Adiós a Rodolfo “Pato” Corvalán y sus retratos de vidriera
Del revelado blanco y negro al “full color”, del flash redondo en forma de campana a las polaroids, Rodolfo “Pato” Corvalán se llevó los secretos de fiestas de cumpleaños, bautismos, casamientos, espectáculos y creaciones especiales para la Revista Sucesos en 30 días de Sabino y Gaido, para Actualidad primera y segunda época y también en los inicios de La Opinión. Falleció a los 81 años y sus restos fueron despedidos la semana pasada
“Negra, llamemos al Pato”, dijo Enrique Gaido en el local posterior de Pellegrini 989, donde funcionaba una boutique como antesala de la redacción de Actualidad Segunda Época. Corría la década del 80 y aunque las fotos postales color hacían furor a precios prohibitivos, las que revelaba “El Pato” Corvalán en su laboratorio de hogar eran, junto a las de sus colegas famosos, las mejores para los “clichés” que exigía la impresión gráfica.
Remiso a los policiales, la actualidad o los actos gubernamentales, aportaba su conocimiento a aquellos periodistas que fundaron la “Caras” sampedrina con el nombre de Sucesos en 30 Días como precursora de las fotos sociales de casamientos, bautismos, espectáculos musicales, despedidas de año y comuniones.
Sin embargo no esquivaba compromisos cuando se le planteaba algún desafío o urgencia. Se metía en ese misterioso lugar donde primero analizaba los negativos y más tarde aparecía con algún muestrario que permitiera ratificar la calidad de sus productos.
Dueño de un bajo perfil, amigos de sus amigos, compartidor de largas charlas con el archiconocido “Pety” Muñoz, tímido frecuentador de espacios culturales y artísticos, hasta se dio el lujo de inventar una sección especial en un apartado de la página dos de aquel semanario a la que tituló “Requetevisto”. Ahí aportaba su mirada sobre aquellas cosas que se repetían, sobre todo las conductas de sus vecinos.
Serio, reservado y cuidadoso hasta límites inusitados de la privacidad con la que las familias les confiaban a sus niños para retratar, llegó también a las escuelas para organizar fotos grupales de egresados y actos especiales.
Aunque, sin dudas, su mayor acierto fueron las fotos de las páginas centrales con chicas en bikini, una novedad para la época, con las que logró ventas récord haciéndolas posar sobre la publicidad de las concesionarias de autos que disputaban ese espacio.
Su otro aporte importante en aquella publicación fue el clásico “Quién es quién”, un crucigrama en el que se mezclaban nombres, apodos y apellidos de vecinos.
A La Opinión de Mitre 989 llegó con varias ediciones en la calle y casi como una gentileza para “la amiga de Enrique”, porque veía que en las tapas se pretendía una estética rara, “como la de Página 12”, con una foto gigante y un título atractivo.
“¿Te parece que va a ir una foto de una canilla goteando?”, preguntó alguna vez con una imagen blanco y negro en papel, despojada de personas, sin poder creer que ese solo artefacto podía ilustrar una nota de investigación.
Fue poco el tiempo compartido en ese medio, pero no se privó con el avance de las cámaras digitales, el offset y la vil competencia tardía de los celulares de regalar cada tanto algunas piezas de colección: hombres, mujeres, niños, modelos, acontecimientos, glorias deportivas y otros selectas postales para otra página que también quiso inventar con “La Foto del Recuerdo”, que también tuvo su espacio en este semanario durante muchos años.
La semana pasada, a los 81 años, falleció y sus restos fueron despedidos en el cementerio Jardín del Molino. Se llamaba Rodolfo Oscar Corvalán y todos lo conocimos como “Pato”, un ícono de la profesión en la ciudad, que a lo largo de su carrera de más de 60 años pulsó el botón de disparo de sus cuidadas máquinas de fotografiar.
“La máquina se te rompe si la presión sobre el botón la pone otro, porque no es lo mismo”, aconsejó más de una vez cuando a los periodistas les gustaba prestarse la preciada herramienta de retratar.
“Capturaste todos los momentos de felicidad y alegría de los sampedrinos”, recordó hace unos años su hija Adriana en una publicación de Facebook, en la que lo felicitaba por el día del fotógrafo. Ese saludo que cosecha entre sus afectos es el que se lleva este hombre de “Secretos Verdaderos” que jamás fue “Intruso”.