César Scollo: El cazador cazado
El periodista César Abel Scollo, que se ufanaba de haber “cazado subversivos” durante la última dictadura militar fue detenido por la Policía Federal y puesto a disposición de la Justicia. Está procesado por su participación en delitos de lesa humanidad. En diez días habrá noticias sobre su futuro.
“Delincuentes con micrófono” les dijo César Abel Scollo a los periodistas de Baradero que difundieron su procesamiento. El lunes, la Justicia se hizo eco no de sus acusaciones sino de las denuncias que pesan en su contra.
El titular de FM Tiempo fue interceptado por la Policía Federal cuando salía de la radio que posee en el centro de la vecina ciudad de Baradero. Detenido e incomunicado, fue trasladado a Campana para luego prestar declaración en San Nicolás.
El periodista está procesado en el marco de una mega causa por delitos de lesa humanidad cometidos en el corredor norte de la Ruta Nacional N° 9. Su participación como miembro de la Zona IV dependiente de Campo de Mayo entre 1975 y 1978 lo involucra. Los testimonios de familiares de desaparecidos, entre ellos el de la mismísima Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia Sara Derotier de Cobacho, lo confirman. Sus propias declaraciones en un programa de televisión en 1994 lo comprometen seriamente.
Del estudio al baño y de allí a la celda
César Abel Scollo terminó como todas las mañanas su programa de radio en su propia emisora, esa que le cascotearon mientras él estaba al aire con TN la mañana en que prendieron fuego la Municipalidad del gobierno del que siempre –según sostiene la prensa baraderense- ofició de “vocero privilegiado”.
Al salir lo sorprendieron policías de civil que en un auto particular lo interceptaron para cumplir con la orden emanada por el Juez Carlos Villafuerte Ruzo, firmada el viernes, un día antes de entrar de licencia, y cumpliendo con el pedido insistente del Fiscal Juan Patricio Murray.
Scollo no se resistió en absoluto. Sólo pidió ir al baño, cosa que le permitieron. Cruzó al histórico club Sportivo. Orinó y salió resignado, con el rostro cansino. 35 años después de su participación en el Ejército, iba preso. Un Fiat Siena azul trasladó a Scollo desde Baradero a Campana. De allí, fue llevado a San Nicolás para prestar declaración (ver recuadro), tras lo que quedó detenido e incomunicado, alojado en la sede de la policía Federal de esa ciudad.
Te conozco mascarita
César Abel Scollo es investigado desde hace años por la presunta participación en la desaparición de personas durante la última dictadura militar en nuestro país.
Su participación como, al menos, delator de detenidos ilegales que luego fueron asesinados o desaparecidos fue denunciada por Sara Derotier de Cobacho, quien sospecha que las desapariciones de su hijo y su yerno están relacionadas con la “tarea” de Scollo.
De la misma manera, los testimonios de familiares de los hermanos Hoffer también lo incriminan. La esposa de uno de ellos, sampedrina, habló en exclusiva con La Opinión y relató cómo su marido y su cuñado fueron detenidos y luego desparecidos.
El tren está íntimamente relacionado con Scollo y su trabajo como miembro del Ejército en los sangrientos años de la dictadura. En un programa de televisión de Baradero dijo sin tapujos: “Yo tenía un grupo de soldados y una carpeta negra, esa carpeta contenía la documentación del personal subversivo”. Dijo estar “con casco, anteojos ahumados, fusil, uniforme verde” y aseguró dar la orden: “Esos dos que están ahí póngamelos contra la pared que son subversivos”.
Scollo es sindicado como infiltrado en un grupo de teatro en el que habría actuado como delator.
La desaparición de los hermanos Hoffer, oriundos de Baradero, es una de las causas por las cuales Scollo era investigado. La esposa de uno de ellos estaba embarazada en el momento de la detención de su marido, y ya tenía una hija. A causa del shock causado al conocer la noticia, sufrió pérdida de memoria temporal. Los hijos finalmente quedaron a cuidado de los abuelos maternos.
Sus averiguaciones le permitieron dar con el cuerpo de su marido, que estaba enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita. Los forenses determinaron que había muerto de un disparo en la cabeza. Además, algunos testigos revelaron que el asesinato se habría producido en la Dársena 1 del Puerto de Buenos Aires.
El ahora detenido trabajó con el ex Jefe de la Policía de la Provincia Osvaldo Somohano convocado por el ex ministro de Gobierno de la gestión de Antonio Cafiero, el Diputado ultrakirchnerista José María Díaz Bancalari. Hoy Somohano reside en la zona y su apellido sonó muy fuerte cuando uno de sus hijos fue detenido por haber participado de la muerte del menor Ezequiel Deonty en una clara situación de abuso de poder en su condición de agente de la policía federal.
La Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Sara Derotier de Cobacho, una de las querellantes en la causa, relató a La Opinión: “Esto me llevó mucho tiempo. En 2004, en plena investigación, empezamos a hablar con personas que estuvieron detenidas y me llegó el video de cuando Scollo habló y contó el circuito que hacía y los operativos en los trenes. Llegamos a la conclusión de que no había otra patota que actuara en los trenes que la de él, y mi hijo y mi yerno fueron detenidos arriba de un tren. Nos costó muchísimo llegar a la identidad de esta persona y llegar a él nos costó muchísimo. Este represor ha amenazado a muchos testigos que están custodiados”.
Scollo es un periodista de cuestionada trayectoria en la ciudad de Baradero, que despierta odio y amores entre los vecinos. Tras los incidentes desatados por la muerte de Giuliana y Miguel, además de ser destruidos los edificios públicos locales, los manifestantes atacaron su radio, acusándolo de defender al Intendente Aldo Carossi. Esta defensa habría sido retribuida por el jefe comunal hacia el periodista en las últimas horas, cuando su situación procesal comenzó a complicarse.
Sin declarar
César Scollo fue trasladado desde Campana hacia San Nicolás el lunes por la noche. El Fiscal Juan Patricio Murray informó a La Opinión que ayer al mediodía se presentó en la Fiscalía Federal a su cargo, donde fue informado sobre los hechos que se le imputan.
El periodista se negó a declarar y ahora el Juez Martín Martínez “tiene diez días hábiles para dictar su procesamiento, libertad o falta de méritos”, explicó Murray.