De qué trabaja y de qué vivía antes cada uno de los concejales
La discusión acerca de si las comisiones deben funcionar por la mañana o por la tarde puso en el tapete las necesidades de cada edil ante el debate. En el Concejo Deliberante hay profesionales, sindicalistas, políticos full time, comerciantes, cuentapropistas y empleados en relación de dependencia. Uno por uno, a qué se dedicaba antes de ser electo, qué hace ahora y qué posibilidades tiene de cumplir realmente con la dedicación que un cargo electivo de 49 mil pesos por mes merece.
El Concejo Deliberante comenzó su actividad habitual la semana pasada, cuando las comisiones en las que está dividida la tarea legislativa para el análisis de los expedientes que ingresan empezaron a reunirse, previo a la sesión extraordinaria del jueves, que fue la primera en el año con temas a tratar, tras una a fines de enero, express, en la que votaron la licencia por vacaciones del intendente.
En poco más de un mes comenzarán las sesiones ordinarias, que a partir de este año ya no serán por la tarde/noche, sino en horario administrativo. Al igual que las comisiones, que también solían funcionar entre las 8.00 y las 14.00 hasta que el año pasado dispusieron algunas por la tarde.
El tema despertó un debate entre los concejales, porque el horario en que se hagan las reuniones puede contraponerse con los de los trabajos particulares de cada edil.
Algunos ya pusieron el grito en el cielo. Otros están firmes en su posición acerca de que la tarea legislativa no puede ser secundaria. Todos recuerdan el día en que el exconcejal Fabio Giovanettoni se levantó en medio de una sesión y se fue porque tenía que cumplir horario en Papel Prensa, situación muy cuestionada que lo obligó a pedir licencia.
En el Concejo Deliberante hay 21 cargos políticos: 18 concejales electos por el voto popular; más un secretario legislativo, un prosecretario y un director administrativo, los dos primeros votados por el cuerpo y el tercero designado por la presidencia.
La pregunta que surgió a partir del debate primero interno y luego público sobre el horario de funcionamiento de las comisiones obligó a preguntarse de qué trabaja cada concejal y cuáles son las posibilidades que sus labores extralegislativas les permiten para que cumplan como corresponde con la función para la que fueron elegidos y por la que el pueblo les paga una dieta nominal de 49.000 pesos al mes que podría ser menor, pero ellos votan con cada presupuesto cobrar el máximo posible, 3,5 sueldos de un municipal de 40 horas.
Para ser concejal hay que cumplir
El debate acerca del horario de las comisiones tiene un motivo: hubo concejales que plantearon que no podían ir a todas las comisiones si funcionaban de mañana, porque tenían que atender sus labores particulares.
En medio del intercambio de pareceres, no faltó quien les recordara que podían pedir licencia sin goce de sueldo en sus trabajos. El fragor de la discusión hizo que uno de los contertulios dijera lo que ninguno quería escuchar: “¿Quién de nosotros va a ganar 50 lucas afuera del Concejo?”.
Está claro: para muchos, la banca es un plus, casi una beca. Hay quienes quizás ganen ese dinero por fuera. Son los menos. De todas maneras, ninguno parece dispuesto a resignar ingresos particulares para cumplir con la labor democrática de la que decidieron hacerse cargo.
Lejos quedaron los tiempos en los que, en tiempos de crisis, el cuerpo de ediles locales debatía bajarse las dietas. Más lejos aún, el período en que cobraron un peso simbólico para contribuir a mejorar la situación económica del Municipio.
San Pedro sigue siendo un Estado quebrado, con dificultades para pagar sueldos, con uso excesivo de fondos afectados –incluido el Fondo Educativo, del que ahora los consejeros escolares, oficialistas de obediencia debida y constante celebración manifiesta, no hablan–, deudas e imposibilidad de planificar obras, inversiones o siquiera el pago de aguinaldos sin ayuda externa.
Sin embargo, no parece hacer mella entre los ediles, que además de cobrar la suculenta dieta –con algunas excepciones, como se verá–, siguen percibiendo ingresos de sus trabajos particulares.
Los que son sus propios jefes –cuentapropistas, profesionales autónomos, comerciantes, sindicalistas con cargo de conducción– pueden disponer libremente de sus horarios. Hay casos en los que deben contratar empleados para suplir su ausencia y otros en los que deben resignar labores si quieren cumplir.
A los que son empleados en relación de dependencia los contempla el artículo 215 de la Ley de Contrato de Trabajo, que regula la “Reserva del empleo” y señala que “los trabajadores que por razón de ocupar cargos electivos en el orden nacional, provincial o municipal, dejaran de prestar servicios, tendrán derecho a la reserva de su empleo por parte del empleador, y a su reincorporación hasta treinta
(30) días después de concluido el ejercicio de sus funciones”.
El debate por el horario
El período de sesiones ordinarias comienza, por ley, el 1 de abril. La sesión de apertura, que incluye el mensaje anual en el que el Jefe Comunal hace un balance del año anterior y proyecta el ejercicio presente, será el martes 3, “por falta de presupuesto”.
Así lo anunció la presidenta del Concejo, Mónica Otero, quien informó que no hay recursos disponibles para pagar las horas extras que insumiría el acto si lo hicieran el 1, que es domingo, o el 2, que es lunes y feriado. Raro, si se tiene en cuenta que los empleados del HCD tienen un régimen de 48 horas semanales de las que no cumplen más de 30, de lunes a viernes, de 8.00 a 14.00.
Hasta ahora, esas horas que restaban las compensaban con las sesiones. Desde este año ya no será así, puesto que el plan es que las reuniones para tratar, debatir y votar los expedientes sean en horario administrativo, a propuesta de la presidenta.
Las sesiones eran los jueves a las 19.00. Así lo votaban cada año en la apertura del período ordinario. Esta vez, cuando lo hagan, habrá una petición para que sea el mismo día, pero a la mañana.
Todavía estaba el horario a definir, pero se habla de que podría ser a las 12.30.
Así, los concejales no deberán ir los jueves por la tarde/noche –el año pasado hubo sesiones de hasta cinco horas– y cumplirían todo de mañana. Aunque, y en torno a esto gira el debate ahora, el horario para el desarrollo de las reuniones de comisión es materia de debate, ya que hay quienes quieren que algunos se desarrollen por la tarde, mientras que otros consideran que deben comenzar en horario administrativo.
Antes de que termine la sesión del jueves, el concejal que preside el bloque opositor mayoritario, el FPV – Unidad Ciudadana, Rodolfo “Titín” Trelles introdujo en el recinto –lo que significa que tomó estado público y quedó asentado en las actas– el debate, que parece va a ser largo de aquí al 3 de abril.
El lunes pasado, los cuatro ediles kirchneristas elevaron una nota a la presidenta Mónica Otero en la que advirtieron que solicitaron “que el horario de comienzo de las comisiones sea de 8.00 14.00, extendiéndose más allá del horario mencionado”. Lo hicieron “en consonancia” con lo planteado por Otero para las sesiones, “dado que en esta franja horaria de administración pública los distintos estamentos municipales, provinciales y nacionales estarán en condiciones de brindar en forma inmediata a información que las comisiones correspondientes solicitasen para la optimización de los tiempos que conlleva cada expediente a tratar”.
En diálogo con La Opinión, Baraybar graficó: “Si una comisión se reúne a la tarde y se tiene que sacar una duda con el Tribunal de Cuentas, no lo puede consultar hasta el otro día, por lo que recién vuelve a tratar el expediente la semana siguiente”.
La nota que elevaron los kirchneristas tiene un mensaje irreductible: “No estamos dispuestos a aceptar horarios de comienzo de comisiones fuera del de la administración pública”, dice el texto.
De hecho, el lunes sus miembros no participaron de las dos reuniones de comisión que hubo por la tarde: la de Seguridad, a las 17.00, y la de Servicios Públicos, a las 18.00.
En las discusiones privadas, el FPV – Unidad Ciudadana planteó que las comisiones podrían funcionar durante todos los días libres y no sólo los lunes y martes, como hasta ahora.
En sesión, Iván Paz, presidente del bloque oficialista, defendió la propuesta de que haya comisiones por la mañana y por la tarde: “Nuestra disponibilidad es plena, por eso en reunión de la Comisión de Labor Legislativa solicitamos algún motivo por el cual no funcionar por la tarde y no ha habido una gran cantidad de motivos, de haberlo sabido a lo mejor podríamos haberlo analizado abiertamente y hasta aceptarlo”.
El edil sostuvo que “está bien que funcionen a la mañana, y si alguna quiere funcionar al mediodía, a la tardecita o a la noche lo puede hacer, no sería ningún problema para nosotros, estamos disponibles. Pero si alguna venía funcionando a la tarde y no habiendo motivos para cambiarla, incluso ayudaría a descomprimir la mañana y le daría más horario de trabajo a cada comisión”.
Uno por uno, a qué se dedican los concejales.
La enumeración que sigue, a los fines gráficos, comienza desde el concejal más cercano a la puerta de ingreso al recinto habitual de sesiones, y da la vuelta a la media luna que conforma el cuerpo, según su disposición dentro de Salón Dorado.
Martín Baraybar es empleado de la fábrica automotriz Toyota y desde hace unos años goza de licencia sindical del Smata como representante de la regional Baradero, San Pedro y Ramallo. Como tiene jerarquía de conducción, sus labores sindicales le permiten manejar sus horarios libremente, por lo que puede asistir a diario al Concejo Deliberante, en cualquier horario que se establezca para las reuniones.
Rodolfo “Titín” Trelles es docente jubilado; como fue concejal y dos años intendente por renuncia del electo Julio Pángaro, se vio beneficiado a la hora de computar el monto de su jubilación. Como edil, actualmente cobra dos tercios de la dieta pura, sin otro componente como antigüedad o bonificación no remunerativa. Su condición de retirado de la actividad laboral le permite estar presente en cualquier horario en que se desarrollen los encuentros para la labor legislativa.
Florencia Sánchez es empleada del Ministerio de Seguridad bonaerense, en el área de Patronato de Liberados. Desde que asumió su banca, el 9 de diciembre de 2015, está de licencia sin goce de sueldo en su trabajo en el Estado. También, como sus compañeros de bloque, dispone libremente de sus horarios.
Soledad Llull es empleada de la comunidad terapéutica Los Naranjos. Debe cumplir un régimen horario, aunque, según expuso en una nota que firmaron en conjunto todos los integrantes del bloque, en la que dan cuentas de su “libre disponibilidad en cuanto a días y horarios”, no tiene dificultades con su empleador para estar presente en las reuniones de comisión.
Damián Mosquera es transportista. Propietario de un camión, cuando no está en el Concejo Deliberante se dedica a atender los asuntos relacionados con los viajes que hace su chofer. Cuentapropista, puede organizar sus horarios.
José Luis Tirelli es odontólogo y tiene su propio consultorio. Para participar de las reuniones de comisión, debe reordenar sus horarios de atención de acuerdo a cómo se dispongan las comisiones. Como su bloque es unipersonal, todo indica que este año tendrá una tarea más ardua y deberá atender menos pacientes, si es que quiere cumplir cabalmente con la tarea para la que lo votaron.
Mónica Otero es empleada municipal en el Concejo Deliberante, trabajo en el que tomó licencia desde que asumió como edil. Presidenta del HCD, su dedicación es full time. Fue quien propuso que las sesiones ordinarias tengan lugar en horario administrativo, de 8.00 a 14.00, en el que solía trabajar habitualmente.
Elisa Ferraro es empleada en Sadiv. Desde que asumió la banca, cumplió con los horarios de reunión de comisión y de sesión. En algunas oportunidades se la veía ir y venir desde su trabajo, con el uniforme correspondiente, lo que da cuentas de que su empleador le permite hacer ambas cosas sin que deba pedir licencia para cumplir como edil.
Ana Tiramonti es docente. El estatuto que rige la actividad en la provincia de Buenos Aires prevé el otorgamiento de “licencia sin percepción de haberes para desempeñar cargos públicos electivos”, por lo que no tiene problemas de horario.
Verónica López es empleada del vivero y empaque El Pampero; además, es secretaria gremial del Sindicato de Embaladores (Seda). En su caso se aplica el artículo 215 de la Ley de Contrato de Trabajo.
Andrea Maroli es empleada administrativa en Osprera y su caso aplica al mismo artículo de la ley 20.744 que rige las relaciones laborales en el país.
Iván Paz, kinesiólogo, atiende en los consultorios de Osprera.
Martín Pando, exconcejal y exsecretario legislativo, es propietario de una empresa de distribución de agua envasada, por lo que puede disponer de sus horarios.
Juan Pablo Ruozi, licenciado en Ciencias Políticas (UCA) y en Relaciones Internacionales (UCA), se dedica a la función pública. Antes de asumir como concejal fue funcionario político en el Ministerio de Educación de la Nación y antes en la misma dependencia del gobierno porteño.
Gerardo Pelletier, comerciante y viajante de comercio, propietario de un comercio de decoración. Como titular de su emprendimiento comercial, puede disponer de horarios.
Juan Garavaglia es kinesiólogo, atendía en los consultorios de Osprera. En 2015 se vio envuelto en una polémica porque su título universitario no estaba registrado en la matrícula provincial.
Damián Lafalce es propietario de un comercio que vende y coloca amoblamientos que se diseñan y construyen en su propio taller.
Matías Franco trabajador portuario, desde hace años se dedica full time a sus labores como sindicalista del sector, titular de la Fempinra. Desde que asumió como concejal, reparte sus horas entre ambas
funciones políticas.
A los 18 ediles se suman otros tres cargos políticos:
El secretario legislativo Alejandro Donatti es licenciado en Comunicación Social, abogado y se desempeña como docente. Fue director de Cultura del gobierno de Barbieri y asesor de sus años como diputado nacional.
El prosecretario legislativo Eliseo Almada también fue trabajador portuario hasta que, como su tío Eduardo, se transformó en sindicalista titular del Supa; también es propietario de una licencia de taxi.
El director administrativo del HCD, Jonathan Galván, estudiaba Economía en Rosario y trabajó en boliches. Fue exsecretario privado del intendente y ahora se dedica a la tarea política que le encomendó Mónica Otero luego de que Cecilio Salazar lo expulsara de su gabinete.
Para las vacaciones, licencia
La concejala Soledad Llull pecó de novata la semana pasada, cuando se fue de vacaciones a la playa y sólo pidió licencia por el día de la sesión extraordinaria, pero faltó al Concejo desde el lunes.
Las redes sociales le jugaron una mala pasada: hasta el jueves, día de la sesión, sólo La Opinión había advertido que su ausencia durante lunes, martes y miércoles en el Concejo Deliberante obedecía a que “estaría de vacaciones”.
Entre los militantes de las agrupaciones kirchneristas que trabajaron para la campaña de Unidad Ciudadana en las elecciones que Llull obtuvo una banca no cayeron bien sus selfies desde Pinamar y empezaron a preguntarse entre sí por el tema.
El asunto se puso peor cuando la joven edil decidió borrar los posteos. Las capturas de pantalla circularon aún más y la bronca creció.
No es, ni por asomo, la primera vez que un concejal no pide la licencia que corresponde para pegar el faltazo. Exponerlo públicamente, quizás, pueda contribuir a que sea una de las últimas.