Aquí también comienzan a aprovecharse de los ancianos
El caso ocurrido en la mañana del viernes encendió la última luz de alerta que hacía falta para colocar en una situación comprometida a las fuerzas policiales y aumentar la preocupación de los vecinos por los ataques a personas solas. Una mujer de 75 años fue atacada por un sujeto que ingresó a su casa a cara descubierta aprovechando su indefensión.
En menos de una semana se produjeron dos casos que fueron reportados por los partes diarios que brinda la policía local y en ambos, los delincuentes utilizaron métodos similares para perpetrarlos, eligiendo a sus víctimas con un denominador común: gente mayor viviendo en soledad. El caso reportado el viernes se presentó con las primeras luces del día.
Elena Llul una abuela de 75 años que vive sola en su vivienda de Dávila al 300, se despertó a las 5 de la mañana al escuchar varios ruidos que provenían desde el patio. “Era como si corrieran las sillas”, dijo Elena todavía muy nerviosa. “Cuando me di cuenta de que andaba una persona le grité y dije que llamaría a la policía”.
La señora se trasladó hacia la puerta de entrada para tratar de pedir ayuda pero el sujeto, una persona de unos 30 años, gordo y morocho, caminó por el techo y regresó empujando y tomando del cuello a la dueña quien cayó y golpeó su cara contra el suelo sufriendo una herida provocada por sus propios anteojos. Le tapó la boca para que no gritara y le exigió que le entregara todo el dinero. El sujeto estaba nervioso y quería solamente dinero, revolvió toda la casa y finalmente logró llevarse unos 70 pesos que tenía guardados.
En definitiva y para culminar con un hecho similar a los que se multiplican en todo el país, la encerró en el baño para contar con el tiempo suficiente como para darse a la fuga sin dejar rastros en el lugar.
Desde la denuncia en adelante poco se supo sobre la investigación de este caso en particular; sólo las buenas intenciones de averiguar y el temor de los vecinos que coinciden en señalar que la zona está habitualmente castigada por los delincuentes que estudian los movimientos de quienes viven sin familia y así se aprovechan para agredir a quienes poco tienen y no pueden defenderse.