Devotos de San Cayetano
El edificio del ex supermercado será subastado en octubre, con una base de 494.000 dólares. El viernes comenzaron las visitas de los interesados en adquirir el predio a pocas cuadras de la peatonal.
La procesión a San Cayetano es en autos de lujo. El viernes comenzaron las visitas de los interesados en adquirir el edificio de 2.260,25 metros cuadrados que será rematado en Capital Federal el próximo 14 de octubre, con una base de 494.000 dólares; sí, dólares.
Los interesados llegaron al lugar cerca de las 17.00. Honda y Audi eran las marcas de los vehículos más vistosos de quienes esperaban la apertura del ex supermercado de la firma Reynoso Hnos. El martillero Alberto Daniel Quinteros –junto a un conocido cerrajero sampedrino a quien nombraron como “el mejor del pueblo”– recibió a los empresarios, que estacionaron sus autos en la explanada donde en otras épocas estacionaban bicicletas y circulaban los carritos de quienes compraban allí.
Para entrar al edificio hubo que aguardar más de una hora, porque las puertas estaban soldadas. El cerrajero logró abrir una lateral, sobre calle Ituzaingó, pero daba a un patio desde el que no se podía acceder al interior del local. Una hora después, el cerrajero –que había dejado esperando al martillero y los empresarios interesados porque tenía que ir a buscar a sus hijos al colegio– habilitó el acceso.
El escenario era imponente: la destrucción del local es total. Cerrado desde marzo de 2003, muestra en sus paredes el único vestigio en pie de lo que fuera la sucursal local de una de las cadenas más importantes de la provincia de Buenos Aires. El local comercial muestra un deterioro inusitado: no queda un solo vidrio, desde el interior puede verse el celeste del cielo de las tardes soleadas como la de ese viernes, porque el techo desapareció; los pocos elementos que quedan son irrecuperables y ni los ladrones se interesaron por ellos.
Recorrer el ex San Cayetano para quien no lo visita para comprarlo es devastador. Los empresarios no se preocuparon demasiado por el estado general de un edificio que quién sabe en qué transformarán si lo adquieren en el remate. Lo transitaron con visión de futuro, pensando más en lo que vendrá.
Los interesados
El Martillero Quinteros, de negro y sonriente, guió a los que se acercaron a la primera jornada de la recorrida: un Ingeniero y un representante de ANSES, que tomaron medidas para confeccionar un croquis y elevar un informe a las autoridades; y un empresario local que alguna vez ofreció 600.000 para instalar un microcine en el lugar y que supo comprar a precios mínimos los inmuebles de la quiebra de Arco de Oro, que transformó en un complejo de viviendas una parte de esos terrenos y proyecta locales comerciales en otros, además de haber restaurado el viejo hotel Obligado para convertirlo en una sucursal de la cadena internacional Howard Johnson.
El sábado por la mañana continuaron las visitas. Arquitectos de Baradero, empresarios de Rosario y Capital Federal y, otra vez, representantes de ANSES estuvieron en el ex supermecado. Quinteros aseguró que otros sampedrinos interesados en adquirir el predio hicieron llamados para hacer el recorrido, que continuará viernes y sábado próximos.
Ninguno de los visitantes ofreció declaraciones acerca de qué proyectos tiene para el enorme edificio ubicado en un sector estratégico de la ciudad, a dos cuadras de la plaza Belgrano y tres de la Peatonal del Centenario. Sólo puede conjeturarse que ANSES podría mudar sus oficinas al edificio, teniendo en cuenta además que una disposición de 2007 permite al Estado nacional participar en subastas como estas.
FE DE ERRATAS
Eran dólares!!!
La redacción de La Opinión lleva una semana escribiendo en el pizarrón de los distraídos la frase: “Eran dólares, debo prestar más atención”, desde que en la edición anterior publicara que el ex supermercado San Cayetano sería subastado por 494.000 pesos en lugar de dólares. Distinguir entre el signo “$” y el “US$” es una tarea a la que este semanario está abocado en estos días, para que la torpeza y el apuro no jueguen otra vez malas pasadas como esas. La Opinión agradece a los medios colegas y al personal de La Radio por la difusión de un comunicado aclaratorio sobre el error cometido.