Coronavirus: La producción en la fábrica de la familia Scazariello terminó con más de 50 mil barbijos y camisolines
La Municipalidad utilizó la maquinaria de la ex JS Textil y confeccionó elementos de seguridad para los médicos y enfermeros y en 35 días de trabajo con personal contratado se generó un stock importante que quedó a disposición de la Secretaría de Salud para afrontar la pandemia de COVID-19. El trabajo fue a iniciativa de los Scazariello que donaron la tela, cortaron los moldes y contaron con la ayuda del subsecretario de Desarrollo Económico, Alfredo Camilletti quien dejó en claro que en caso de ser necesario se podrá reactivar la producción.
A mediados de marzo JS Textil de la familia Scazariello reabrió sus puertas con la idea de trabajar solidariamente para que la Municipalidad pueda confeccionar con su maquinaria elementos de seguridad para médicos y enfermeros en el marco de la pandemia de coronavirus que afecta a casi todos los países del mundo, tarea que finalizó el jueves 30 de abril y, a excepción de ser necesario en un futuro, no se reanudará.
En total, los empleados contratados por el gobierno local que trabajaron asesorados por los propietarios de la empresa que prestaron sus instalaciones ensamblaron más de 50 mil barbijos, 2100 camisolines (también se cortó tela para otros 5 mil) y casi 2 mil tapa bocas que quedaron a disposición de la Secretaría de Salud la cual los distribuye según las necesidades en los hospitales de la ciudad, Gobernador Castro y Santa Lucía; y los centros de salud. La idea surgió de manera solidaria, cortando telas que habían quedado en la planta y armando moldes que luego adaptaron para que la costura fuese el detalle final.
La tarea luego llegó con la ayuda del subsecretario de Desarrollo Económico, Alfredo Camilletti quien dejó en claro que en caso de ser necesario se podrá reactivar la producción en caso de que la situación extraordinaria por COVID-19 se extienda.
Además, Camilletti explicó que se decidió cortar la producción por varias cuestiones, entre ellas porque el municipio no está en condiciones de afrontar un nuevo contrato con los trabajadores por la mala situación económica en la que se encuentra, sobre todo teniendo en cuenta que la recaudación del último mes por cobro de impuestos fue muy baja.
Por último, el funcionario, que se encargó de que los materiales confeccionados lleguen a las manos de Guillermo Sancho, destacó la predisposición de la familia Scazariello que "no cobró un peso" y puso sus "máquinas" a disposición para colaborar con la fabricación de elementos de suma necesidad para los profesionales de la salud.