Dar testimonio de vida!!!
MOISES, el patriarca de Israel, se salvó de morir ahogado en el Nilo conforme lo había ordenado el faraón de EGIPTO, quien dispuso que todos lo hijos judíos varones fueran eliminados, temeroso que el pueblo de Israel se fuera multiplicando y esos niños fueran en el futuro bravos guerreros que se liberaran del yugo egipcio. Cuenta la leyenda, incluída en el Antiguo Testamento, que Miriam, su hermana, preparó una cesta untada con aceite de pescado, colocó un gran almohadón blanco y lo puso al niño dejándolo en el Nilo entre unos cañaverales para que se fuera río abajo. Lo recogió causalmente una princesa hija del Faraón y lo llamó “Moisés” que significa “sacado de las aguas”, lo llevó al palacio y fue criado como un rey. Con el tiempo MOISES supo su verdadero origen, alzó a su pueblo esclavizado contra los egipcios y los llevó a través del desierto en busca de una tierra donde pudieran vivir libres. En ese itinerario a MOISES el Señor Dios le dictó los diez mandamientos que incluyen: “No darás falso testimonio”; “No matarás”; “No robarás” etc. A partir de allí miles de leyes han poblado el mundo entero para hacer cumplir esos mandatos. Quiero detenerme en eso de dar “falso testimonio” que, como todos los colegas abogados saben, es modificar la verdad, aseverar algo que no es verdadero u ocultar la verdad y se encuentra penado por el CODIGO PENAL, salvo que el testigo tuviera una excusa para callar por infringir un secreto profesional, militar, científico si la respuesta lo expusiere a enjuiciamiento penal a él mismo. Pero la esencia es no hablar defectuosamente ó en fraude a la realidad ya que se comete un grave pecado y un delito. Desde MOISES hasta ahora han pasado miles de años y la raíz del principio que Dios le había dictado es aún la misma: una persona debe dar testimonio si presenció u oyó en forma directa y personal hechos ó circunstancias y debe explicar cómo y por qué lo sabe y así lo expone. Sino es FALSO. Todo esto viene a cuento porque el sábado pasado escuché a LILY BERARDI exponer sobre un ANONIMO que le habían dejado en la redacción del periódico y La Radio atacando su persona y su familia, según creí entender porque no quise leer esa porquería , por una razón de higiene mental propia. No necesita LILY defensores, pero debo decir que, aún no coincidiendo casi siempre en nuestros análisis y simpatías políticas, jamás me censuró ó modificó nota alguna aunque estuviera en la diáspora de sus pensamientos y hace veinte años que esto sucede, primero en ACTUALIDAD y ahora en LA OPINION. Debemos reconocer además en LILY que no es de seguir la corriente, eso lo pueden hacer todos los chatos, mediocres, ella suele enfrentarla y eso denota una dignidad infrecuente en el medio periodístico y eso asusta a los enanos mentales. Entre los que pregonan la sensualidad del poder y la gloria, LILY ha elegido la conciencia, la propia que es la verdadera gloria. Quién ó quiénes hayan escrito ese papelucho deberían saber que es una cadena que los va a atar a su espesa y culposa conciencia. Es bueno recordar que quienes son (somos) más culpables nos volvemos los fiscales más implacables y por eso vemos la paja en el ojo ajeno, pero no la viga ó madero en el propio... por el Dr. Elvio Macchia