50 años Vuelta de San Pedro: Una vuelta al circuito con Cecilio Salazar
El intendente recorrió junto a La Opinión los caminos del trazado que se utilizó para la final de la primera fecha del campeonato de Turismo de Carretera (TC) el 26 de febrero de 1967. Fue copiloto y hasta se animó a conducir un vehículo muy diferente al utilizado por los pilotos hace 50 años.
Poco en común tienen los autos utilizados el 26 de febrero de 1967 en la Vuelta de San Pedro de Turismo de Carretera (TC) con el que el intendente, Cecilio Salazar, recorrió el circuito junto a La Opinión y el chofer Raúl Peralta.
Aunque no lo hizo a la velocidad del Torino de Héctor Luis Gradassi, el Toyota completó los poco más de 56 kilómetros del trazado que atraviesa el arroyo Tala y Pueblo Doyle por la Ruta Provincial 191 y, posteriormente, por caminos rurales, Paraje Beladrich, arroyo Burgos, Ingeniero Moneta, La Colorada y arroyo Chico. Del total, el camino tiene 1.500 metros cerrados al tránsito (desde la curva en la Escuela N°20 hasta pasando el arroyo Tala el cual tiene el puente roto) y, aunque hay una huella vehícular, se hizo dificultoso atravesarlo.
La recorrida en el Toyota, a la inversa de la que se realizó en la Vuelta de San Pedro, comenzó con Raúl Peralta al volante quien tuvo que atravesar los metros más dificultosos e, incluso, sobrepasar en un tramo angosto a una topadora que estaba acomodando la traza. El "compañero", como definió Salazar al conductor de la máquina, no se imaginó jamás que del auto que lo superó en velocidad lo iba a saludar el intendente.
Luego del contacto con Sin Galera, en Ingeniero Moneta, Salazar dejó el puesto de copiloto de Peralta y tomó el mando del Toyota. Entre medio, alguna que otra chicana para el "Bulla" quien, en palabras del Jefe Comunal, lejos estuvo de parecerse a Fernando "Pichi" Iglesias, excorredor de TC al que Salazar supo acompañar.
Una vez superada la tierra (34 kilómetros) en mal estado (poca circulación) el andar del auto cambió y le permitió al nuevo conductor lucirse al mejor estilo Gradassi superando las curvas y arroyos con eficacia y seguridad.
Ya en el asfalto de la 191 el viaje se hizo más transitado pero con rapidez. A Cecilio Salazar no lo esperaron con la bandera a cuadros en proximidades de la Escuela N° 20 pero se dio el lujo de repetir lo realizado por los mejores pilotos de la época en la única carrera de TC que se llevó a cabo en San Pedro.