Debate tras el fallecimiento de una beba que nació con 22 semanas de gestación
La madre ingresó embarazada a la clínica San Pedro el sábado por la mañana. A las pocas horas dio a luz a una beba que pesó 490 gramos. Su padre difundió el caso en las redes sociales, donde hubo acompañamiento para pedir un milagro. El domingo, pasadas las 20.00, informaron que no sobrevivió.
El caso de una beba que nació prematura, con 22 semanas de gestación y apenas 490 gramos de peso, generó polémica, debate y cientos de mensajes de acompañamiento para sus padres, sobre todo cuando el domingo, pasadas las 20.00 y a 36 horas de haber nacido, falleció.
A las 8.50 del sábado, la pareja de padres llegó a la clínica privada San Pedro. “La internaron y le dieron suero, pasaron horas y perdía más sangre”, contó Jorge Gril, que acompañaba a su pareja, quien contó que dos horas después, cuando llegó el médico, la atendieron y pudo dar a luz.
“Pasaban las horas y la bebé la dieron por muerta pero la bebé respiraba y se movía”, relató. La recién nacida, en su fragilidad, movía las manitos y los piecitos, respiraba pero no tenía bien formados los pulmones.
Su padre pedía un traslado a un centro equipado con neonatología, pero los médicos le explicaron que era riesgoso. “La bebé no va a ser trasladada le queda muy poquito tiempo y no soportaría el viaje es hacerla sufrir. De todas maneras muchas gracias por compartir y difundir”, dijo el domingo por la tarde, cuando encomendó la vida de la niña a un “milagro”.
La experiencia trágica de esta pareja fue objeto de polémica en las redes sociales, donde hubo muchos comentarios luego de posteos en los que el padre de la beba apuntó contra la clínica y los médicos, en medio de su dolor e impotencia.
El tema de los límites de la viabilidad en nacimientos prematuros fue materia de debate. La beba protagonista de esta historia nació en la semana 22, el límite actual en la pediatría argentina, que bajó en las últimas décadas desde las 28 en las que se ubicaba.
Ante un caso de prematuros extremos, los médicos se enfrentan a la “difícil decisión de iniciar, continuar o suspender el sostén vital de los nacidos en límites de la viabilidad”, como explica el especialista José M. Ceriani Cernadas en Los límites de la viabilidad en prematuros, un dilema ético creciente.
“La incertidumbre de cómo será la evolución de los prematuros extremos, en el corto y largo plazo, hace que seamos incapaces de establecer con precisión el pronóstico, al menos en las primeras semanas de vida. Eso motiva que en varias ocasiones no podamos aseverar firmemente si estamos haciendo el bien o el mal. Por lo tanto, es imperioso que tomemos conciencia de nuestras acciones cuando estemos ante esta situación”, considera el profesional.