Del optimismo superavitario a la “crisis estructural” financiera
Cecilio Salazar dejó inaugurado el período ordinario de sesiones del Concejo Deliberante. En su mensaje anual, repasó las obras del año pasado y enumeró los proyectos por los que pidió financiación a Provincia. Lejos del “superávit” que había destacado en 2017, advirtió sobre el déficit de los recursos corrientes y convocó a todo el arco político a trabajar en conjunto para solucionarlo.
El intendente Cecilio Salazar brindó ayer martes su tercer mensaje anual desde que está al frente de los destinos de la ciudad. Si en el primero se mostró envalentonado para “ir con la topadora” a recuperar espacios públicos y en el segundo celebró un nunca bien considerado “superávit”, el optimismo tuvo menos protagonismo en este discurso, en el que –una vez más, pero con mucho énfasis– el eje estuvo en el repaso de las obras del año anterior y en la esperanza de que el gobierno provincial financie las que tienen pensado para este.
Sin militantes –apenas algunos encumbrados miembros de lo que supo ser la Juventud Fe– y con al menos tres sillas vacías –la de Ramón Ayala, titular de Uatre y Osprera; la de Mario Sánchez Negrete, que quería estar pero su salud no se lo permitió; y la de Marta Alonso, exjefa distrital y única con lauros suficientes para reemplazar a Eleonora Taurizano, aunque no es candidata–, el Salón Dorado tuvo la presencia de casi todos los funcionarios
del gobierno, algunos consejeros escolares, el exintendente Mario Barbieri y el sacerdote Héctor Molfesa, que bendijo la apertura del período legislativo, aunque no todos los ediles profesan la fe católica.
Un municipio “en crisis”
Salazar dijo que “para mejorar la vida de la gente tenemos que mirar siempre hacia adelante, siempre al futuro”, pero advirtió que “el pasado reciente nos acecha permanentemente”. Fue el comienzo de su repaso por la “pesada herencia”, tras 27 meses de gestión propia.
Con intención de enumerar los objetivos alcanzados en 2017, el intendente anunció en sus primeros párrafos que quería “muy especialmente” referirse a “los desafíos que nos esperan en los tiempos que vienen”.
Tras detallar cuestiones relacionadas con la mejora en la prestación de servicios y las internas políticas, Salazar aseguró que la cuenta pendiente es “la crisis estructural que padece la economía del municipio”.
En ese marco, señaló que “los gastos mínimos e indispensables para el funcionamiento operativo siguen siendo mayores que los ingresos corrientes”, aunque quienes redactaron y corrigieron el discurso –con el secretario de Coordinación Ramón Salazar como conductor del proceso y el barbierismo como “supervisor” – se cuidaron de no utilizar la palabra “déficit”, de eso se trata.
Si todos los años fueron complicados en términos económico financiero para la gestión Salazar tras el descalabro de los períodos previos, este 2018 será el más arduo hasta ahora. Sin fondos especiales de provincia y con un pacto fiscal exigente, el panorama no es bueno para la realidad local.
Salazar reconoció que esa “crisis estructural” provoca “dificultades mayúsculas en la gestión cotidiana, y obliga a un muy meticuloso manejo de los recursos públicos para poder afrontar gastos tan elementales como el pago de salarios a los trabajadores”. No dijo que cada mes debe echar mano a los recursos afectados para cumplir con las obligaciones, pero así lo revelan cada uno de los decretos firmados en ese sentido.
Sostuvo que se propone “encarar todas las reformas necesarias para seguir encauzando esta crisis”, de manera de “recuperar la sustentabilidad económica” del Municipio. Como bien apuntó la oposición (ver aparte), no hubo ningún anuncio concreto al respecto.
Un repaso necesario
El año pasado, de elecciones en las que Salazar arrasó, el gobierno local tuvo en la obra pública un pilar de la gestión. La enumeración que hizo el Jefe Comunal en su mensaje anual no fue exhaustiva –hubo obras como las ejecutadas con parte del Fondo Educativo que no se nombraron– pero sí de relevancia.
Ambulancias y aparatología para el hospital, obras de mejoras en ese efector de salud y en centros de atención primaria como el de La Tosquera, recientemente inaugurado, fueron parte de la enumeración.
“Urbanizar los barrios” –un sueño salazariano– también: recordó la extensión de cañería en La Tosquera y se refirió a obras en barrio Futuro, en “el CIC, Malvinas, Escuela 11, Casini, San Roque, Facundo Quiroga, Canaletas, Barrio Norte, San José, Banfield y Simonini”. También a Villa Depietri.
El plan de pavimentación fue calificado de “algo inédito en nuestra historia”. El dato relevante fue que las 400 cuadras del programa repesentan “un 30 por ciento de la ciudad”. Salazar destacó que la ejecución de ese proyecto fue “en los barrios más humildes”, donde “hay más necesidades y donde más falta hace que transformemos juntos la realidad”.
Expresó “preocupación” por la seguridad y destacó que la “prevención se materializa con más recursos y mayor esmero en cada acción, aunque siempre nos entristezca el más mínimo caso conocido”, al tiempo que apuntó la instalación de “48 cámaras de seguridad en diversos puntos de la ciudad, monitoreadas las 24 horas”.
En ese marco, tuvo un párrafo para el tránsito y aseguró que hay “falta de conciencia” entre los vecinos al respecto. “No respetamos la vida de las personas que llevamos en el vehículo ni la nuestra”, señaló.
Salazar aseguró que la problemática de género “es un tema central” en su agenda. Habló de su respaldo a la Comisaría de la Mujer y aseguró que está “atendiendo y dando respuesta a uno de los viejos reclamos
demandados por los grupos, asociaciones y entidades” que trabajan en el tema.
Para dar cuenta de ello, señaló la apertura del refugio para víctimas y destacó al equipo que les “proporciona contención, asistencia, orientación y seguimiento”, cuestiones que fueron motivo de crítica en muchas oportunidades, sobre todo en un año en el que hubo un resonante caso de femicidio, con la empleada municipal Natalia Duarte como víctima.
Cuando le tocó destacar “la interacción entre el Estado y los privados” para el desarrollo del turismo, aprovechó para recordar la pavimentación en ruta 1001, las mejoras en 191, y los nuevos accesos por Oliveira Cézar y la avenida 3 de Febrero, aunque del lomo de burro no dijo nada.
Puesta en valor de la costanera, la escalera de la barranca, los baños del Paseo Público, la Casona de Turismo alquilada a un particular, el nuevo punto de informe turístico que donó otro empresario, la colocación de servicio de wi-fi gratuito en la Plaza Constitución, el calendario de eventos y la peatonalización de 11 de Septiembre, obra que espera terminar este año, también formaron parte de tramo dedicado al turismo.
Además, tuvo un párrafo para el Tiro Federal, recuperado por su gestión y en donde ahora funciona la sede de la Policía Local. Sin especificaciones, dijo que “darle a ese gran espacio de la costanera una finalidad que nos satisfaga a todos es una resolución pendiente sobre la que pronto esperamos tener novedades”.
Aseguró estar “comprometido con la generación de condiciones propicias para crear puestos de trabajo y que se instalen nuevas empresas en nuestra ciudad”, aunque tampoco hizo anuncios al respecto. Apenas mencionó que retomó “gestiones y contactos con empresas y autoridades provinciales para generar vínculos que nos acerquen” a un parque industrial, para que “deje de ser un tema con el que se hace política”.
Dijo, además, que inició “gestiones para lograr las inversiones necesarias para asegurar un suministro eléctrico adecuado para abastecer a cualquier empresa que quiera radicarse en nuestra ciudad”.
Los proyectos que adelantó La Opinión
Aunque no hubo ningún anuncio concreto, Salazar repasó una serie de proyectos presentados a Provincia. Se trata de los que reveló este semanario en su tapa la semana pasada y que, por lo pronto, son planes del gobierno
local para cuya concreción se necesitan fondos del Estado bonaerense, tras su aprobación.
“Ampliación de la ruta 191 hasta el acceso de Santa Lucía; acondicionamiento del ingreso a la Localidad de Gobernador Castro; pavimentación y cordón cuneta para los Barrios La Esperanza y Paraná; 200 cuadras de pavimentación en Villa Igoillo, Aromitos y Estrada y otros barrios; 60 cuadras de pavimentación en las localidades; continuación del Pluvial para el Barrio Futuro y Pluvial para el Barrio Cruz Roja; repavimentación del camino a Villa Jardín” fueron los proyectos enumerados.
Casi un pedido de disculpas
Al final de su mensaje anual, Cecilio Salazar se refirió a “distintos ataques y agravios” que sufrió. No los nombró, pero en las últimas semanas aparecieron falsas publicaciones en las que lo atacan directamente con temas gravísimos. También es probable que haya sentido como un “agravio” un informe en el que se repasó su condición de imputado en la causa denominada “mafia de los medicamentos”.
Aseguró que esos mensajes “forman parte de un clima de época y de un modo de hacer política que tenemos que superar en la Argentina”. En ese marco, reconoció: “Yo mismo me he encontrado en alguna oportunidad, formulando alguna expresión que pudo no haber contribuido a generar un clima de paz y de concordia”.
No lo mencionó explícitamente, pero se refería a su frase acerca de que el kirchnerismo “tiene que desaparecer de la faz de la tierra” y pareció casi un pedido de disculpas.
“Los dirigentes políticos estamos llamados a ser constructores de paz. Los agravios solo generan nuevos agravios”, dijo y llamó a superar la “cultura política destructiva” para “construir una sociedad en armonía, una cultura del diálogo y valores profundamente democráticos y de respeto por el otro”.