los elementos probatorios reunidos hasta el momento son contundentes y tiene a los acusados muy comprometidos en relación a los delitos de “abuso sexual agravado y corrupción de menores” por los que están encausados.
El “amigo”, complicado
En su declaración, las niñas contaron lo que sucedió el día en que la víctima se escapó de la casa de su abuela, donde estaba bajo guarda tras la denuncia, y que derivó, más tarde, en la detención de sus padres.
Habrían relatado que cuando la policía fue a la casa familiar en busca de la adolescente, sus padres abrieron la puerta y dijeron que no sabían nada de ella, cuando en realidad ellos mismos la habían obligado a esconderse bajo la cama.
También indicaron que el docente, directivo, sindicalista y excandidato político César Prieto fue a buscar a las dos mayores, las sacó a escondidas y con la cabeza tapada, dato que había surgido al principio de la investigación y que el acusado de “encubrimiento agravado y ocultamiento de menores” había negado rotundamente.
Incluso habrían contado que ese día, mientras todo se sucedía vertiginosamente tras el abuso y posterior denuncia de la jornada anterior, Prieto fue varias veces a la casa y que estaría al tanto de todo lo que sucedía.
Forzaron la puerta de la casa
La semana pasada, la policía notificó a la Fiscalía respecto del presunto ingreso a la vivienda de los docentes abusadores. Aparentemente, la cerradura estaba forzada pero no se constataron faltantes.