Discriminación, cibers, alcohol y drogas en los jóvenes de hoy
Sandra Clérici y María Alejandra Muñoz, integrantes de este grupo de padres que intentan solucionar los problemas que surgen de la relación entre los jóvenes y la nocturnidad, dialogaron con La Opinión acerca de los objetivos, las problemáticas actuales, y los métodos y los proyectos para superarlas. Invitan a todos los que quieran sumarse porque consideran que “esto no tiene una solución mágica sino que requiere de mucho esfuerzo en conjunto”.
Desde Noviembre de 2004 y cuando la relación de los menores con la nocturnidad era preocupante (tal vez no tanto como hoy), un grupo de padres decidieron reunirse para empezar a pensar qué se podía hacer para revertir, o al menos, menguar en parte la situación. La desgracia quiso que su actividad se viera impulsada por una tragedia: la de Cromañon, en Diciembre de ese año. Sin embargo, el grupo de Padres en Acción, tal como decidieron llamarse, no contó con la adhesión que esperaban y ni siquiera con la recepción que habían pensado. Pero siguieron, a pesar de ser cada vez menos integrantes.
“Al principio éramos como 50, para lo que es la sociedad de San Pedro éramos pocos pero en los comienzos era como que no sabíamos hacia dónde íbamos. Todo este primer año fue como la consolidación, la formación del grupo. Actualmente somos 20”, explicaron Sandra y María Alejandra.
Para poder resolver las inquietudes que movilizaron la formación del grupo, los padres viajaron para reunirse con los integrantes de una ONG virtual, llamada Padres en Red, en la que se tratan las mismas problemáticas: la relación de los jóvenes con las drogas, con el alcohol, en definitiva, con la nocturnidad. “Nosotros sacamos la conclusión de que en una ciudad más chica tenemos mayor posibilidad de trabajar en la sociedad para poder dejar de preocuparnos para ocuparnos de nuestros hijos, y comprometernos”, comentaron.
Las problemáticas
Las problemáticas más comunes con las que trabajan estos padres son esas que conocemos todos: la relación con el alcohol de los chicos cada vez más chicos, el consumo de drogas cada vez más baratas, cada vez más dañinas, los menores que deambulan por la calle hasta altas horas de la madrugada, y la falta de opciones para el sector comprendido entre los 15 y los 17 años, entre algunas otras. La preocupación por la presencia de los menores durante varias horas en el ciber también aparece entre uno de los “primeros puestos”. “El tema de los cibers es otra cuestión. Las autoridades tampoco le ponen un tope a ese tipo de cosas. Porque por ejemplo tendrían que decir, hasta las ocho pueden entrar menores, y después de esa hora no entran más. Lo hacen en muchos lugares, por ejemplo, en Sunchales, provincia de Santa Fe, los chicos pueden entrar hasta las ocho de la noche. Pasa por la decisión política y por la toma de conciencia por parte de los padres”.
Otro tema relacionado con la nocturnidad y que ha generado varias denuncias y quejas en este último tiempo es el de la discriminación en los boliches. Se trata de la decisión, la mayoría de las veces injustificada, por la cual los encargados de la seguridad de estos locales nocturnos impiden el ingreso a determinadas personas. Los motivos van desde la apariencia física, la vestimenta, el color de la piel o si son turistas o sampedrinos.
La discriminación provoca, por una parte, que los chicos permanezcan deambulando por la calle hasta altas horas de la madrugada, y, por otro lado, genera mucha bronca en los adolescentes.
Los objetivos
Desde sus comienzos los integrantes de Padres en Acción se preocuparon por dejar bien en claro cuáles eran sus objetivos. Hoy, a más de un año de haberse creado, el grupo sigue portando a los mismos como estandarte.
Entre los principales planteos que surgieron en Noviembre de 2004, y que motivaron a los padres a acercarse a las primeras reuniones, se encuentran fomentar hábitos y conductas saludables en el ámbito de la diversión, concientizar a los padres acerca de la importancia de su rol, informar acerca de la realidad que les toca vivir hoy a los adolescentes y proponer alternativas de diversión.
“Nosotros como somos Padres en Acción apuntamos a los padres y después que cada padre pueda transmitirlo a sus hijos. Apuntamos a la concientización de los padres acerca de la importancia de su rol”, declaran enérgicamente.
Los métodos
Para alcanzar los objetivos propuestos por esta institución, el grupo de Padres en Acción se reunió durante todo el año 2005, al menos una vez por semana. Los encuentros se realizaban los días miércoles, en el salón del Centro de Comercio. En este momento, decidieron realizar un receso por las vacaciones debido a que era difícil poder coordinar una fecha entre todos los integrantes para reunirse. Sin embargo, aseguran que se mantienen en contacto vía mail o telefónicamente.
Este Marzo comenzarán nuevamente las reuniones, se organizarán talleres a lo largo del año. La apuesta es poder lograr que la mayor cantidad de padres se sume a la propuesta de este grupo. Uno de los talleres que ya ha sido diseñado por una psicóloga que colabora con este grupo, va a centrarse en la problemática acerca del desafío de ser padre de un adolescente.
Durante el 2005, se hicieron dos charlas a las que asistieron, alrededor de 600 personas. La primera de ellas fue dictada por el Licenciado Santiago Bellomo, y el tema fue “Entretenimiento, fiesta y amor en la cultura actual”, y la segunda, a cargo del Licenciado Vázquez Montoto, problematizó sobre “Nuevos adolescentes, nuevos adultos, como comprendernos y no morir en el intento”. Desde Padres en Acción destacan el hecho de que haya asistido un gran número de personas: “Si tuvo tanta convocatoria es porque hay preocupación en la sociedad. La gente quiere buscar soluciones pero no sabe cómo”.
Esa es la principal pregunta “cómo”. Sandra y María Alejandra intentan esbozar algunas respuestas.
“Yo creo que si hubiera un trabajo en conjunto entre padres, autoridades, escuela, o sea, que cada uno cumpla con su función, sería todo mucho más fácil”, dice Sandra.
Con respecto a los boliches, plantean “Nosotros preguntamos por qué no veían de cobrar una entrada porque los chicos van de boliche en boliche, consumiendo, pero dijeron que no, porque no les convenía en el aspecto económico”. La relación con los dueños de los boliches es realmente complicada: estos asistieron en varias oportunidades a las reuniones de Padres en Acción, sin embargo nunca llegaron a ningún acuerdo. De hecho, Alejandra y Sandra cuentan: “Nos vimos involucrados en una situación en la que no pensábamos estar porque nosotros terminamos siendo el problema: culpa de nosotros los menores no podían ir a bailar. Se interpretó mal por parte de los chicos, por parte de los padres y por parte de los medios, porque a través de estos se reforzaba la desinformación”. Y agregan: “Lo que nosotros dijimos desde un principio es que las leyes ya están y que hay que hacer que se cumplan”.
Casi al final de la charla sentencian: “Los padres deberían preocuparse porque no es fácil ser padre y uno tiene que ir aprendiendo sobre la marcha. Uno puede tener una forma de ver las cosas, pero la sociedad te muestra otras entonces hay que enfrentarse permanentemente con eso. La cuestión de los límites no pasa por ponerlos en la adolescencia sino que tiene que ser mucho antes porque después ya se te van de las manos. Los maestros tienen problemas en la escuela y en la casa hay padres que dicen: “no sé qué hacer con mi hijo”, y vos como papá no podés no saber qué hacer”.
Finalmente, y para desdramatizar en parte la situación, aclaran: “Hay de todo: tampoco hay que poner a todos en la misma bolsa. Hay adolescentes que están muy bien ubicados que se divierten de cierta forma y no salen de ahí, no necesitan drogarse, no necesitan tomar alcohol, se manejan dentro de un horario y ya está”.
Jacqueline Pereyra
A lo largo de este año de actividad, una gran cantidad de padres se ha acercado a las reuniones para plantear problemáticas, en algunos casos, muy personales. A todos se los ha tratado de orientar para que su preocupación siguiera el cauce correcto para encontrar una solución. Sandra Clérici comenta que el caso que más la impactó fue el de Jacqueline Pereyra, la madre del asesinado Aldo Daniel Pereyra. Sandra cuenta: “Esa mamá se quedó sin su hijo, sin una respuesta y sin nada porque eso quedó en nada. Y siempre estuvo muy desamparada porque la sociedad no la apoyó y las autoridades tampoco. Para mí fue desgarrante; no entiendo por qué hay que esperar a que pase en lugar de hacer algo antes”.