Antes de irse, Fabio dejó unos “regalitos”
Antes de terminar su suplencia, Giovanettoni firmó decretos para nombrar empleados en planta permanente y ascender a otros, además de incrementar categorías a algunos trabajadores. En el Boletín Oficial de diciembre, aparecen algunos de esos decretos, que revela que al menos dos funcionarios políticos quedaron en la Municipalidad.
Fabio Giovanettoni ya había perdido las elecciones Primarias cuando instruyó a sus secretarios para que le pasaran una notita con los empleados a los que había que “premiar” antes de dejar la función. Les advirtió que mucho no podría hacer, pero, como reveló este semanario tres semanas antes de que Cecilio Salazar se transformara en el nuevo intendente, las sospechas estaban instaladas entre los gremios.
Marelli y Acosta, los únicos cuyos sindicatos siguen en pie, habían sembrado la duda sobre enfermeras que no tienen título pasadas a carrera médico hospitalaria; cambios de agrupamiento administrativo a técnico; jefaturas de departamento para quienes cobraban horas extras por cumplir tareas de dirección en algunas áreas; pases a máxima categoría para quienes están en condiciones de jubilarse; declaraciones de insalubridad; bonificaciones por función especial; premios por conducción del 35 por ciento; recategorizaciones varias; entre otros aspectos.
Para saber si era cierto que Giovanettoni había abusado de la lapicera para devolver favores de campaña se esperaba la publicación de los decretos, algo que el gobierno suplente que terminó en diciembre sólo hizo hasta septiembre.
El Gobierno de Salazar, que tiene entre sus funcionarios al insistente solicitador de publicaciones de boletines oficiales Mario Sánchez Negrete, recién cumplió con ese mandato la semana pasada, cuando este semanario ya estaba en imprenta.
Los decretos publicados son todos de diciembre, por lo que de los “regalitos” de Giovanettoni -que incluirían aumentos considerables de sueldo hasta a vecinas suyas-, poco se sabe. Sin embargo, las huellas de algunos “premios” quedaron plasmadas.
Un laburito fijo
Con una muy forzada interpretación de la ley que dice que los empleados temporarios deben ser pasados a planta al año, antes de dejar la intendencia en manos de Salazar, Fabio Giovanettoni firmó decretos que pusieron a funcionarios políticos en planta permanente.
Al mejor estilo Guacone, que dejó varios “clavos” en ese sentido, el Jefe Comunal suplente decretó el 1 de diciembre que el hasta entonces Subdelegado de Pueblo Doyle, Adalberto “Festuca” Álvarez, pase a ser “oficial de 4ta con 48 horas, categoría 18”.
En la misma fecha, y ante la falta de arquitectos en el área de Obras Públicas, el hasta ese día Director de Viviendas y Escuelas, después de casi 20 años de prestar funciones en esa cartera, fue nombrado empleado de planta permanente como “personal técnico clase I, categoría 23, con jornada laboral de 48 horas semanales”.
Cierto es que el caso del Adolfo Benincasa, es bien distinto al otro: su sobrada experiencia y su formación, que en los últimos años estuvo dedicada al urbanismo, con un posgrado cuya tesis final fue un proyecto para reformar la San Pedro 2000.
Jefaturas cubiertas
El mismo 1 de diciembre, ocho días antes de entregar el mandato, Giovanettoni firmó decretos para nombrar Jefes en diversas áreas. Si bien es cierto que en muchos casos ya cumplían esa función y que, sin dudas, otros tantos merecían el reconocimiento, la premura de la medida no deja de llamar la atención sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de agentes que por el tiempo que llevan en sus funciones deberían haber ascendido.
Sergio Daniel Mancho fue nombrado Jefe de Departamento en Rentas; Luis Alberto Delprino, Jefe de División; Nadia Soledad Rodríguez se transformó también en Jefa de División, para suplir el cargo vacante que dejó Marcela Ethel Vázquez, ascendida a Tesorera municipal.
Esos son los que aparecen en el último Boletín Oficial. Quien lo conoce, sabe que llevan muchísimos años en la administración y que sus méritos son suficientes para el ascenso.
Hay otros casos, como el del exsecretario legislativo Matías Chaves, hijo de la exconcejal Sandra Mari y el histórico dirigente Néstor “Yayi” Chaves, quien al dejar ese cargo en medio de un conflicto por la desaparición de expedientes era empleado municipal de una categoría ínfima, aunque antes de fin de año fue nombrado “Jefe de Departamento de Fiscalización Tributaria”, nombramiento que sería revisado por el Ejecutivo.
En el Gobierno de Salazar hicieron algunos cambios en áreas sensibles y se encontraron con que las Jefaturas fueron todas cubiertas, muchas de ellas en el transcurso del último año. Ello no les impidió, por ejemplo, cobrarse algunas deudas políticas con personal que fue a parar al cementerio de noche, aunque para mal de muchos, deben seguir pagándole como Jefe de Departamento.
La mano hasta el fondo
El decreto 914/15 del 4 de diciembre autorizó a meter la mano en el Fondo Educativo para financiar gastos corrientes por un millón de pesos, una práctica recurrente desde que Nación transfiere esos recursos a los municipios vía Provincia.
“La situación económica y financiera del Municipio no permite afrontar con los recursos ordinarios las obligaciones en tiempo y forma”, fue el argumento.
Médicos, no
Giovanettoni había llamado a concurso para cubrir cargos médicos en el servicio de Guardia, un compromiso que tenía con el Sindicato cuyo delegado era el despedido Juan Oberse.
Queja mediante de Salazar, firmó un decreto de suspensión de esos concursos, a fin de que fuera el nuevo intendente el que definiera el tema. Así una “listita” que fue revelada por este semanario quedó sin nombramientos.