Costo de vida: Un circo donde sobran los malabaristas
¿Cuánto cuesta vivir en San Pedro? Según el promedio de una familia tipo, se necesitan 100 pesos por día para “tirar” hasta fin de mes. El INDEK, releva precios, La Opinión salió a buscarlos.
En una ciudad donde los privados consiguen excepciones, los poderosos se adueñan de las barrancas, se cortan las etiquetas “oficiales” para cobrar más caro y la inseguridad está a la orden del día…
En un país donde el INDEC miente, la inflación se incrementa minuto a minuto y los conflictos sociales terminan siendo una excelente excusa para desbordar lo que ya se había desbordado, existe un sector de la sociedad que, sin dudas ha sacado chapa de “malabarista” para poder llegar a fin de mes: la ex clase media, la verdadera, la que corre peligro de extinción si no ha recibido el certificado de defunción. Es aquella y esta clase trabajadora, la que nunca baja los brazos y crea expectativas por las modificaciones de sus ingresos y los hábitos del consumo diario.
Pero ¿cuánto necesita una familia tipo para poder vivir en San Pedro, utilizando como modelo a un matrimonio con dos hijos?
La canasta básica alimentaria
El INDEK, ha determinado la Canasta Básica Alimentaria en función de los hábitos de consumo de la población. Para eso, se toman en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y protéicos imprescindibles para que un hombre adulto, entre 30 y 59 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades.
Se seleccionan luego los alimentos y las cantidades a partir de la información provista por la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares, sobre preferencias de consumo. Luego, si se quiere realizar un “modelo” de familia con integrantes de diferentes edades, se le asigna a cada uno un porcentaje sobre las calorías de ese hombre adulto, para determinar las necesidades alimentarias del grupo.
Por ejemplo, para cubrir las necesidades alimentarias de un individuo de entre 30 y 59 años, se requieren, según los datos relevados en Julio por el INDEK, de… ¡$143,43! De la misma manera, para un hogar de cuatro miembros, compuesto por un jefe varón de 35 años, su esposa de 31 años, un hijo de 5 y una hija de 8 años, se requieren, siempre según los índices de Moreno, de $443,20.
Ahora bien, “La Opinión” salió a relevar uno por uno los mismos alimentos que mide el INDEK para elaborar su canasta, y nos encontramos con algunas sorpresas.
Además de que midiendo los mismos productos nuestro resultado superó en más del 50% los precios del INDEK, para un total de $ 220.50 para un individuo, y $ 681.20 para el grupo familiar propuesto, nos topamos además con algunas “trampitas” que reducen y mucho, el valor final de la medición.
Si bien es cierto que ese índice se utiliza para demarcar la línea de indigencia, (es decir que quien no llega a ese nivel de ingreso es considerado “indigente”), la medición se sugiere “representativa” del consumo del argentino medio.
Sin embargo, por ejemplo, asigna (a precios de San Pedro tomados por “La Opinión”) $ 2,60 por día para carne, $ 5,90 por mes para queso, o $ 0,50 centavos diarios para verdura. Todos números que marcan a las claras que el índice está sumamente disociado con la realidad de la mesa de un argentino medio. De todas formas, incluso con estos parámetros el modelo de familia arriba mencionado requiere, sólo para alimentarse “con lo justo”, de $ 700 mensuales. A eso, obviamente, es necesario sumarle todos los gastos de una casa.
Una lucha diaria
Los últimos meses no fueron nada buenos para la clase media. No quedan dudas que el alza en el nivel de precios y las consecuencias económicas que tomaron mayor volumen tras el conflicto entre el Gobierno y el campo, no hicieron más que causar preocupación para quienes necesitan sostener su nivel de vida.
Hoy, una familia tipo asegura que debe tener un ingreso superior a los 4.000 pesos para cubrir sus gastos de consumo, más allá de que para no ser pobre necesita unos 1.000 pesos, según viene sosteniendo el INDEC de Moreno.
Un matrimonio que trabaja en relación de dependencia y tiene dos hijos en la escuela debe evaluar cada gasto y cada movimiento “extra” que realice, pues cualquier quiebre en la línea económica de la familia puede traerle varios dolores de cabeza.
Una cuenta sencilla: Promediando, 800 pesos de almacén (productos básicos), 80 pesos de luz, 50 de gas, 90 de cable, 50 de teléfono, 900 de alquiler, 620 pesos de combustible, 150 de escuela y 200 de seguro de vehículo, con los que cualquier familia debería moverse sin enfermarse ni tentarse con ropa de temporada, hacen un total de 2.940 pesos, que, divididos por 31 días del mes suman 94,83 pesos por día.
Es decir que si se toman en cuenta otros gastos que bien podrían ser los de un gimnasio, club, casa de electrodomésticos, tienda e internet, entre otros, el total superaría ampliamente los 4.000 pesos.
En nuestra ciudad es el nivel social más castigado. Es el que está sometido a pagar todos los impuestos, a abonar la cuota del jardín o la escuela, asociarse a un club donde la cuota va desde los 25 pesos hasta los 70 y si los hijos comienzan a salir con mayor asiduidad los gastos comienzan a ser muchos más considerables. La familia está obligada a recorrer comercios y ver los precios, no cuenta con tarjeta de crédito, ni otras alternativas de financiación más que su recibo de sueldo, que no siempre refleja la realidad de lo que se percibe.
Es cierto que hay un equilibrio en el nivel de empleo pero los ingresos disminuyen día a día con la suba constante de valores, queda en claro que las familias que dependen de un sueldo y trabajan todos los días, necesitan más dinero para solventar un alquiler, la educación de sus hijos, los servicios, los gastos del auto modelo ‘95 a 2002 y de esparcimiento. Las tasas de inflación se perciben elevadas, frente a una evolución de salarios paulatina, por no decir lenta, y no aparecen aires de esperanzas con respecto a la posibilidad de que la situación cambie, por algún motivo siempre se la identificó como “clase media”, ex clase media.
Un espejo llamado almacén
Una familia tipo ha cambiado su perfil de consumo en los últimos años. La suba en la canasta de productos básicos como arroz, harina y caldos, ha disminuido y empezaron a crecer otros productos como las conservas, congelados, artículos de limpieza y gaseosas.
Las ventas en general han caído, es decir que el consumidor se comenzó a cuidar. No sólo buscan precios sino que se compran los mismos productos pero de segundas o terceras marcas. Café, azúcar, aceite, gaseosas, productos lácteos y light principalmente, son los más solicitados en las góndolas de cualquier comercio y a partir del 15 o 20 de cada mes comienza el endeudamiento para el mes siguiente.