Baggio opera con cargas desde la estación de Santa Lucía
Tienen previstas tres cargas en treinta días para calcular costos y diferencias con el transporte terrestre. “Esta es una prueba de fuego”, dijo el responsable de la empresa que brindó detalles a La Opinión. El encargado de la estación del Belgrano Cargas y su hijo hicieron las gestiones para que el Municipio les ceda una máquina para desmalezar y emparejar el sector que deben utilizar los camiones.
Los rieles del Belgrano Cargas perderán un poco de óxido hoy cuando los quince vagones de ferrocarril empiecen a rodar con destino a Tucumán después de haber estibado productos de la empresa R.P.B. Sociedad Anónima, que tiene sede en Gualeguaychú, Entre Ríos.
El lunes, para sorpresa de muchos, arribaron los primeros camiones a la localidad que desde hace dos décadas no veía movimientos en la estación Santa Lucía.
Con un edificio imponente, amplios galpones castigados por el paso del tiempo y vías ocultas tras los yuyos, la parada del Belgrano Cargas fue seleccionada por “el Gringo”, un ferroviario que cuenta las épocas de gloria cuando llevaban “caños, tubos, de todo en los vagones”.
El mismo que hace unos días se ocupó de despachar una carga similar desde Retiro, “que nos costó una fortuna”, según indicó el responsable de la firma que decidió ensayar una nueva oportunidad desde el paraje que conoció la prosperidad cuando el ferrocarril era dinamizador del trabajo y la economía vinculada al agro.
“Mi papá no quiere venir. Yo vivo acá desde los 16 años”, dijo el joven que llevaba la camisa con el logo bordado y desgastado de la ferroviaria nacional. En su relato detalló que diez días atrás habían recibido la comunicación de la central de carga para recibir a Baggio. “Le pedimos una máquina a la Municipalidad y vino hoy para arreglar un poco, emparejar, porque no pueden entrar los camiones”.
Qué intentan hacer
Los números duros dicen que la logística y el costo deben ser menores o iguales para que Baggio se decida por la alternativa de los vagones desde Santa Lucía. Esta vez necesitaban salir con su mercadería a Tucumán, aunque la demora se iba a extender una semana respecto al transporte terrestre que habitualmente utilizan.
“Hoy estamos cargando. Hay varios productos de Baggio de la empresa RPB y las cargas extras. Son quince camiones que por cuestiones de una política que tiene la dirección de la fábrica, queremos empezar a trabajar con el ferrocarril combinado con el transporte común, el de los camiones. Hay un poquito de falta de camiones para lo que es el norte, más que nada Tucumán”, refirió en principio Javier Altuna, uno de los responsables de supervisar el traslado y trasbordo, quien trabaja para la firma entrerriana desde hace 21 años.
Mientras observaba las maniobras del montacargas que a duras penas se movía sobre el terreno que una motoniveladora municipal intentaba emparejar, apuntaba a algunas condiciones mínimas que necesita garantizar para repetir la operatoria.
“La idea es seguir, el tema es que hay que hacer algunos trabajos acá que dependen de los que nos están facilitando el ferrocarril. Son pequeñas cosas, un poco de nivelación del terreno, iluminación, algunas conexiones que podamos tomar de electricidad para poder cargar baterías”, enumeró Altuna frente a un camionero y al hijo del encargado de la estación.
Hasta esa tarde sólo Abel Burgués y el chofer de la motoniveladora habían tomado nota de la llegada de la reconocida procesadora de frutas, bebidas y lácteos que inauguró su planta en 1983 y trabaja en Gualeguaychú y Concordia desde 1959, cuando Rufino Pablo Baggio comenzó a elaborar vinos.
“Nos tiene que seguir sirviendo económicamente”
A la hora de confirmar futuras operaciones, Altuna aclaró: “Nos tiene que seguir sirviendo económicamente, también; es una combinación, porque hay muchas cosas que entran en juego. A lo mejor para organizar esta operatoria estamos en 21 días, entre que decidimos hacerlo, cómo hacerlo, traerlo para acá, cargarlo y después, cuando llega allá, hacer al revés: descargar el tren para pasarlo a camiones. Tarda siete días en llegar a Tucumán, no es cómodo”.
En cuanto al volumen de la estiba queculminaron el martes por la tarde, contabilizó 22 tarimas de diferentes productos.
“Nos sirve un movimiento de quince,sea mensualmente o cada dos meses”, dijo y adelantó que podrían llegar a tres cargas similares.
Cuando se le preguntó cómo había logrado entrar a la localidad, no vaciló al describir el camino: “Está bastante fierito, hasta para venir en camioneta”.
A la hora de hablar sobre la contratación de mano de obra, la realidad indicó: “Hay que trabajar un poquito, es la segunda carga, hicimos una en Retiro, y esta fue un poco más cercana a nosotros. Más fácil conseguir camiones que vengan hasta acá. El transporte de San Pedro puede ser, pero tendría que venir cargado de algo a Gualeguaychú para que al camionero le convenga. Tomar gente de acá es muy difícil, porque venimos con una máquina y dos personas que hacen el trabajo de veinte”.
Sin embargo todas las tareas que generan movimiento desde kioscos a estaciones de servicio entusiasman a la población. El lunes, las bebidas frescas y los insumos básicos para pasar el día fueron adquiridos en la localidad.
Spot de campaña
Salvo que la tarea solo sirva para una publicidad que apoye el anuncio de campaña del gobierno nacional para la puesta en marcha del Belgrano Cargas, nadie parece haber tomado muy en cuenta la dimensión de la llegada de los quince camiones que transitaron la Ruta 9, la 191, llegaron a Doyle y luego tomaron el acceso a Santa Lucía para estacionar a la sombra de los árboles de la parte trasera de los galpones, sobre la calzada.
Con los yuyos tan altos podía tranquilamente configurar una puesta en escena de la que no participó ningún funcionario local interesado en persuadir a una empresa que comercializa sus productos hasta en Corea del Norte.