Aseguran que una banda de jóvenes tiene a mal traer a los vecinos del Barrio 291 viviendas
El sábado por la tarde un joven recibió una perdigonada en el rostro, lo que provocó que personal policial acuda al barrio. Unas 40 personas recibieron a los uniformados con piedras y palos, rompieron móviles e hirieron a uno de los policías. Miriam, una de las vecinas, aseguró que debió abandonar su vivienda por miedo y la mamá de uno de los jóvenes aprehendidos por el hecho la acusó de vender drogas.
Cuando Miriam relata la historia que le tocó vivir el sábado por la tarde uno imagina estar escuchando la descripción de una situación propia del conurbano bonaerense, pero no: los tiros, piedras, amenazas, golpes, robos y daños se vivieron el fin de semana en el barrio 291 viviendas en la intersección de las calles Benefactoras Sampedrinas y Aulí.
En el lugar, una banda de jóvenes que no superan los 25 años disparó contra la propiedad de la denunciante y le apuntaron a un niño de 5 años a la cabeza, según dio a conocer la señora.
Llorando y lamentando haber perdido todo, Miriam y su esposo Pablo se presentaron el lunes por la mañana en la redacción de La Opinión donde contaron lo que les tocó vivir el sábado, cuando la policía acudió al barrio en busca de un joven que había recibido una perdigonada en la cara. “Llegaron y empezaron a tirarles de todo”, contó la mujer, quien con gestos describió cómo uno de los jóvenes golpeó con un hierro al Oficial Prado, que debió ser hospitalizado con una importante herida en su cabeza.
“Los tiros empezaron el sábado por la tarde y siguieron hasta el domingo”, contó Pablo, que se mostró preocupado por el estado de salud de su mujer que el martes por la mañana debió concurrir a la Guardia del nosocomio por un bajón de presión.
La pareja abandonó la vivienda el domingo por la noche con ayuda de la policía y de un grupo de vecinos a los que Miriam les agradeció en el aire de La Radio. Según consta, el problema entre los agresores y la familia denunciante comenzó cuando los jóvenes tomaron una vivienda lindera a la de la pareja, a la que Miriam describió como “aguantadero”.
Producto de lo sucedido el sábado por la tarde los dos agredidos fueron atendidos en la Guardia del Hospital, donde les realizaron las primeras curaciones y les dieron el alta correspondiente. El mismo día, dos jóvenes fueron aprehendidos y alojados en la Comisaría. A estas dos personas se les sumó un tercero, producto de un allanamiento realizado el lunes a la madrugada.
La mamá de uno de los aprehendidos brindó su versión
María, mamá de JL, uno de los jóvenes que desde el sábado permanece alojado en la comisaría local, desmintió lo dicho por Miriam y la acusó de vender drogas en el barrio. Pese a que intentó defender a su hijo reconoció que el día del conflicto, éste “estaba alcoholizado y había consumido otra sustancia”.
“Ella no tiene porque meterse porque no tiene nada que ver”, dijo María, quien también se presentó en el edificio de La Radio y La Opinión para dar su versión de los hechos. María en ningún momento desmintió que su hijo haya usurpado la vivienda pero aclaró que esa propiedad ya no le pertenece a la denunciante y por eso no comprende “por qué Miriam se mete”.
A la denuncia, María sumó que fue golpeada con un caño de escape oxidado y mostró los hematomas que tiene desde el día en que Miriam le habría propinado los golpes.