Comerciantes muy preocupados por la caída en las ventas
La Opinión relevó lo que sucede en los comercios de la ciudad en relación a las ventas del primer semestre. Aseguran que hay temor de los clientes por las dificultades para llegar a fin de mes. Preocupados por el aumento de los alquileres, el gas y la luz, calcularon cuánto hay que vender para suplir los gastos. Piden intervención del Centro de Comercio y del Municipio para fomentar el crecimiento local. Una vez más, malestar por la venta indiscriminada por Facebook.
“Lo que gané para las fiestas me lo comí en enero, febrero y marzo para después vender el comercio porque me estaba fundiendo”, dijo un comerciante a La Opinión para después hablar de política, reconocer que votó a Mauricio Macri y sostener que “el cambio” era necesario, pero “no de esta manera, no de golpe”.
Aumentos de la luz, del gas, del alquiler… y la lista sigue, tanto que en muchos casos genera preocupación, crisis y hasta la decisión de cerrar las puertas de un emprendimiento que comenzó como un sueño y que se esfumó entre tasas, impuestos y créditos para comprar mercadería.
Ese es el presente de muchos de los comerciantes de la ciudad que diariamente atraviesan el desafío de no saber si será posible continuar por mucho tiempo más con los negocios que pusieron a base de esfuerzo y dedicación.
Atento a esta situación, La Opinión recorrió varios comercios de la zona céntrica y no tanto. Allí se entrevistó con sus dueños que contaron cómo es la tarea diaria para reunir el dinero necesario para cumplir los gastos fijos y, luego, ver cuánto queda para reponer la mercadería para al final de la lista hablar de rentabilidad.
Hablan de recesión
“Disminución de la actividad comercial e industrial que comporta un descenso de los salarios, de los beneficios y del empleo”, de esa manera la Real Academia Española define el término que describe lo que los comerciantes locales aseguran padecer: recesión.
Más dura que las palabras es la realidad. Sólo basta con caminar una tarde por las calles de San Pedro para darse cuenta que el movimiento comercial ya no es el mismo.
“La situación es preocupante”, reconoció un vendedor de zapatos. Otro joven emprendedor se animó a decir: “Nos están matando de a poco, ya no sabemos qué inventar para tentar al cliente y mientras tanto tenemos que competir con el Hot Sale, con promociones inexistentes y ofertas desleales en Facebook”.
El boom de la venta por internet se sintió el lunes en San Pedro, cuando a nivel nacional se ofrecían “grandes ofertas” a través de una página web. “Acá no entró nadie”, dijo el propietario de un local ubicado en inmediaciones de Mitre y Saavedra. La respuesta se repitió del otro lado de la calle.
A esta situación circunstancial le suman el aumento de la luz que, aseguran, fue “lo que más se notó” después de la decisión de muchos clientes de dejar de comparar por un tiempo.
“Cuando me enteré del aumento invertí en lámparas LED y le gané al aumento, de todos modos, pasé de 500 a 2000”, contó el mismo comerciante y completó: “Imaginate lo que hubiese sido si seguía con las dicroicas, dejaba todo lo vendido en la luz”.
Sobre la calle principal de la ciudad, entre Balcarce y Las Heras, un comerciante reconoció a La Opinión que entre el alquiler y los servicios perdió lo poco que vendió en los últimos meses, por lo que está decidido a bajar las persianas de su comercio y de esa manera empezar a pensar en otro emprendimiento. “Seguiremos con las mismas ganas, pero con el dolor de saber que no pudimos seguir con esto, que tanto nos gustaba”, lamentó.
Ejemplos claros
Una pizzería que funciona en pleno centro de la ciudad tiene 52.000 pesos mensuales de gastos fijos. Ese monto incluye un empleado de media jornada, materia prima, alquiler, luz y gas. Para sumar rentabilidad, en este pequeño emprendimiento familiar aseguran que deben vender al menos 25 pizzas de muzzarela por día, que es la más barata y que tiene un valor de alrededor de 70 pesos.
“Es imposible”, reconoció al tiempo que relató que el último lunes, por ejemplo, sólo recibió ocho pedidos. “Puedo recuperar algo el fin de semana, pero cómo hago para afrontar todos los gastos”, preguntó y, boleta en mano, mostró que el último mes pagó 1700 pesos de electricidad.
Otro ejemplo para citar es el de un emprendimiento familiar ubicado en un barrio de la ciudad, alejado del centro, que tras recibir 4000 pesos de luz decidió cerrar las puertas ya que lo vendido alcanzaba apenas para pagar el sueldo de los empleados.
Un librero contó a La Opinión que para salvar los gastos de servicios, alquiler y fletes necesita vender 150 libros por mes. La cantidad no parece tanto, pero teniendo en cuenta que en la escala de valores del total de la población primero está llenar la heladera, artículos como este quedan relegados, por lo que alcanzar ese número se hace cuesta arriba.
Para un local de venta infantil traer la última colección de invierno provocó una inversión de casi 500.000 pesos. “Muchas marcas te piden que compres o cierta cantidad de prendas o tanto monto de plata. A mí me pidieron 60.000 pesos para traer una línea de calzado y la tuve que traer porque si no pierdo la marca y para mi es redituable tenerla”, detalló una comerciante del rubro, que no es titular de una franquicia.
Aseguró que, en lo que va de mayo, comparado con el mismo mes del año pasado, se vendieron 100 prendas menos. “Esperamos que repunte en las semanas que quedan del mes, aunque lo vemos difícil”, sostuvo.
¡Pedido de ayuda!
Pese a que reconocieron que no participan en las reuniones del Centro de Comercio, quienes fueron entrevistados por este semanario para esta página coincidieron en que es necesario que la entidad intervenga para intentar “congelar los precios” de los alquileres y evitar la “oferta desleal” relacionada directamente con la venta de prendas y alimentos por Facebook.
Algunos propusieron reunirse, evaluar la situación y juntos encontrar la manera de garantizar la continuidad de la mayoría de los comercios. “Hablamos de los pequeños comerciantes, aquel que vive el día a día, del que sabe que si vende un pantalón más salva el mes y si no vendió el caramelo tiene que cerrar”, dijeron, exagerando en la parábola.
Al respecto, el Presidente del Centro de Comercio Daniel Biscia dijo a La Opinión que se reúnen todos los lunes a las 21.30 y que las puertas están abiertas para todo aquel que quiera plantear su inquietud.
Aumentos de luz y alquiler, preocupación por la creciente, desempleo y baja en las ventas son temas que han tratado en las tantas reuniones que mantuvieron. De todos modos, Biscia reconoció que “es poco” lo que se puede hacer desde la entidad, ya que se trata de “un problema estacional y de todo el país” que se está pagando con “algunos precios que no son reales”.
Un problema que advirtió hasta el FMI
El Panorama Económico Mundial (WEO, según sus siglas en inglés), del Fondo Monetario Internacional pronosticó una caída del producto bruto interno (PBI) argentino respecto de 2015 y prevé una “recesión moderada”. La perspectiva para el país del organismo internacional es, empero, de crecimiento para 2017.
Ahora 12, la salvación
Los comerciantes consultados por La Opinión coincidieron que los días que más se venden coinciden con los del programa creado por el gobierno de Cristina Kirchner y que el de Mauricio Macri mantuvo.
Se trata de las 12 cuotas sin intereses con cualquier tarjeta de crédito a las que se puede acceder de jueves a domingo.
“Vienen el lunes o martes, eligen un par de zapatos y pasan entre el jueves y el sábado a tarjetearlo”, reveló uno de los emprendedores, al tiempo que reconoció que es una gran herramienta que los clientes supieron aprovechar.